La actitud independiente de algunos miembros y ministros de la Justicia que pusieron fin a una serie de pretensiones del Poder Ejecutivo, como el de denunciar sin pruebas ante el Consejo de la Magistratura, desatar campañas de difamación a través de su prensa adicta, propaganda oficial mediante; recusaciones sin causa en un claro intento de apartar jueces probos e independientes de diferentes fueros, hecho que les permitiera desde el poder manejar al resto de los jueces a través del temor y la persecución a los mismos.
En los diferentes fueros presenciamos atónitos los argentinos, este tipo de atropello ante el silencio cómplice del Poder Legislativo y del mismo Consejo de la Magistratura. Hasta se llego al colmo de separar jueces, fiscales y obligar la renuncia del propio Procurador nombrado por el mismo Poder Ejecutivo, intentando poner en su lugar, un impresentable mentiroso “errores de tipeo” adicto a la figura presidencial, cosa que no pudieron concretar.
A partir de un fallo excelente del Supremo Tribunal, de una concreta toma de distancia de la Justicia de tantas desprolijidades y actuando como poder independiente, puso limite al avance del Gobierno ante uno de los poderes más importantes para el goce de los derechos y libertades de todos los ciudadanos.
Bastó una demostración de independencia por parte de la Justicia para que miembros del Poder Legislativo y Ejecutivo y del Consejo de la Magistratura pusieran en tela de juicio la honorabilidad de esta, involucrando a todos los jueces y tratando de llevarlos al mismo nivel de corrupción e impudicia del chiquero donde ellos se revuelcan.
No fue casual el discurso de la Presidenta el 9D, denostando a la Corte, descubriendo la corrupción de algunos jueces garantistas, a quienes fustigó por sus fallos proteccionistas a los delincuentes, olvidando referirse que esos jueces son los que siguen y seguirán la falaz doctrina de una de sus principales espadachines que tiene en la Corte Suprema llamado Eugenio Zaffaroni.
Tampoco fueron casuales las palabras de la Sra. Hebe de Bonafini reclamando justicia popular, como tampoco lo fueron las apreciaciones de la Presidenta pidiendo democratizar la Justicia tomando como excusa el fallo de Marita Verón. Todo apunta al descrédito del Poder Judicial ante la sociedad toda y al sometimiento de la Justicia con los árbitros del poder de la mafia gobernante.
Lo que no se puede asegurar es que el reconocimiento de la lucha por los derechos humanos a la madre de Marita Verón, no haya sido una estrategia, así después del reciente fallo de una “Justicia adepta” a uno de los gobernadores más sospechados de corrupción, cuya esposa por casualidad fue elegida para ser tercera en la línea sucesoria presidencial. Desatar una campaña. El posterior llamado presidencial horrorizándose del fallo y sus chacales (medios afines) desatando una campaña de desprestigio a toda la Justicia, solo tiene como fin acorralar a la justicia independiente, demostrándola ante la sociedad como cómplices de lo que ellos mismos instalan desde la política y la justificación de la Senadora Rojkés “que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafados”. ”La prostitución siempre existió”, todo cuadra.
Todo este montaje, el fallo independiente mezclando con los fallos carroñeros de jueces inmorales, Clarín con Irigoyen, Frondizi, Marita Verón, premio y fallo en Tucumán me reafirman pensar en el tango cambalache donde creo definir la intención de la Presidenta: “Vivimos ‘revolcaos’ en un merengue y en el mismo modo todos manoseados”.
Cuidado a la trampa del “vamos por todo”, también van por la Justicia, y si logran el objetivo nos quedamos sin República.
Rubén Gioannini
Presidente Mesa Nacional de Jubilados, Pensionados y Retirados de la República Argentina