Cuando era arzobispo de Buenos Aires, el Cardenal Jorge Bergoglio era durísimo con la situación social que se vivía en la otrora Reina del Plata.
En su homilía contra la trata de personas, ocurrida en el mes de septiembre del 2011, en el barrio de Constitución, el "padre Jorge" denunció el retorno de la esclavitud al principal conglomerado humano de la Argentina.
"En esta ciudad se tolera la esclavitud, Eso que nos enseñan en la escuela de que la misma fue abolida por la Asamblea de 1813 es sólo un cuento chino", criticaba el hoy sumo pontífice de la iglesia católica.
Por entonces, quien se convertiría un año y medio más tarde en el Papa Francisco, señalaba que de la mano del kirchnerismo se había caído en:
-La proliferación de talleres clandestinos.
-La multiplicación de la prostitución.
-El exponencial crecimiento de los puestos de venta callejeros donde se reduce a la servidumbre a los vendedores casi siempre extranjeros.
-La explosión de la venta de drogas en cada esquina.
-El perfeccionamiento del "modelo" que se aprovecha de la tracción a sangre de los cartoneros.
-La trata de personas que alcanza ya a más de medio millón de residentes en nuestro país.
Con los hábitos papales, Bergoglio se vio obligado a ser muy cuidadoso, porque cualquier palabra suya podría haber inclinado la balanza electoral en esta geografía, teniendo en cuenta el tsunami de simpatía que concita hoy públicamente su figura.
Fue equilibrado y recibió a dirigentes oficialistas como la presidenta de la Nación y el gobernador de Buenos Aires, pero también hizo lo propio con el jefe de gobierno porteño y otros mandatarios no alineados con la Casa Rosada.
En estos siete meses de pontificado se refirió muchísimas veces a la situación horrorosa que padecen los inmigrantes que quieren llegar desesperadamente hasta Europa, especialmente a las centenares de víctimas fatales que hubo en Lampedusa, la más grande de las islas del archipiélago de las Pelagias en el Mar Mediterráneo, ubicada sólo 200 km de Sicilia,
El pasado miércoles, al recibir el libro "El Aplaudidor" (biografía de Aníbal Fernández que escribimos junto a Graciela Russo) donde se hace una pormenorizada investigación de cada una de las denuncias del ex cardanal porteño, Francisco en la Plaza San Pedro no pudo con su genio y se refirió por unos segundos a la situación interna de la Argentina.
"¿Están todas mis denuncias en Buenos Aires? ¿Y alguno de los que denuncié, está preso o no?", expresó ante la risa general de un grupo de argentinos que celebraba la vuelta, por unos segundos, fuera de todo protocolo, de aquel Padre Jorge al que tanto seguimos esperando.
Marcelo López Masia