En una de mis colaboraciones anteriores me hice eco de los dichos de la “doctora” que señaló como “extorsión” a la sentencia del juez que atiende el tema de los reclamos, de fondos especulativos, por bonos soberanos impagos de nuestro país.
En esa oportunidad, señalé que la extorsión, si existió, puede haber sido realizada no por el juez, sino por los fondos que habrían sugerido a la mandataria que conocían varias cuentas en bancos del exterior por montos “derivados” de la administración nacional o provincial.
El 16 de julio de 2014 uno de los fondos formalizó en un juzgado de Nevada la búsqueda de activos pertenecientes a Lázaro Báez o su “socia”. Evidentemente los acreedores ante la falta de una respuesta inmediata a sus requerimientos, iniciaron la secuencia denunciada.
El 22 de julio de este año la doctora afirmó que no firmará bajo amenazas. El juego de presiones continúa.
Los fondos no informarán sobre la localización y los montos que ya deben conocer, hasta tanto no les aseguren reembolsos o privilegios que les garanticen el beneficio esperado por los inversores.
La publicación de los juicios iniciados contra las cuentas ocultas desataría un Tsunami social mucho peor que el del 2001. La reacción podría ser mayor si se descubriera que una parte de los bonos por la deuda estuviera en manos de banqueros nacionales asociados a gente del poder.
Porque podría darse el caso de que algunos fondos “buitres” operen con capitales de inversores nacionales. Entre nosotros contamos, en otro tema, con Old Found que también es un fondo buitre, ¿no? La interpretación conspirativa que hace la “doctora” sobre la acción del mundo financiero, la corpo, el campo, el yuyito, los buitres, los caranchos, etc., le evita explicar sobre las acciones y omisiones que afectan a la población y cuyas razones permanecen ocultas.
Si utilizo ese tipo de interpretación, que a mí me resulta cómodo por mi reconocida paranoia, puedo llegar a inferir que esta lucha desigual contra la justicia de Nueva York y contra los financistas codiciosos, encubre en realidad todo un mecanismo de retención del poder luego de las próximas elecciones de 2015.
Como podemos comprobar, Clarín ya no miente tanto, ocupándose de una situación menor frente a los grandes problemas que afectan al País. La situación de niños que están alimentados nos distrae de la de cientos de miles que están hambrientos, carentes de atención médica y hasta de agua (como lo sabe Capitanich con su preocupación y angustia selectivas) cuyas necesidades estarían previstas en partidas presupuestarias que nunca llegan a destino porque se pierden en juegos politiqueros, lindantes con la psicopatía.
Distraída la opinión pública con esos temas y con una supuesta lucha con los fondos, el poder ganará tiempo y la épica resultante demostrará la acción decisiva de un ministro de economía que merece ser considerado, por su capacidad y ejecutividad, como candidato a la próxima presidencia.
Desde el principio, nuestro héroe, engañó positivamente a los acreedores que se animaron a reclamar por supuestos derechos afectados por la Argentina.
Engañó a Repsol que consideraba que no sólo no iba a cobrar nada sino que se le cargarían los costos por la contaminación del medio ambiente. Engañó al Club de París que estimó una revisión del origen de la deuda reclamada y de los pagos ya realizados que exceden el monto legal de la acreencia.
Lo mismo les hará a los “buitres”. Engañó a Chevron, que creía que por solidaridad con el pueblo hermano de Ecuador, le iban a ser embargados los bienes y rechazados los proyectos.
Engañó a los chinos y los hizo comprometerse a financiar represas que no tienen una alta prioridad. Engañó a los rusos comprometiéndolos a levantar reactores nucleares en zonas con aguas límpidas.
Y en otros casos menores, pero productivos para el País. Su capacidad de negociación es reconocida en el mundo entero.
Han logrado insertar a la Argentina en el mundo. Hoy somos objeto de la admiración de muchas naciones que no cuentan con un vicepresidente procesado, porque ellos no se animan a procesar a los propios.
Las próximas elecciones tendrán un resultado que, fuere cual fuere, consolidará la situación de los numerosos militantes que están siendo incorporados a las administraciones nacional y provinciales.
Éstos contarán con los contactos necesarios como para gerenciar proyectos, digitar resoluciones y movilizar arbitrariamente los fondos, de acuerdo a la “emergencia económica” creada desde el poder.
Lo cierto es que toda esta parafernalia es una farsa. Argentina hace rato que está en default, tanto con la deuda externa como con la deuda interna, que es más importante porque los acreedores son trabajadores, jubilados, enfermos, educandos, víctimas de la inseguridad, etc.
La novedad que nos quieren vender, es que por la acción de los financistas codiciosos la Argentina tendrá que hacer algunos ajustes para superar la difícil situación económica. Aunque algunos oficialistas disimulan y afirman que “no va a pasar nada”, sabemos qué va a pasar.
En principio aumentará el intervencionismo estatal en la economía. La recesión derivada de los ajustes (cambiarios, de tasas bancarias, de paritarias compradas, etc.) generará una mayor importancia de la burocracia en la toma de decisiones privadas.
En términos más simples, toda gestión económica, (licitaciones, compras directas, pagos, aprobación de proyectos, habilitaciones, etc.) ante el Estado, deberá dejar una mayor cifra para facilitar la tramitación.
Por eso es tan necesario para los que, supuestamente, van a abandonarla administración, dejar planteles insertos en la misma a efectos de dominar los privilegios rentados. Los candidatos “opositores” que se perfilan tienen características definidas.
Uno propone mirar hacia adelante y no hacia atrás como lo hace este gobierno; es decir, lo robado, pisado. Otro es componedor, transigente y es incapaz de generar una acción punitiva de las que solicita la ciudadanía, como puede comprobarse con la inseguridad provincial, y muchas veces se imponen sus genes de comerciante por sobre la gestión social.
La esperanza blanca, titular de la Capital, arrastra el compromiso de los contactos comerciales chinos de su padre, intermediario oficioso del gobierno nacional, y de la preferencia oficial que lo va delineando como “el candidato”.
Difícilmente le sea posible tratar el tema corrupción una vez electo, estaría en contra de sus principios. “Los cinco latinos”, como los bautizó alguno de los corresponsales de Jorge Asis, tienen todavía que compaginar las partituras, establecer quién será la primera voz, superar los problemas de cartel, organizarlas giras, etc.
Esa es mi visión primaria (desde la paranoia) de la situación nacional. En tren de imaginar les prometo otra peor. Es necesario combatir la ética cero de la actualidad, con la injusticia cero para alcanzar las metas que la ciudadanía libre se proponga.
No dejarse operar por las noticias y los temas impuestos desde la necesidad de ocultar la realidad, apelando a tecnicismos y denuncias oportunistas.
La cláusula RUFO está sobredimensionada, según algunos especialistas, y está siendo utilizada como excusa para postergar soluciones en lo exterior y ocultar problemas internos urgentes sin resolver.
En síntesis, toda esta historia o historieta con el cual manipulan a la opinión pública desprevenida, será recordada como la que caracterizó todo un momento en la vida nacional, como lo fue la Circular 1050.
En este caso, la cláusula RUFO, por la utilización que el oficialismo y algunos “opositores” hacen de ella, será recordada por el pueblo como la cláusula “ROFO”.
Ignacio Beltrán