CTI, empresa de telefonía celular que promociona al público “ofertas económicas de teléfonos con chips, en packs o combos de 2 teléfonos 'kits amigo' al precio de uno ($99,00)", es denunciada a diario por no pocos usuarios que padecen las consecuencias de un servicio deficiente. A saber: falta de señal en los más diversos lugares -excepto en el subte donde son líderes-, facturaciones erróneas, intimaciones compulsivas y atención inadecuada por parte de algunos empleados que, excedidos en importancia por ostentar cierto “poder”, maltratan a clientes que debieron soportar esperas prolongadas. Empleados que olvidan que el “cliente” merece excelencia y calidad humana .

    Gran parte de estas quejas son recepcionadas por la Subsecretaria de Defensa del Consumidor que, en forma reciente, intimó tanto a CTI, como a Nextel, Movicom y Unifon –ahora fusionados en la firma Movistar - para que dejaran de cobrar "cargos no informados" en los contratos con los clientes.
    En el caso concreto de CTI se detectó que cobraba tres cargos por el mismo concepto: por pagar fuera de termino la compañía estipulaba en la factura: Recargo por Mora, Cargo por Gestión de cobranza y Cargo por pago fuera de término.

    Cuando uno consulta a Defensa del Consumidor le explican que: "... El año pasado la telefonía celular constituyó el rubro más denunciado por los porteños con 937 casos". Acto seguido, uno puede escuchar que, ante la morosidad de las quejas y a fin de prevenir mas conflictos, dicho organismo tuvo que actuar "de oficio", pidiendo a todas las empresas en cuestión las copias vigentes de solicitudes, contratos y reglamentos, lo que permitió detectar las infracciones existentes sobre todo en el deber de informar y en la prestación del servicio.

    Esto tiene tal autenticidad que da náuseas, ya que se termina demostrando que lo único que les importa a las empresas de telefonía móvil es capturar con ventas violentas y compulsivas al cliente, ofreciéndoles ostentosos aparatos o cambios en la facturación con promesas tentadoras y supuestamente accesibles, lo cual genera el convencimiento de la persona en cuestión. Sin embargo, nada hacen para demostrar que lo que dicen es cierto, que el servicio es tal como se lo contrato. Al momento de los reclamos se limitan muy sueltos de cuerpo a decir “¿Usted leyó bien el contrato”, lo cual provoca que el cliente, en efecto, se sienta engañado y parta en busca de una nueva compañía que no diferirá en nada de la primera. Las deficiencias en breve tiempo saldrán a la luz y "mostrarán la hilacha" una vez más.

    Por tal motivo es que no se puede entender cómo en un país como el nuestro, en el cual existen 14.000.000 millones de celulares en uso y cuatro de cada diez personas tienen un aparato, las compañias de telefonia celular presten en su gran mayoria servicios precarios, ineficientes, teniendo en cuenta que con sus fabulosas y costosas publicidades facturan sumas millonarias en la venta diaria.

    A ello cabe agregar que CTI se encuentra en un proceso judicial llamado "acuerdo preventivo extrajudicial" desde el 18 de septiembre de 2003 ante la justicia nacional de primera instancia del fuero comercial de la Capital Federal. Y es que se trata de una de las tantas empresas que se encontraron ahorcadas financieramente a partir del quiebre económico producido por los hechos de diciembre de 2001 y que, para evitar la quiebra, recurrieron a esta figura judicial contemplada en la ley de concursos y quiebras –24.522 modificada por 25.589 – durante el periodo del corralito, corralón, pesificación y deudas en moneda extranjera, llegando a un acuerdo extrajudicial con sus acreedores más importantes y, por ende, solicitando tal acuerdo que, si es homologado o convalidado, les permite mantenerse en pie como empresa.

    Como ejemplo de empresas que se encuentran en igual situacion tenemos a Correo Argentino, Multicanal –del Grupo Clarin-, Cablevision, Sideco S.A. y Autopistas Del Sol , todas ellas igual de famosas y con las mismas complicaciones e implicancias judiciales.

    Pero como los tiempos de la justicia y de los reclamos administrativos se miden en tamaño “pequeño”, "mediano” o “grande”, de acuerdo a las influencias que se puedan tener o a los "amigos poderosos" que existan, la desigualdad se hace presente mientras la gente espera que sus quejas y violaciones a sus derechos como usuarios puedan tener respuesta positiva y se haga lugar al famoso  “Será Justicia”.

Graciela Miriam Catalan Alvarez