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Entrevista "exclusiva" a Martín Redrado

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HUMOR DE DOMINGO, PARA AFRONTAR LA REALIDAD
HUMOR DE DOMINGO, PARA AFRONTAR LA REALIDAD

Nervioso al punto de exponer una leve torpeza, pero tan sincero como aquellos que hablan con el corazón en las manos y el alma en carne viva. Así se expresó Martín Redrado con Angaú Noticias sobre su presente sentimental, marcado por la reciente ruptura con la artista plástica Luciana Salazar y el inicio de una nueva relación con Amalia Granata, una referente del PT, el Partido de los Trabajadores, que lidera el brasileño Lula Da Silva.

 

"Necesitaba volver a creer en el amor", nos dice el expresidente del Banco Central mientras acerca las tazas de café que compartirá con el cronista de AN. "No en cualquier amor -prosigue sin necesidad de una repregunta-, sino en el amor como fuerza motora del mundo, del Universo, de ese complejo mercado de capitales que es al fin de cuentas la vida".

Redrado, a pesar de una intencionada charla previa con este redactor sobre temas baladíes para descontracturarlo, no logra relajarse. Los sonidos de su teléfono celular lo sobresaltan, y no le quita la mirada al fotógrafo que en vano ensaya pasos felinos alrededor para una toma que lo conforme. "Disculpen, esto de los medios nunca fue lo mío", dice.

Mientras tanto nos deslumbran los 200 metros cuadrados de la sala del piso que ocupa en la torre Le Parc, con una decoración posmo en la que sobresalen grises metálicos y brillos de vidrios, mezclados con plantas artificiales de colores pasteles y un gran Kandinsky de tonos rojizos. Muebles de líneas duras en colores perla y marfil. Algo étnico, gobernado por timbales, suena suave y gravemente en el fastuoso sistema de sonido que está junto al ventanal que nos muestra una Buenos Aires que atardece entre luces parpadeantes.

-¿Le cuesta tener estas relaciones amorosas de altísimo perfil?

-Sí, mucho.

-No me refiero al aspecto económico, sino a las sensaciones personales.

-Ah, entonces no, no me cuesta tanto.

-Pero se lo ve como atormentado por la persecución de los medios.

-Es que en general no se me cree, pero soy una persona esencialmente tímida. Entonces, cuando surgen estas situaciones, siento la presión de la mirada pública.

-¿Con Salazar cómo fue?

-Algo que no pude manejar. La vi y me encantó. Hubiese querido que no fuese un personaje público de perfil tan alto como ella, pero es como dice el proverbio: el corazón tiene razones y porciones accionarias que la razón no entiende ni coparticipa.

-Fue una relación que sorprendió mucho. Usted, un técnico a ultranza. Ella, todo un símbolo sexual.

-Es verdad.

-Disculpe si le molesta la observación, pero para mucha gente era una relación por conveniencia.

-No, en absoluto. Fue amor.

-Se decía -y usted lo habrá escuchado o leído- que ella estaba con usted por su dinero y sus vínculos con el poder, y usted con ella porque le daba prensa y un perfil nuevo más conveniente para su carrera política.

-No, para nada, lo que nos pasó fue auténtico.

-Incluso -y le vuelvo a pedir disculpas- se decía que usted la usaba de pantalla para alejar versiones sobre una supuesta homosexualidad.

-(Lanza una risa forzada) No, por favor... Si ella les contara se asombrarían. Yo no lo hago por caballerosidad y por modestia.

-Se dice que prácticamente no tenían vida sexual.

-¡Ja ja! Mire, va contra mi deseo de preservar mi intimidad, pero le digo algo: Luly, como se imaginan todos, es una mujer extremadamente sensual y fogosa, de modo que todas las noches tenía una dedicación especial en producirse para que compartiéramos la cama, donde, jaja, puedo asegurarles que lo que menos hacíamos era dormir. Todo lo contrario: yo me la pasaba hasta el amanecer diciéndole osadías por el Whatsapp.

-Wow.

Redrado se sonríe -quizás con un dejo de sobreactuación- denotando una mezcla de malicia y vanidad, y se aleja para regresar con un vaso de whisky. Sigue riéndose y observándonos como esperando que le hagamos algún comentario sobre su revelación anterior. El fotógrafo, como para que vuelva a una actitud más espontánea, cierra un puño y le levanta el pulgar. Redrado se sonríe con la boca abierta, en gesto ganador, se sienta y espera que la charla continúe.

-¿En qué momento terminó con ella?

-Nunca, pero les puedo asegurar que me excitaba mucho.

-No, en qué momento decidió ponerle punto final a la relación.

-Ah. El año pasado ya habían comenzado algunos problemas, sobre todo por el mal vínculo de ella con mis hijos.

-Algo de eso se hablaba en los medios, pero nunca se supo exactamente por qué lado venía el conflicto.

-Principalmente celos de ella. Una vez me hizo un escándalo porque descubrió que yo a los chicos les compraba carne molida de la especial, y a ella molida común. O decía que yo no la hacía respetar.Amalia Granata, la elegida. Teme que Robbie Williamas se enoje al enterarse.

-¿En qué sentido lo decía?

-No sé... Por ejemplo, una vez mi chico mayor organizó acá una reunión de amigos. Luly llegó de hacer "Animales sueltos" y ya era tarde, así que algunos de los pibes estaban pasados de alcohol. Y bueno, algunos la manosearon un poco, la rodearon, se fregaron contra ella, esas pavadas de los chicos. Entonces entra hecha una furia a la habitación, me muestra las salpicaduras de semen sobre el vestido y que le habían quemado parte del pelo con encendedores, y me dice "¡hacé algo, haceme respetar!" Dejá, le digo, son pibes, no te pongas en una actitud jodida.

-Pero no lo hizo.

-No lo suficiente, al menos. Se dejó quemar el pelo en otras reuniones de los chicos, pero ponele que a la séptima vez ya se enojó y quiso meter una denuncia... Una locura total.

-Pasó entonces también lo del Mundial de Brasil.

-¡Uyyy, lo que fue lo del Mundial! Ella saca esos tuits pidiendo a la hinchada que me busque porque yo era un "maltratador", ¿no? Bueno, ¿sabés cuál era el problema? Que según ella yo me fui a Brasil con los chicos porque decidí no llevarla a ella.

-¿Y no fue así?

-¡Pero noooo! ¡Los chicos me dijeron que no la lleve, yo no tuve nada que ver!

-Supongo que igual le habrá molestado que usted los consintiera, y encima todo de sorpresa.

-Tampoco es verdad que haya sido de sorpresa. Los chicos ya tres semanas antes le habían escrito "Luly, puta de mierda, no vas a ir al Mundial con papá, vamos a ir nosotros".

-No suena muy fácil de tolerar que los hijos de la pareja propia envíen un mensaje de ese tipo.

-No fue un mensaje, se lo dejaron escrito en las paredes del ascensor del edificio. Pero bueno, era todo así, cualquier cosa de los chicos para ella era un escándalo. Y la relación se agotó.

-¿Con Granata cómo se dieron las cosas?

-Después de lo de Luly, yo me sentí muy mal, todo tuvo demasiada exposición y me sentí invadido, la verdad. Me refugié mucho en mi familia. Un día mi mamá me dice: "Nene, ¿por qué tenés ese book de putas de hoteles en tu casa? Yo cuando fui a cocinar para los chicos lo vi". "Mama, es mi álbum de fotos de viajes", le dije. Pero me cayó la ficha de que tenía que buscar una chica más de su hogar, tranqui, que compartiera mi idea de formar una familia e irnos a vivir todos al campo para vivir de la caza, la pesca y los pooles sojeros.

-¿Cree que Amalia da ese perfil?

-Sí, no tengo la menor duda. Es un ser de luz. Además, súper sencilla. Si no hay lugar en el Hilton y tenés que morir en el Sheraton, a ella le da igual. La compañera que yo necesitaba.

-Se lo ve entusiasmado.

-Y lo estoy. Yo necesitaba creer en el amor. No en cualquier amor, sino en el amor como fuerza motora del mundo, del Universo, de ese complejo mercado de capitales que es al fin de cuentas la vida. Como me dijo ella: "Ese amor que te hace sentir mariposas y tarjetas de crédito aleteando en el estómago".

-¿Hablan de lo que puede haber más allá del presente?

-Sí, claro. Si bien los dos somos partidarios de que la vida es el momento en el que estás parado, no podemos evitar ilusionarnos y apostar a este amor a 30, 60 y 90 días.

-¿Y en tener un hijo piensan?

-(Se ríe echando la cabeza hacia atrás y acomodándose el flequillo) Lo que hablamos es en ir despacio, sin quemar etapas pero con grandes metas. Lo del hijo es un sueño hermoso, no lo voy a negar, pero creo que nos falta seguir conociéndonos, continuar compartiendo cosas y abrir camino en esta gran aventura que es la existencia humana. Después calculo que, sí, estaremos preparados para encargar un hijo y venderle la nota del nacimiento a Caras.

 

 

Angau Noticias
La prensa que miente, pero avisa

 
 

10 comentarios Dejá tu comentario

  1. Como se entiende que un economista que parecía serio educado en Harvard ande con gatos? Será por la publicidad. Creo que en resumen es poco profesional y le hace un pobre favor. País generoso.

  2. No sería bueno que busquen verdaderos hombres que puedan sacar adelante el país y dejarse se exhibir putas y maricas? No les da vergüenza? O es parte del menú diario obligatorio que nos toca para ser cada vez más babosos y rastreros?

  3. Este es uno de los que decía que Cavallo era un gran economista, no dejó con una deuda impagable y un 24 % de desocupación. En Harvard fue adjunto del golpista y antidemocrático de Grondona, espero que nunca más tenga un puesto en ningún gobierno, se lo imaginan vendiendo el país si llega a ser cansiller como decía Lully

  4. Luciana Salazar artista plastica????? no habran querido decir"artista de plastico"??? Porque de lo que trajo al mundo no parece que le queda ni un atomo............

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