¿No tuvieron bastante con la masacre del Proceso de 1976-1983? Parece que no, pues desde que Néstor Kirchner asumió la presidencia, Julio Ramos, Eduardo Feinmann y Antonio Laje se la pasan descubriendo marxistas debajo de cada baldosa. Según una nota aparecida el domingo último en el semanario Noticias, “una parte del establishment más retrógrado junto a sectores de la iniciaron una embestida contra Kirchner. Ven “marxismo extremo” detrás de cada medida y creen que Zaffaroni lidera el “copamiento”. El Gobierno responde con otro tipo de fanatismo: no admitir otra verdad que la suya”.
Este trío inefable, llamado por dicho semanario “derecha mediática”, añora las doradas épocas en las cuales Carlos Federico Ruckauf metía bala a los delincuentes en la provincia de Bs As y el romance Menem-Cavallo aún marchaba viento en popa. Pero, al trío del terror hay que sumarles otros inefables: Herminio Iglesias, Norberto Alemann, Mariano Grondona, Aldo Rico y Mirtha Legrand.
Acá están, estos son, los incombustibles
No son, lástima, meros productos de una película de terror o de una mente trasnochada por relatos de miedo. Desgraciadamente, los nombrados forman parte del elenco estable de los que nunca se fueron. No los asustan las cacerolas, ni los indignados ciudadanos que a menudo los putean en la calle. Siguen teniendo cara de piedra ante el repudio general, y su lengua viperina es más rápida que el revólver de Billy The Kid.
El pulcro conductor, abogado, profesor de universitario de derecho y panegirista de José López Rega, Mariano Grondona se permitió, según Noticias, reflexionar en cámara, acerca de los alcances de este fenómeno: “Si las nominaciones futuras mantuvieran la línea política e ideológica que inspiró la postulación de Zaffaroni, los argentinos quedaríamos ante una nueva mayoría políticamente afín con el Presidente y, además, de izquierda. Siempre que el nuevo ministro no represente la punta de lanza de una invasión."
“Por la boca, muere el pez”, reza un antiguo pero certero refrán castizo que pinta con creces el pensamiento del buen doctor. Pues al final del mismo, lo remarca con una alusión marcadamente extraída del vocabulario militar: “la punta de lanza de una invasión.”
¿Desembarcaron en estas playas fuerzas cubano-marxistas, acompañadas por combatientes peruanos de Sendero Luminoso y de las FARC colombianas? Seguramente que no, aunque Grondona posea información clasificada proveniente de la CIA (la misma acusada por Bush de plantar información falsa en Irak), o de algún otro servicio trasnochado.
El veterano economista del establishment Roberto Alemann, ex ministro de la dictadura de Leopoldo Fortunato Galtieri, también expresó su preocupación: “Es que hay un sesgo de izquierda muy notable y el Presidente no lo oculta. Que Horacio Verbitsky sea su asesor y que Miguel Bonasso sea su amigo y lo lleve de viaje lo dice todo. Con esa ideología no construimos el país. ¿Qué política económica vamos a tener? Está todo muy indefinido y (Kirchner) ni siquiera recibe a los empresarios."
Habrá que aclararle a este venerable anciano, un “liberal” de puro cuño conservador, que con la ideología de sus amores la Argentina posee actualmente un status económico-social comparable con el de Burkina-Faso, un atrasadísimo país africano.
Otro que está espantado por esta “invasión” es Herminio Iglesias, ex hombre fuerte de Avenalleda, ex incinerador de cajones y quizá el principal responsable de la derrota del justicialismo en octubre de 1983. Molesto porque“ han raleado las imágenes de Juan Perón y Eva Duarte de todo acto oficial”, no duda en calificar a la administración del santacruceño como netamente izquierdista.
También, integra este elenco conservador y temeroso la señora Mirtha Legrand, quien no vaciló en largarle en la nariz su preocupación al primer mandatario en uno de sus almuerzos: "¿Sabe qué dice la gente? Se viene el zurdaje."
Esa “gente” que alude la primera diva de la TV vernácula, serán seguramente aquellos que se enriquecieron, a costillas del sufrimiento de la mayoría, durante las gestiones de José Alfredo Martínez de Hoz y de Domingo Cavallo.
Ni hablar de los aludidos Feinmann y Laje, autoabanderados de la conservación del statu quo de los poderosos y celosos guardianes de la sagrada causa del capital (perdón, de esos capitales extras que suelen venir en sobres).
Para finalizar, no merece la pena ahondar en la trayectoria conocida de Julio Ramos. Es sabida la admiración que profesaba el dueño de Ambito Financiero por Martínez de Hoz primero, y por su mejor alumno Domingo Cavallo después.
Estos buenos muchachos, siempre bien posicionados, saltan como leche hervida cada vez que algún peligro, real o imaginario, amenazan sus tangibles intereses y se erigen como portavoces de una engañosa mayoría silenciosa.