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El complicado desafío de un eventual pacto UNEN-PRO

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UN ACUERDO EN SU PROPIO LABERINTO
UN ACUERDO EN SU PROPIO LABERINTO

Ante la coyuntura actual, y a un año y medio de las elecciones presidenciales, la dirigencia opositora no pejotista se encuentra ante una enorme responsabilidad: Estar a la altura de las circunstancias para no repetir errores del pasado y conformar una opción con posibilidades reales de ejercer el gobierno a partir de 2015.

 

La posibilidad de que UNEN sume al PRO a un frente para las próximas elecciones presidenciales, invita a pensar en un pacto histórico basado en políticas de estado de largo plazo como principal bandera.

Y es que la experiencia del año pasado en Capital Federal ha demostrado que la gente está dispuesta a aceptar que distintos espacios puedan unirse en la construcción política republicana, más allá de las diferencias ideológicas. Esa puede ser la base para que los partidos no peronistas puedan trabajar juntos en un acuerdo amplio que incluya un pacto de gobernabilidad y el compromiso de respetar ciertos lineamientos fundamentales.

De más está decir que es un desafío complicado, aunque también es cierto que el sistema de las PASO y una mayor madurez a partir de la experiencia, brindan la posibilidad de dar un salto de calidad y ofrecer a la población una opción seria y responsable.

La principal complicación va a ser lograr que los dirigentes abandonen sus divismos y se puedan juntar a dialogar y acordar un frente electoral que incluya un programa con políticas de estado.

En este sentido, aglutinar en un mismo espacio a referentes con ideologías tan disímiles como el PRO de Mauricio Macri y socialismo de Hermes Binner, parece una tarea imposible. Además, el frente debe resultar creíble para un país que ya vio naufragar un acuerdo aliancista en el pasado.

Las claves para romper con esto y que una alianza de estas características sea posible y creíble para todos se encuentra en dos cuestiones centrales: La utilización de las PASO como herramienta de diferenciación y elección; y la materialización de un pacto histórico entre los distintos espacios políticos que garantice la ejecución de ciertas políticas públicas de largo plazo.

El secreto del acuerdo estaría en que, gane quien gane en las Primarias, los partidos se comprometan a cumplir y llevar a cabo los lineamientos acordados en caso de ser elegidos para ejercer el gobierno.

Para esto sería necesario el compromiso, el trabajo y el esfuerzo de un amplio sector de la dirigencia nacional que va a necesitar dejar de lado las diferencias que no suman para empezar a trabajar en un núcleo de coincidencias básicas que necesita el país.

Si bien esto puede parecer difícil, también hay que considerar que la lucha contra el narcotráfico, el federalismo, el respeto institucional, la lucha contra la corrupción, la erradicación de la pobreza y las garantías de educación y salud universales deben ser objetivos comunes de toda la sociedad. Todos estos temas son terreno fértil para elaborar propuestas puntuales y compromisos sobre políticas de estado a aplicar.

En este sentido, la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, la elaboración de un plan educativo y de salud con presupuestos mínimos, el mantenimiento y mejoramiento de las AUH, el refuerzo en la lucha contra el crimen organizado y el compromiso para el respeto de la Constitución y las instituciones pueden ser sólo algunas de las cuestiones concretas sobre las que se puede trabajar transversalmente.

Por otra parte, la utilización de las primarias puede ser una herramienta importante para impulsar un acuerdo que supere la trampa justicialista y evite que dirigentes hasta ayer kirchneristas se reciclen en falsas alternativas electorales que hoy se dicen opositoras.

En la primera vuelta, los distintos espacios del frente pueden competir marcando sus diferencias ideológicas y filosóficas. La obligatoriedad de esta votación la convierte en un plebiscito abierto para que la población elija qué oposición es la que mejor la representa frente al avance del justicialismo sobre las instituciones y su falta de políticas de estado.

En esta primera instancia, el pueblo será libre de votar y elegir a quien crea más idóneo para competir y llevar adelante el pacto fundamental en caso de ejercer el gobierno. Todos los partidos se encuentran en igualdad de condiciones para presentarse a elecciones y representar al pueblo.

En la segunda vuelta los partidos que hayan resultado perdedores no estarían apoyando al ganador, sino al acuerdo previo que garantizaría ciertas políticas públicas previamente acordadas.

Con el apoyo de todos los sectores, la concreción de dichas políticas públicas sería factible.

Es verdad que todavía falta mucho para las elecciones de 2015 y el escenario todavía puede variar. Pero también es cierto que para lograr un acuerdo basado en una agenda común se necesita de mucho tiempo para el diálogo y el trabajo conjunto. Hoy por hoy, todos los sondeos muestran a Massa y Scioli como los favoritos de cara a las presidenciales del año próximo.

En este sentido, ¿no sería más conveniente para la oposición garantizar la concreción de ciertas políticas públicas y participar de un acuerdo histórico que enfrentarse a la posibilidad de morir abrazados a sus diferencias?

La realidad es que cualquier partido que salga en un cuarto puesto en las Primarias estaría realmente muy lejos de plantearse seriamente la posibilidad de disputar la presidencia en la segunda vuelta. ¿Qué rol estaría jugando entonces el sector que saliera cuarto más que el de fragmentar el voto opositor?

Si todo continúa como hasta ahora y las tendencias se mantienen, la oposición quedará ante un dilema:

O trabajan en conjunto por una opción republicana que piense en el bien común y el largo plazo, independientemente de quién sea el encargado de ejercer el gobierno;

O bien deciden cerrarse en sus ideologías y dividirse en dos espacios (uno más conservador y otro socialdemócrata), sepultando millones de pesos en recursos de campaña y privando a la ciudadanía de poder elegir una opción seria que rompa la lógica de poder justicialista.

Hoy por hoy ninguno de los espacios opositores tiene proyecciones como para pensar en que pueden llegar a superar en cantidad de votos a las dos expresiones del peronismo que se van perfilando.

De presentarse divididos ante la trampa pejotista, la oposición ata su futuro a la derrota electoral y la vociferación de críticas desde sus bancas en el Congreso Nacional, mientras el PJ se recicla y continúa gobernando el país.

En las últimas semanas se han escuchado algunas declaraciones de dirigentes del frente UNEN que parecen ser auspiciosas a la hora de plantear un diálogo abierto con algunos sectores del macrismo.

Con mucha timidez y cierta reserva, Elisa Carrió y Julio Cobos ya han dado a entender que los esfuerzos que se vienen llevando a cabo de cara a 2015 podrían llegar a incluir al PRO, o al menos a ciertos sectores del mismo.

Pero por otra parte, desde el partido de Macri y el Socialismo de Hermes Binner no han tomado con entusiasmo estas insinuaciones. El primero piensa mostrarse como una alternativa única y una "tercera vía" frente al peronismo y el frente socialdemócrata; el segundo se ha encargado de marcar su "límite" en lo que hace a acuerdos. Creo que ambos partidos deberían revisar el papel que piensan jugar de cara a la población.

El PRO podría volcar una cantidad impensada de recursos en una carrera por posicionar a Mauricio Macri como alternativa presidencial sin considerar que la plata que estarían gastando es la de todos los contribuyentes porteños. Difícil explicarle a la gente que el partido que se muestra como algo nuevo hace uso de estas dudosas maniobras electoralistas.

Además, el partido amarillo debería darse cuenta de que difícilmente pueda captar los votos de sectores progresistas o altamente ideologizados. Su desafío, en realidad, es disputarle el electorado al peronismo que hoy representan Massa y Scioli. Una carrera muy desigual en cuanto a recursos y poder territorial.

Por su parte, Hermes Binner debería pensar si es preferible un gobierno justicialista de corte conservador antes que un partido liberal que garantice el cumplimiento de un acuerdo, que incluya políticas de estado entre las que se pueda encontrar una mejor distribución de los recursos coparticipables para la provincia que gobierna, junto con ciertas políticas sociales que se puedan acordar. Esto sin resignar la posibilidad de poder imponerse en las primarias para lograr aglutinar, como pretende y necesita, a todo el voto no peronista.

Por todo esto, creo que la posibilidad de pensar en un pacto republicano que represente un plan de gobierno con políticas de Estado de cara a 2015 es una posibilidad que la oposición debe considerar. Habrá que ver si los dirigentes son inteligentes y realmente se encuentran a la altura de las circunstancias a la hora de aceptar la posibilidad de un pacto UNEN-PRO.

Quizás el diagnostico este equivocado y tanto UNEN como PRO, por separado, puedan realmente progresar y empezar a acercarse a los guarismos de las distintas expresiones del pejotismo. Sería sano que el país pudiera elegir entre una expresión conservadora y otra socialdemócrata profundamente republicanas.

Hoy por hoy parece difícil que el país pueda liberarse de la trampa de un Partido Justicialista que contrario a la doctrina que Perón predicaba antes de morir, ejerce el gobierno contra los intereses del Pueblo y sin un Proyecto Nacional de largo plazo, utilizando la doctrina para el populismo barato.

Si por otra parte se mantiene el escenario actual, al país no le quedará otra opción que repetir cíclicamente su propia historia: o la elección será entre Scioli y Massa, o las circunstancias obligarán a los espacios a dialogar y cerrar una alianza improvisada de último momento a pocos meses de las elecciones.

Sin un pacto trabajado y que garantice el respeto a ciertas políticas de estado, UNEN se parecería demasiado a La Alianza.

De tener que elegir entre dos facciones de un mismo partido, o entre una expresión de ese partido y un rejuntado de figuritas políticas, no estaríamos repitiendo los escenarios de 1999 y 2003? Una disputa Massa-Scioli parecería mucho a la elección que disputaron Menem y Kirchner. Una disputa entre un peronismo en retirada y una oposición rejuntada se parece mucho a la elección entre De La Rúa y Duhalde de 1999.

En ambos casos estaríamos repitiendo la historia, esta vez, con la oposición como cómplice. Esperemos aprovechar esta coyuntura, aprender de nuestra historia y salir para adelante. El pueblo lo merece y la dirigencia tiene que estar a la altura de las circunstancias para trabajar, de una vez por todas, en políticas de estado que garanticen el progreso de la Nación. 

 

Nicolás Sarlenga

 
 

14 comentarios Dejá tu comentario

  1. Perdón Andrés que sea crudo, pero decís la misma pelotudes que nos tiene atrapado, precisamente, poque es una pelotudez aceptada por la mayoría. BASTA DEL ARGUMENTO PELOTUDO DE LA ALIANZA La misma duró dos años y terminó en desastre, si. Pero NOS OLVIDAMOS DEL DESASTRE QUE TERMINÓ EL MENEMISMO, LOS DOS AÑOS DE ISABEL, LOS DIEZ Y PICO DE LOS K ¿Eso no cuenta? LOS VEINTE Y TANTO DE DESMANEJO DE BS AS, DE LAS PROVINCIAS QUE SON FEUDOS ¿Eso no cuenta? Por favor BASTA DE BOLUDECES

  2. La estrategia de la dra.Carrio es clara, SE POSTULARA A JEFA DE GOBIERNO de la ciudad, en NINGUN momento señaló aliarse con Macri (a quien tiene denunciado penalmente), habló de GENTE DEL PRO (no todos son corruptos). Como esto desespera a Macri, sus secuaces y al PJ, porque las posibilidades de lograrlo son más que firmes, estos y algunos IDIOTAS UTILES fogonean todo tipo de campañas para que no se concrete.

  3. No debe confundirse el interes del ELECTORADO DEL PRO com Mauricio Macri. Para el 2015, Carriò claramente quiere acercar para sì el electorado que vota a Macri pero para no votar a otros dirigentes mas chantas que èl. Es cierto que Carriò representarìa para ese electorado una alternativa mucho mas seria y responsable que Mauricio. Además Carriò puede prescindir de tanto "asesor" pues tiene demostrada experiencia Constitucional Jurìdica, que es suficiente como para armar el MARCO LEGAL DE UN ESTADO MODERNO. La CABA ganarìa en INSTITUCIONALIDAD con Carriò. Convengamos que Mauricio es válido como RRPP por todos sus vìnculos familiares y punto.

  4. Macri - Carrio 2015 Prat Gay Ministro de Economía, si entre ellos dejaran todas las diferencioas pelotudas (divismos) de lado, y la población entendiera la importancia de semejante acontecieminto solo ahi saldriamos adelante. Pero un pueblo ignorante como el nuestro no ve más alla de Massa o Scioli. Las unicas politicas de estado son que los docentes sigan ganando poco, siendo bastardeados en cada paritaria, y las clases no empiecen cuando corresponde asi la gente se mantiene ignorante y presa del clientelismo pejotista, que da paso a la otra politica de estado que es afianzar el narcotrafico con su inseguridad para terminar con la clase media y perpetuarse en el poder, que es lo que esta pasado. Si Macri, Carrio y Prat Gay no se unen, seguiremos en la misma. Binner es un pelotudo.

  5. El mayor daño producido al pais sin ninguna duda fue ejecutado por el peronismo y su corrupción, que falto de ideología fue fascista con peron y la chabela, neoliberal con menem y ahora de discurso de izquierda y bolsillos de derecha con los kirchner. Aspiro a que un dia tengamos partidos politicos a la europea con ideologías definidas que los hacen previsibles para todos los ciudadanos, al mismo tiempo que esa misma ideología los compromete en su gestión. Van desde la extrema derecha hasta el socialismo y el ciudadano puede votar al que mas cree que lo puede satisfacer. Los frentes son una melange de politicos que se juntan por conveniencia y ademas en nuestra historia la gente siempre los votó “en contra de” y nunca a favor propio. Por eso prefiero que macri sea liberal, que los radicales sean socialdemócratas, que binner sea socialista y que haya partidos de izquierda como los comunistas. Entonce todos sabremos quienes son estatistas, privatizadores, liberales, de centro derecha etc. y no como el peronismo que con tal de llegar al poder o de mantenerse en el se puede disfrazar con todos esos matices como el camaleón. Respeto la opinión del autor del articulo, pero si pretende que hagan un frente para sacar a los kirchner no ganará la republica porque se usan para esconder las intenciones de todos los que participan, y ademas careceran de ideología como el mismo peronismo.

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