La próxima semana los argentinos concurrirán por segunda vez a votar en el marco de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Pese a que precisamente se trata de la segunda oportunidad en la que tiene lugar esta experiencia, es elevado el desconocimiento de la sociedad respecto de las mismas. Así lo establecen diversos sondeos que expresan también cierto desinterés de quienes el 11 de agosto deberán elegir a los candidatos que por estos días tratan de convencer a los votantes a través de brevísimos mensajes de apenas 12 segundos.
Para clarificar sobre estos comicios, lo primero que hay que decir es que no se debe hablar de “candidatos”. Hasta que las elecciones del 11 de agosto hayan pasado, todos serán “precandidatos”. Necesitarán contar con una cantidad de votos determinada según el distrito donde compitan para asegurarse su participación en las elecciones generales del 27 de octubre, que sí tendrán como premio bancas en el Congreso de la Nación y las legislaturas distritales, concejos deliberantes incluidos.
¿Qué cantidad de votos le garantizan a un postulante convertirse en candidato? El artículo 45 de la Ley Nº 23.298, denominada de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral, marca como requisito un mínimo en el 1,5% de los votos válidamente emitidos en cada distrito, ya sea para senadores o diputados. Se considera para ello la sumatoria de todas las listas internas de las agrupaciones políticas
¿Qué significa esto en términos reales? Que en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, una agrupación necesita un mínimo de 131.300 votos para poder competir en octubre, tomado esto de la experiencia de 2011, la única en la que se utilizó la ley aprobada en 2009. En esa oportunidad, la alianza Proyecto Sur quedó afuera, por medio punto. El partido de “Pino” Solanas obtuvo en ese distrito 94.581 votos, equivalentes al 1,08% de los votos válidos. También quedaron sin posibilidad de competir en la Provincia el Partido del Campo Popular (0,22%), el Movimiento Avanzada Socialista (0,18), Fuerza Organizada Renovadora Democrática (0,11), Gente en Acción (0,11) y el Movimiento Amplio de Jubilados y Trabajadores (0,06). Sí pudo competir la alianza Frente de Izquierda y de los Trabajadores, con 209.538 votos (2,40%).
En Capital Federal el piso que necesita una agrupación para participar en octubre es de 28.000 votos. En 2011, sólo quedó invalidado para competir para diputados nacionales allí Acción Ciudadana, que con 7.848 votos apenas sumó el 0,41% de los votos válidos, en tanto que Proyecto Sur fue la última de las fuerzas capacitadas para competir en esa elección, con el 2,49% de los votos.
No es algo que se vote este año, pero vale saber que para presidente de la Nación el requisito del 1,5% es el mismo, pero se suman los votos a nivel nacional. Se recuerda aún hoy la campaña que a través de las redes sociales impulsó hace dos años el periodista Jorge Rial, denominada “un milagro para Altamira”, que bastante hizo para que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores llegara al porcentaje de 2,46% de los votos a nivel nacional (527.237 votos) que le permitió a la fórmula Jorge Altamira-Christian Castillo competir en las elecciones de octubre. Por el contrario, en esa oportunidad quedó afuera Proyecto Sur, que proponía a Alcira Argumedo y Jorge Cardelli, cuyos 190.094 votos (0,89%) no alcanzaron para clasificar para octubre.
En esa oportunidad también quedaron fuera las fórmulas del Movimiento Acción Vecinal (0,30%) y el Partido del Campo Popular (0,23).
Cosas que hay que saber
Está claro entonces que todas las fuerzas, por más grandes que sean, deben participar de las PASO, así no tengan nada que dirimir entre sí. Es que el artículo 19 de la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral expresa puntualmente: “Todas las agrupaciones políticas procederán en forma obligatoria a seleccionar sus candidatos a cargos públicos electivos nacionales y de parlamentarios del Mercosur mediante elecciones primarias, en forma simultánea, en todo el territorio nacional, en un solo acto electivo, con voto secreto y obligatorio, aun en aquellos casos en que se presentare una sola lista”.
¿Parlamentarios del Mercosur? Sí, la legislación atiende un requerimiento que todavía no ha sido normatizado, pero cuando así suceda, también deberán elegirse a través de internas abiertas primero y elecciones nacionales después.
¿Dónde se vota? En las mismas escuelas a las que deberán concurrir en octubre para las elecciones generales. El padrón general es el mismo para ambas elecciones.
¿Se puede cortar boleta ese día? Claro, el votante puede elegir candidatos legislativos de partidos diferentes, siempre de distintos rubros, conforme el artículo 24 que establece que “los electores deben emitir un solo voto por cada categoría de cargos a elegir, pudiendo optar por distintas listas de diferentes agrupaciones políticas”.
Si en un sobre aparecen dos o más boletas oficializadas correspondientes a la misma lista y categoría, se computará sólo una de ellas, destruyéndose las restantes; se considerarán votos nulos cuando se encuentren dos o más boletas de distintas listas, en la misma categoría, aunque pertenezcan a la misma agrupación política.
El cuarto oscuro es el mismo que en una elección general, y por supuesto la urna es una sola. No es que cada partido tendrá la suya, pues las mismas son para los electores, no para los partidos.
Un tema que despierta dudas entre los propios políticos es el de las listas para legisladores nacionales. Las nóminas que van a internas están enteras, pero los perdedores tienen la opción de integrarse a la lista ganadora. Siempre y cuando obtenga minoría y el partido o acuerdo político dentro del cual compita lo contemple. Es una garantía constitucional, no hay posibilidad de que no participen las minorías, explican quienes rescatan los beneficios de esta ley.
Sobre el tema es muy claro el artículo 44 de la ley, que señala que “las candidaturas a senadores se elegirán por lista completa a simple pluralidad de votos. En la elección de diputados nacionales y parlamentarios del Mercosur, cada agrupación política para integrar la lista definitiva aplicará el sistema de distribución de cargos que establezca cada carta orgánica partidaria o el reglamento de la alianza partidaria”.
Vayamos a un ejemplo concreto. Este año se votan senadores nacionales en ocho distritos; uno de ellos es la Ciudad de Buenos Aires. Allí, la única fuerza que propone diversas alternativas es el frente UNEN, donde compiten cuatro listas, tanto en el rubro senadores, como en el de diputados. La lista definitiva de diputados se armará conforme establece el sistema D´Hont, según el resultado de la elección interna, y tendrán posibilidades de incluir miembros las fuerzas que en esa compulsa entre cuatro superen el 22% de los votos. Pero en cuanto al Senado, no hay fusión: el que gana, pone a los dos candidatos titulares y los dos suplentes.
Compromiso Federal es la otra fuerza que tiene interna en Capital Federal, pero mantiene una sola lista para el Senado, encabezada por Alberto Rodríguez Saá, en tanto que para diputados compiten seis nóminas, de donde deberá surgir la definitiva. Ya en 2011 Compromiso Federal fue la única fuerza que tuvo realmente internas, pues compitieron cuatro listas para la Cámara baja.