¡Qué pedazo de burro que es Jorge Lanata! ¡Qué deplorable su producción televisiva!
Es increíble que metan más de 20 puntos de rating promedio, con semejantes falencias. ¿A qué me refiero?
El domingo pasado hizo un despliegue de recursos fenomenal para tratar de explicar lo que ocurre a diario en nuestras fronteras y, debido a su pésima explicación y puesta en escena, el lunes el impresentable titular de la AFIP se dio el gusto de salirle al cruce; algo que los K no habían podido hacer con la investigación de las bóvedas santacruceñas.
Ricardo Echegaray señaló muy suelto de cuerpo: "Lo que se mostró ayer es algo espectacular, pero es algo que pasa a menudo y tiene que ver con la actividad de la región. La situación social de esos lugares está vinculada al transporte de mercadería y nosotros trabajamos teniendo en cuenta la realidad social".
Echegaray también se refirió a una parte del informe donde se mostró que era posible cruzar sin exhibir el documento, y aseguró que es "esta situación se da en muchas fronteras del mundo".
¿Por qué se quedó a mitad de camino Periodismo Para Todos?
Los cronistas que envió a cubrir lo que pasa en los límites, especialmente el más controvertido, que es el boliviano, no se percataron de una verdad de Perogrullo.
Tal como había mostrado Telenoche a fines del 2012 y principios del 2013, en la frontera se ve a gente muy humilde del Noroeste argentino y del altiplano boliviano pasar por pequeños puentes o cruzando ríos que son muy poco profundos hilos de agua.
Se quedaron en esa imagen, que es impactante, pero nunca entendieron lo que los norteamericanos llaman el "big picture".
Si se hubieran movido unos escasos 200 o 300 metros hacia el Sur y el Norte, hubieran podido comprender cabalmente lo que allí sucede.
Grandes camiones llegan cada jornada hasta el vecino país repletos de mercadería.
Se estacionan a escasas cuadras de las aduanas y, luego, los "pasadores" comienzan a pasar todo lo que pueden cargar en sus hombros (30, 40 y hasta 50 kg de peso). Hacen seis, ocho y también diez viajes diarios.
Por eso, no hace falta ser un superdotado para percibir que van con bolsos hacia Argentina y vuelven sin nada cuando regresan a Yacuiba, Bermejo o Villazón.
En Argentina, esperan enormes camiones vacíos, que se llenan con el material que transportaron estas verdaderas "hormigas humanas".
En pocos minutos, toneladas de electrodomésticos, electrónicos, comida y también droga mudaron de país. Sin que las corruptas autoridades argentinas hayan movido un dedo.
Los pasadores son meros engranajes de una maquinaria corrupta de dimensiones inconmensurables.
Como siempre, el kirchnerismo apela a una supuesta "sensibilidad" por los más pobres, pero se trata de pobre gente explotada. Lo mismo ocurre con los súper explotados vendedores ambulantes peruanos y senegaleses (completamente organizados), con los sufridos esclavos textiles bolivianos o con las muy a menudo engañadas prostitutas paraguayas.
La droga, las putas, la venta ambulante, los talleres clandestinos y la falsificación de marcas y propiedad intelectual. Todo tiene su precio. La trata de personas crece día a día, como las villas donde se aloja en forma oprobiosa a las víctimas.
Lanata fue hasta una pirámide de oro y se contentó con pasarle las uñas a la superficie y quedarse con unos pocos gramos.
Hasta que no se entienda que las bóvedas patagónicas se llenan también con estos dineros manchados con sangre (además de todo el robo que hacen de los fondos públicos), no habrán comprendido qué es lo que realmente ocurre en las fronteras argentinas.
Marcelo López Masia