Dejando de lado la euforia generalizada que pudo haber provocado la elección del Papa (y encima argentino) y con los ánimos más calmados por parte del oficialismo luego de la fuerte embestida contra el Francisco, pueden sacarse ahora algunas conclusiones de lo que podría suceder en base a hechos de la historia.
Los por qué de las reacciones vehementes luego de la sorpresa que tras la elección de un papa argentino no son pura casualidad. La persona elegida por la Iglesia podría haber sido cualquier cardenal argentino y la reacción hubiese sido calcada. El por qué se basa en que históricamente la Iglesia ha sido enemiga de los gobiernos populistas y de izquierda.
No llama la atención la reacción de Luis D´ellia cuando el 13 de marzo publicó en su cuenta de Twitter: “Francisco I es a América Latina lo q Juan Pablo II fue a la Unión Soviética. El nuevo intento del imperio por destruir la unidad suramericana”.
Esta reacción encuentra fundamento en que realmente Juan Pablo II, junto con la Iglesia católica, fueron de los principales responsables de la caída del muro de Berlín y la debacle de la Unión Soviética. No fue al azar que Juan Pablo II fuera polaco, como no es casualidad que hoy el Papa sea sudamericano.
Los ciudadanos de este país no pretenden perder más libertades de las que ya fueron dilapidadas con el kirchnerismo, sino recuperarlas. ¿Hace falta recordar que el gobierno comunista de la URSS fue responsable de la muerte de más de 20 millones de personas, entre otras calamidades?
La región está siendo tomada por gobiernos populistas, totalitarios y con pocas ganas de desprenderse del poder a cualquier costo. De esto existen vastos ejemplos: Venezuela viola sistemáticamente la Constitución Nacional, hoy Nicolás Maduro no podría ser presidente ya que la misma no lo permite, esto no es un dato menor; Cuba esta manejada desde hace cinco décadas por los Castro; Bolivia y Ecuador no se quedan atrás y si se trata de la Argentina, basta observar al intendente de Lomas de Zamora. Este personaje publicó en Twitter el 13 de agosto pasado: "@CFKArgentina es nuestra líder por mandato popular, y dejará de serlo cuando el pueblo lo decida, no cuando la Constitución lo determine".
Es interesante escuchar y leer las segundas y terceras líneas de los gobiernos, ellos son los voceros de las intenciones de sus líderes y, volviendo al ejemplo, alguien debería recordarle al Intendente que la Constitución está justamente para defender a la sociedad de personas como él.
La elección del Papa ha sido para el kirchnerismo como un tsunami del que todavía no logran recuperarse. Nunca se la ha visto a Cristina Fernández tan nerviosa como el día que se reunió por primera vez con el Primer Mandatario de la Iglesia Católica. Saben perfectamente que el poder de la Iglesia puede ponerle freno a sus ambiciones políticas.
Si los hechos transcurren de la misma forma que marcó la historia hasta ahora, los días de Cristina Fernández en el poder están contados.
Pablo Rodríguez
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