Ante más de 100.000 personas en el autódromo de San Martín, el Indio Solari brindó este sábado el show más cuestionado de su carrera solista, en el que la mayoría de los fanáticos se quedó sin escuchar la música y las palabras del cantante.

Sucedió algo insólito: en un escenario al aire libre ubicado en una zona rural, la producción del espectáculo decidió no colocar torres de sonido en el campo, algo habitual en sus presentaciones anteriores.

La jugada terminó en papelón, ya que las tres cuartas partes de los asistentes se quedaron prácticamente sin acceder al sonido.

Desde el inicio del show, pasadas las 21:30, la música no se escuchó, ni tampoco las reflexiones del exlíder de Los Redondos, que se mostró mucho más hablador y bailarín que nunca, en un vano intento por suplir las fallas.

"La culpa la tienen los productores. El Indio incluido", le dijo a agencia Noticias Argentinas una persona del entorno del cantante, luego de que las quejas comenzaran a copar las redes sociales apenas finalizado el recital.

Los productores son los hermanos Marcos y Marcos Peuscovich, quienes junto al cantante escatimaron dinero en las torres de sonido, dando como resultado el pogo más silencioso y triste de la historia.

En los días previos al show, los Peuscovich afirmaron que esperaban un recital de 50.000 personas, una cifra mucho menor a las cosechadas por el músico oriundo de Entre Ríos durante sus últimas presentaciones solistas.

Sin embargo, es sabido que en todos los recitales del Indio se venden entradas por una cantidad y la gente que finalmente ingresa es muy superior.

Si bien los productores habían advertido que en esta oportunidad nadie entraría sin ticket, los forcejeos con la policía, que reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma en algunos puntos de ingreso, obligaron a abrir las puertas.

"Subí el volumen la puta que te parió", "El Indio no cagó, el Indio nos cagó" y "No se escucha, no se escucha", fueron los hits de la noche.

Las caras largas, brazos cruzados y quejas constantes, amenizadas con chistes de resignación, reinaron en los tres cuartos de campo donde el sonido fue de pésima calidad (NA).