Fue al referirse a la comunicación que había tenido previamente con José C. Paz, inaugurando 10 casas construidas por las cooperativas de Argentina Trabaja para 10 familias que vivían en la calle, que la Presidenta hizo un comentario a los militantes que habían participado del discurso transmitido por cadena nacional, este lunes en la Casa Rosada.
“La verdad que me dio no sé qué que me agradeciera porque no tiene que agradecer nada, a alguien que vive en la calle es una obligación por parte del Estado ir a ayudarlo”, indicó Cristina Fernández al comienzo de su discurso.
“Increíble, ¿no? Gente que sufre tanto y que agradece y otra gente que tiene de todo y solamente insulta, agravia y descalifica, qué terrible. Pero no importa no importa, no chicos, no”, les pidió al publico militante, entre los que se encontraban jóvenes de La Cámpora, JP Evita y Kolina, cuando empezaron a corear: “Ché, gorila. Ché, gorila. No te lo decimos más, si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”.
“Ustedes quédense tranquilos que el único que me tocaba ya no está. Pero igualmente son una garantía, y yo les agradezco todo este inmenso cariño, siempre es bueno tener alguien cerca, por si quieren hacer algo, ¿no? También está bueno eso”.
¿A qué se habrá querido referir la mandataria? ¿Quiénes podrían o querrían hacerle algo, o “tocarla”, como indica el cántico? ¿La Presidenta ve a la juventud de militantes como una fuerza de choque? ¿Cómo defenderían a la jefa de Estado en caso de que ella se los solicitara?
Al finalizar su discurso, Cristina llamó a la unidad para que “el país salga adelante y para que nunca tengamos que volver a vivir lo que nos tocó vivir a nuestra generación”. Llamado a las “armas” (por las dudas) y luego un llamado a la paz. Otra contradicción más.
Alexis Montefiore