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Argentina: sola, fané y descangayada

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EL PAÍS, AL GARETE
EL PAÍS, AL GARETE

Durante la presidencia de Néstor Kirchner, la Argentina integraba un bloque regional visualmente sólido y políticamente robusto.

 

Las reuniones con Hugo Chávez eran frecuentes, la Contra Cumbre de Mar del Plata ante la presencia del presidente de los Estados Unidos, las visitas de Lula y Correa... todas escenas que mostraban a una Argentina que, si bien estaba bastante alejada de los centros de poder y decisión mundial, al menos se afianzaba en lo regional, Mercosur y Unasur mediante.

Néstor Kirchner y Hugo Chávez avanzaron incluso con la creación del Banco del Sur, interesando más tarde al presidente Lula y a los demás líderes de la región.

Fue Kirchner el que acudió a coprotagonizar con Chávez aquella parodia de rescate de prisioneros de las FARC, fue Lula el que cuando Argentina tuvo malos momentos en 2009 desembarcó con una legión de empresarios a mostrar apoyo, y fueron Cristina Fernández y los demás presidentes los que protagonizaron aquella triste remake de "los autos locos" cuando, a bordo de un avión de Chávez, sobrevolaron el espacio aéreo hondureño en ocasión del derrocamiento del presidente Zelaya.

Todas postales de un pasado no tan lejano pero que hoy aparece demasiado remoto ante la soledad en que la Argentina debe enfrentar la coyuntura 2012/2013.


Algo cambió

 

Desde que Cristina Fernández avanzó sobre la desperonización de su entorno y se comenzó a rodear de viejos guerrilleros marxistas y sus herederos ideológicos, las muestras de apoyo regional fueron, linealmente, descendiendo. Lo hicieron de manera proporcional a los desbarajustes del gobierno.

En los últimos tiempos, apenas hemos verificado a Dilma Rousseff, a principios de octubre, pedirle a la Unión Europea "comprensión" ante las medidas proteccionistas de Guillermo Moreno, porque "el control de importaciones impuesto por el gobierno de Cristina Kirchner es un “reflejo” de la “difícil situación” económica del país "

Hace apenas unos días, el presidente del Uruguay, José Mujica, dijo que a la Argentina “se le había escapado la inflación” —esa que los gobernantes argentinos siguen negando— y que debió hacer "un toqueteo por todos lados” asegurando que " ahora no se sabe cuál es la salida”.

Dos menciones antes piadosas que otra cosa. Solidaridad formal.


El silencio de los aliados

 

En este punto debemos precisar un dato que a muchos analistas se les ha pasado por alto, y que es el punto inicial de lo que el gobierno denomina “campaña antiargentina” y lo que nosotros denominamos “bajada de pulgar”.

Ocurrió en marzo de 2012 y fue cuando el presidente Barack Obama decidió excluir a la Argentina del Sistema Generalizado de Preferencias de Estados Unidos. En nuestro país la medida fue, como era de esperar, desestimada y minimizada por los soberbios funcionarios que nos gobiernan. Es coherente; si la política exterior de su país la conduce Héctor Timerman usted no puede esperar que se interprete con mediana sensatez un gesto de la primera potencia del mundo. Y tampoco advirtieron que iba mucho más allá de lo que significaba. Era el principio del quite de colaboración mundial.

El problema argentino con el embargo de la Fragata Libertad, las multitudinarias marchas de protesta de la ciudadanía contra el gobierno, las medidas de fuerza de las centrales obreras y la sentencia desfavorable del juez Thomás Griesa no han merecido siquiera comentarios de parte de "los amigos latinoamericanos".

Ni solidaridad, ni apoyo, ni frente común: piadoso silencio.

Un piadoso silencio que esconde dos realidades.

La primera es que esos aliados también se ven perjudicados por el absurdo rumbo de las políticas de Cristina Fernández y la solidaridad se termina cuando esas muestras colisionan con los intereses nacionales de cada país.

Nadie alborotará demasiado el circo propio para defender payasos ajenos.

Y la segunda consiste en haber advertido ... acaso antes que los argentinos mismos, que el mundo le había bajado el pulgar a la Argentina de Fernández, y que el gobierno nacional, luego de su triunfo electoral de 2011, no ha cesado de cometer errores disparatados que solamente sirvieron para diluir el apoyo y para perder poder político.


La irritante soledad

 

La Argentina de Cristina Fernández está sola por decisión propia. Porque no hizo bien los deberes para con el primer mundo al que le debe tanto dinero, pero tampoco los hizo bien para con los aliados regionales.

El club de Paris recibió tres avisos de pago y los tres fueron truncados desde Buenos Aires. Brasil y Uruguay sufrieron las políticas proteccionistas de Guillermo Moreno.

El FMI anunció que si Argentina no transparentaba sus índices para Diciembre, entonces le sacaría Tarjeta Roja, el juez Griesa que a lo largo de muchos años "protegió" a la Argentina, dentro de sus escasas posibilidades, para darle al país la chance de reponerse y cumplir sus obligaciones, ahora parece haberse fastidiado definitivamente por las provocaciones demagógicas de Fernández y sus adláteres; Chile acude en defensa sus ciudadanos residente en Argentina ante los perjuicios que el cepo al dólar —que tampoco existe— les ocasiona, y los funcionarios locales, lejos de pergeñar ideas políticas viables, tan solo apuestan a patear la pelota hacia adelante.

Ante toda esta serie de contratiempos el mundo responde con un silencio sepulcral.

Están los que nos critican y están los que callan. Pero ya no están los que nos defienden.


¿Triste y solitario final?

 

Nadie puede aventurar una pintura certera del futuro inmediato de la Argentina, ni mucho menos de su gobierno.

El kirchnerismo ha estado dos veces groggy y al borde del knock out y ambas veces ha conseguido, merced a la astucia propia y a la inoperancia ajena, reponerse y volver a ser (internamente) triunfal.

Pero esta vez parece ser distinto.

El mundo financiero parece haberse hartado de este país defaulteador serial, mentiroso compulsivo y absurdamente demagógico y agresivo, y parece amenazar con castigarlo de manera severa, más que nada para sentar el precedente de que "el que debe tiene que pagar, y el que firma tiene que cumplir".

Y la región, la "patria grande latinoamericana que soñaron Bolívar, San Martín, Chávez y Kirchner", parece haberse dado cuenta que se puede dormir la siesta algunas veces con un violador serial, pero que más tarde o más temprano va a terminar siendo violado.

Y no parecen estar dispuestos a admitirlo.

El amor, a menudo, suele terminarse. Sostener vecinos problemáticos, a juzgar por las evidencias, también.

 

Fabián Ferrante

 
 

18 comentarios Dejá tu comentario

  1. Al comentario de Claudio P. sobre Lavagna agrego que también la candidatura presidencial de él fue un arreglo con Kirchner para dividir el voto opositor, hasta las encuestadoras decían que iba 2do y a Carrió la daban lejos 4ta o 5ta, siendo que salió segunda. Hubiéramos tenido 2da vuelta...

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