No es usual que la Semana Santa convide con buen tiempo por estas latitudes, pero mucho menos habitual es lo que aconteció en la soleada tarde del jueves 5 de abril de 2012.
Si bien por aquel entonces ni siquiera fantaseábamos con el SIMEFA (Sistema de Medición Federal), no cabe duda que los argentinos pospusieron la siesta.
Apenas pasado el mediodía y desafiando al feriado, Amado Boudou sorprendía al país con declaraciones incendiarias contra el fiscal Rívolo y el juez Rafecas. Ambos magistrados habían tenido a su cargo el allanamiento en una propiedad del vicepresidente, sospechado de negociaciones incompatibles con la función pública.
En su presentación no sólo arremetió contra sendos funcionarios judiciales, sino que se cargó también al titular de la bolsa de comercio, al CEO del Grupo Clarín y dio vuelta el reloj de arena del Procurador General de la Nación.
Así fue. La tendencia del kirchnerismo a ensanchar sistemáticamente el eje del mal hizo que el mismísimo Esteban Righi fuera confinado al ostracismo. Righi no sólo era un exitoso abogado que lograba sacarle las papas del fuego al matrimonio presidencial cada vez que se ventilaba su aumento patrimonial, sino que era el único de los que frecuentaba el FpV que podía alegar auténtica pertenencia camporista.
Como tantas otras veces, de buenas a primeras, la opinión pública se hacía eco de la vida de personajes ignotos para la inmensa mayoría del país. De igual modo, a la fecha, nadie tiene exacto registro de qué fue de casi todos ellos, pero el punto es que un DJ marplantese, que militaba en la UCeDe, le picaba el boleto al jefe de los fiscales, entre cuyos míticos antecedentes obraba el haber sido Ministro del Interior de “el Tío”. Eso es el kirchnerismo, depende con qué cara se lo ilumine, es lo que aflora (y, ciertamente, hay para todos los gustos...).
Hay que reconocer que Boudou quiso implementar rápidamente la metodología de los Kirchner frente al conflicto. El desfile discursivo de “esbirros”, “mafias”, “corporaciones” y, por supuesto, “Magneto”, revela que el músico aficionado intentó valerse del know how de sus jefes.
El recurso a cortinas de humo le permitió a Boudou diferir en el tiempo su declaración indagatoria, en tanto a la justicia le tomó dos años sentar en el banquillo de los acusados al vicepresidente en ejercicio.
Vale destacar la labor del juez Ariel Lijo en todo esto. La resolución mediante la que cita al Presidente del Senado, fechada el 29 de mayo próximo pasado, es contundente. Seis carillas, muy fundadas, dan cuenta de un trabajo “prolijo”. Fechas, transferencias, montos, nombres, hechos, detalles.
El 1° de septiembre de 2009, dueños anónimos adquirieron la sociedad extranjera “The Old Fund”, una off-shore de objeto amplísimo que, representada por Alejandro Vandenbroele, emitió su primera factura el 21 de mayo de 2010 por la cuantiosa suma de $ 7.667.161, en concepto de comisiones generadas por su actuación en la reestructuración de la deuda pública de la provincia de Formosa. En dicha operación, intervinieron Amado Boudou y José María Nuñez Carmona.
El 1° de septiembre de 2010, “Ciccone Calcográfica” cedió el 70 % de su capital accionario a “The Old Fund”. Afirma Lijo que el acuerdo se cerró “a cambio del levantamiento de la quiebra, de la aprobación del plan de pagos de la deuda fiscal, de la inyección de capitales para recuperar su productividady del pago de 50.000 dólares mensuales a cada uno de los dueños originales por el know how”.
Con un pormenorizado análisis, el juez refiere la secuencia procesal de la quiebra de Ciccone y los bruscos cambios de temperamento que la AFIP manifestó en el expediente: el 15 de julio de 2010 pide la quiebra de la imprenta; el 31 de agosto del mismo año cambia su posición y decide otorgarle un plan de pagos; dos semanas después se muestra conforme a levantar la quiebra, siempre que cumpla con el plan de pagos; y dos días después expresa su voluntad de que la falencia se levante incondicionadamente.
El magistrado tiene por acreditados los siguientes pagos: el 03/09/2010, “The Old Fund” depositó en el expediente de la quiebra de Ciccone $ 567.000, en concepto de honorarios impagos al síndico; el 07/09/2010, la firma “London Supply” (dirigida por Miguel Castellanos, conocido de la infancia de Nuñez Carmona, Boudou y Vandenbroele) transfirió $ 1.800.000 a la cuenta misma cuenta; el 14 de octubre de 2010, “The Old Fund” habría depositado $ 1.986.753 más, como consecuencia de lo cual, el 24/09/2010 se levantó la quiebra, circunstancia que se hizo efectiva el 19/10/2010. Una nota de color. Lijo da cuenta de un detalle que, a esta altura de los acontecimientos, resulta anecdótica pero deja en evidencia que las maniobras protagonizadas por Boudou comprometen a funcionarios de primera línea de la administración kirchnerista. El titular del Juzgado Comercial N° 8, donde tramitó la quiebra de la calcográfica, había autorizado el arrendamiento del predio que Ciccone tenía en Don Torcuato a “Boldt S.A.”. Dicha firma, con apoyo en esta locación, se negaba a abandonar el inmueble; pues bien: “En diciembre de 2010, Boldt S.A. recibió una sanción de la Secretaría de Comercio, en la que se dispuso el cese de la vigencia del contrato y una multa diaria de $ 15.000 por cada día de demora en el desalojo. En junio de 2011, Boldt abandonó la planta”.
El único cabo suelto que quedaba para que “Ciccone Calcográfica”, devenida luego en “Compañía de Valores Sudamericana”, pudiera ser contratada por el Estado Nacional, era la obtención el certificado fiscal, extremo que se logra por gestión de Vandenbroele el 13 de diciembre de 2011 (o sea, tres días después de la asunción de Boudou como vicepresidente de la Nación), luego de presentar un nuevo plan de pagos ante AFIP el 14/11/2011 (el que se aprobó el 25/11/2011).
En el medio, se especula que la ex-Ciccone imprimió las boletas con que el “Frente para la Victoria” se presentó a las elecciones de ese año, generándole dividendos en el orden de los $ 12.212.953,09.
Finalmente, y luego de que la Gerencia de Administración y Finanzas de la Casa de la Moneda frenara el 02/11/2010 un llamado a licitación pública que llevaba casi un año y medio de tramitación para la adquisición de equipamiento integral para la producción de billetes, el Estado Nacional contrataba a la empresa representada por Vandenbroele para imprimir 410.000.000 de billetes.
Es muy antipático lo que sigue, pero: la Argentina debe hacerse cargo de haber elegido a este hombre, también, con el 54 % de los votos.
Y en atención a eso, vale la pena actualizar recuerdos de aquel sábado 25 de junio de 2011.
El frío acusaba que el invierno se había instalado ya y la tarde estaba presta a caer, mas la llegada de la noche tendría un límite: Olivos; allí, el sol podría irse sólo cuando “la Jefa” lo ordenase y todavía no era hora.
Era un año de votación en la Argentina y restaba un par de horas para que los partidos acercasen a la justicia los nombres de sus candidatos. Se trataba de un auténtico formalismo, hasta las piedras gritaban que esa mujer, vestida toda de negro, llevaría nuevamente los atributos de mando.
A cuatro horas del vencimiento del plazo otorgado para presentar las listas con las candidaturas para las PASO de agosto -cuyos triunfadores disputarían los cargos en los comicios generales de octubre-, nadie sabía quién acompañaría a Cristina Fernández de Kirchner en la fórmula presidencial.
Quizá porque sabe que conseguirá su objetivo de todos modos, tal vez porque compite con fantasmas cercanos para acreditar que no hay ahora (ni hubo antes) un doble comando: “Ella” juega con el reloj del calendario electoral, y es eso un vaticinio de lo que vendrá.
En cualquier caso, ya está todo listo para una dantesca puesta en escena. Gobernadores, legisladores y extras, ya están en sus puestos. Será una de las últimas veces que los periodistas ingresarán a la quinta presidencial. Corridas de último momento. Los ministros se ubican en una plataforma, levemente elevada sobre el nivel del piso y que hace las veces de escenario, de cara a los aplaudidores. Parece mentira, pero las segundas partes siempre fueron peores y esta estaba a punto de empezar…
Desde el atril, Cristina confiesa los atributos que espera de su vice: “Uno es el de la lealtad, que tiene que ver con la identificación con el modelo y la valentía que hay que tener para ejercer esa lealtad”.
Acto seguido, sindicó a Amado Boudou como candidato a Vicepresidente de la Nación. El anuncio fue rimbombante, propio de un talk show.
Como si se tratase de un premio muy preciado y fuesen muchos los interesados, el violero amateur se llevó las manos a la cabeza, las sumió en su abultada cabellera y se dobló como un contorsionista clavando sus codos en las rodillas e izando sus talones hasta describir una diagonal ascendente con el asiento que lo sostenía y por el que ya resbalaba hacia adelante.
A Boudou le brillaban los ojos: sin duda era lo único genuino que brotaba de su ser; estaba colorado: más que de costumbre. Con los brazos en alto cerraba sus puños como signo de victoria, mientras sus colegas lo aplaudían y le sonreían (aún los que todavía no soltaban del todo la expectativa de ser ellos los escogidos).
No podían disimular que habían competido durante largo tiempo y era hora de festejar. El acto mutó en estudiantina y Boudou era el rey de la primavera en pleno invierno. Sólo faltaba que lo escoltasen del bracete hasta la “Reina Madre”, quien ya le extendía los brazos para fundirse en un apretujado abrazo. Y hacia “Ella” corrió Aimé, a recibir su premio por haberle acercado a “la Señora” el negocio más suculento que ni siquiera pudo imaginar: apropiarse de la máquina de hacer plata.
El espectáculo despuntaba comicidad, si no fuera porque era un camino sin retorno a la primera plana de la administración central del país. Perfectamente podrían haberse encontrado en privado y luego anunciarlo a la prensa, manteniendo de algún modo el ficto grado de decoro que hace ligar la vida política con cierta idea de abnegación y sacrificio. Pero, no. Eligieron la forma más primitiva de acceder a los pasillos de la civilización republicana. A la vista de todos pero en silencio, la joven democracia argentina empezaba nuevamente a desangrarse.
Un país acelerando hacia la alucinación, desentendiéndose progresivamente de la realidad.
Una comitiva de aduladores obsecuentes condenaría a la presidenta a vivir ensimismada; en el fondo, es posible que nunca haya descreído del todo de las consignas que la preconizaban eterna.
Así fue, en medio del bullicio grotesco, el país conoció a su futuro vicepresidente. Como salido de un reality show, exhibía el pasaporte a tan alta dignidad: alcanzarle un negociado al poder. Eso, es lo que deberá descular la justicia.
Elián Pregno
Excelente articulo!! De a poco se le ira borrando la sonrisa a muchos, Ya se rieron muchos años de todos nosotros, pero como suelo decir.....La responsabilidad no es de los corruptos, sino nuestra que los dejamos que sigan en sus funciones.
No puedo hacer otra cosa que repetir lo que yà le dijeron. EXCELENTE ARTICULO. Sabemos que el camino no es facil, pero yà se vislumbra la luz. Personalmente, como muchos de nosotros, no me siento responsable por estos corruptos. Hacemos desde nuestros puestos lo que corresponde y actuamos con honestidad. Hay que darse cuenta que no teniamos los medios para que todos estos corruptos paguen. A veces, hay que tener paciencia, sangre fria y ser determinados y la Justicia llega.
Existe algún otro País en que una empresa valla a la quiebra por deudas impositivas. Me parece que eso ya es anormal.
SI ES VERDAD ESTE COMENTARIO AHORA SE ENTIENDE PORQUE GANARON CON EL 54% DE LOS VOTOS TENIAN LAS MAQUINAS PARA IMPRIMIR BOLETAS A LO LOCO Y LOS DEDOS MAGICOS EN LOS CENTROS DE COMPUTOS PARA TAN APLASTANTE VICTORIA AHORA ENTIENDO ......
Para GUSTAVO: que "valla"a la quiebra 100% seguro que no, Que "vaya" a la quiebra no estoy tan seguro.