Los empleados judiciales quieren más
aumento, por eso se encuentran nuevamente en una situación de alerta con
movilizaciones y paro de 24 horas para reclamar un nuevo ajuste salarial
consistente en un aumento del 20% para alcanzar una indispensable equidad
salarial.
Es público y notorio que hacia fines del año pasado, este
gremio obtuvo un fuerte aumento y "rescalafonamieto" de categorías,
lo que les permitió cobrar en forma retroactiva importantes sumas de dinero.
Desde las categorías inferiores hasta los cargos más altos, exceptuando a los
funcionarios -prosecretarios, secretarios letrados , y magistrados- el
incremento fue considerable e importante, toda vez que supera el sueldo normal
de cualquier trabajador.
Por tal motivo y, frente a este reclamo, la pregunta del millón
es ¿acaso un empleado judicial no puede vivir con un sueldo que supera los 1000
pesos mensuales? Las respuestas que aparecen son variadas y las justificaciones
son infantiles y poco creíbles. Los sindicalistas tratan ".... de
explicar el alcance de la medida y plan de lucha ..."
Nadie desconoce que la justicia esta colapsada, que las
condiciones de trabajo en los juzgados de cualquier fuero son precarias, que
falta lo mínimo indispensable porque los edificios y toda la infraestructura es
lamentable, el profesional que hace Tribunales todos los días debe soportar no
solamente la falta de ascensores y demás, sino el mal trato que recibe por
parte de los empleados que se creen los dueños del juzgado y con derecho a
contestar lo que se les ocurre, sin menor respeto por quien tienen enfrente, sin
tener en cuenta que todas las causas son importantes.
Normalmente el target de quienes trabajan en la
justicia es de clase media -tirando para arriba- y viven, en su mayor parte, muy
bien, con todos los beneficios que cualquier ser humano necesita. Se inician
como auxiliares y son jóvenes que estudian derecho y aprovechan la oportunidad
de tener algún pariente que ya trabaja y los hizo entrar a Tribunales con
facilidad.
Pueden por los horarios concurrir a la facultad y normalmente
terminan la carrera de abogacía en forma meteórica. Con el correr del tiempo
escalan de tal manera que llegan a ser secretarios y jueces con una facilidad
que sorprende, en muchos casos no respetando a quienes tienen una trayectoria y
realizaron una carrera judicial.
En cuanto a los beneficios existen y no son pocos: desde las
vacaciones- tanto la feria chica de invierno, como la grande de enero que dura
un mes- hasta una obra social como es la del Poder Judicial, que está
calificada como una de las mejores (más allá de que por fraudes y mal manejo
se encuentre en rojo).
Independientemente de esto las urgencias médicas son buenas,
rápidas, efectivas y no hay que peregrinar a los hospitales públicos para ser
atendidos, porque la cartilla de profesionales en las distintas especialidades es
variada y de lo mejor.
Con respecto a la dos ferias judiciales, las críticas son
constantes toda vez que no puede la justicia quedar inactiva un mes o quince dìas,
sobre todo en un momento de crisis social, y financiera que determina a través
de las estadísticas que los juicios son cada vez mayores en cantidad -por día-
y que la justicia se mide de acuerdo al tamaño en pequeña, mediana y larga y
con los amigos entre comillas que son los funcionarios, que siempre están
listos para favorecer o hacer algún favor a un amigo importante.....
Por ello, resulta vergonzoso e injusto que los judiciales
pidan más aumento, ya que olvidan que el hombre comun tiene que pelear primero.
Graciela Miriam Catalan
gracatalan@hotmail.com