Este domingo, en Venezuela se disputa uno de los comicios más relevantes de Latinoamérica. De hecho, todas las naciones de la zona siguen de cerca lo que allí ocurra, porque ayudará a definir qué pasará en otros países del continente.
Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay, Colombia, Nicaragua y hasta Argentina, están a la cabeza de los que miran con expectativa lo que suceda en Venezuela. Para el kirchnerismo, se trata de una elección clave: no debe olvidarse que Néstor y Cristina recibieron ingentes valijas de dólares provenientes de Caracas. Hugo Chávez fue asimismo el único que se animó a prestar dinero a la Argentina cuando todos los grifos internacionales se cerraron. Eso sí, lo hizo a intereses casi usurarios.
Por ello, es relevante hacer un análisis de lo que se disputa hoy en ese país caribeño, donde el joven Henrique Capriles enfrenta en las urnas a un poderoso Chávez. Uno y otro representan pensamientos opuestos de la política partidaria venezolana.
Mientras Capriles aseguró esta semana que terminará las obras de infraestructura inconclusas del Gobierno, tras 14 años de "revolución socialista", Chávez prometió que será "un mejor presidente" si consigue su reelección el domingo.
A pesar de estar en desventaja en la mayoría de las últimas encuestas divulgadas, Capriles supo remontar terreno frente al hoy mandatario nacional, que tuvo que disminuir su vertiginoso ritmo de trabajo tras tres intervenciones por el cáncer que le fue diagnosticado el año pasado.
"En el occidental estado Mérida, enfundado en la camisa del equipo de fútbol local, Estudiantes, Capriles ofreció priorizar la culminación de plantas eléctricas, carreteras, hospitales y obras turísticas olvidadas por el mandatario", según un impecable análisis de agencia Reuters.
"¿Quién va a creer que después de 14 años lo que no se hizo se va a hacer ahora?", dijo Capriles haciendo eco en uno de los mayores reclamos de los 29 millones de venezolanos que sufren de una crisis de servicios agudizada en los últimos dos años.
"La decisión del 7 de octubre es ¿quieren estar donde estamos o quieren tener un futuro mejor?", se preguntó retóricamente Capriles ante decenas de miles de partidarios que colmaron una larga avenida.
La oposición diseñó su campaña para destacar su juventud y energía a expensas de Chávez, quien inició la justa preelectoral con pocos actos y movilizaciones, reservando sus fuerzas para la recta final.
Las encuestas sugieren desde una victoria del comandante -aunque no tan amplia como en las últimas presidenciales del 2006 cuando ganó por 30 puntos- hasta un triunfo estrecho de Capriles, un escenario que mantiene alborotado al mercado de deuda del país.
Desde el inicio de la campaña presidencial en julio, el precio de la deuda venezolana ha ganado al menos 7 por ciento, según datos de Thomson Reuters.
"La curva de los bonos venezolanos retrocedió el martes. El papel marcador de la deuda soberana con vencimiento al 2027 perdió un 0,6 por ciento hasta los 89,188-90,313, luego de que en la jornada pasada rebasó el techo de los 92,00", según Reuters.
Ante una marea de gente vestida de rojo, Chávez mostró signos de preocupación en el estado Yaracuy, al occidente del país, donde pidió más tiempo para culminar su obra.
"No sólo no les voy a fallar, sino que voy a ser mejor presidente, para ayudar a solucionar hasta los más pequeñitos problemas que aquejan al pueblo", dijo antes de partir a la ciudad de Barquisimeto para comandar la segunda caravana del día a bordo de un camión descapotable. ¿Teme perder frente a Capriles?
Por la línea de los dos discursos que dio el martes, donde incluyó una constante advertencia de todos los beneficios que la población perdería si la oposición gana las elecciones, parecería que sí.
"Sería un verdadero desastre (si gana Capriles) porque la propuesta burguesa es volver atrás, que Venezuela de un salto atrás de 20 años hacia el neoliberalismo de dónde venimos saliendo", dijo antes de ponerse unos binoculares para llegar a divisar el final de la nutrida concentración.
La inseguridad es el mayor dolor de cabeza de los venezolanos, seguido del alto costo de vida, según sondeos de opinión. Tras una profunda crisis eléctrica en el 2010, la gestión de los servicios públicos también figura en la lista de problemas, junto al desempleo.
Sin embargo, Chávez aún cuenta con amplio apoyo de la población gracias a una decena de subsidios para la mayoría pobre del país que alimenta con una bonanza petrolera sin precedentes en el mayor exportador de crudo de Sudamérica.
En ese contexto, es difícil aventurar quién puede ser vencedor en los comicios que hoy se desarrollan en Venezuela, donde se disputan dos modelos de país casi opuestos. Gane quien gane, será todo un giro para la región, de eso no hay dudas.
María Luisa Torres