La irracionalidad por parte de aquellos que se suponen que deben ser mesurados y pensantes no se entiende. Por ejemplo: un médico que trata mal a su paciente no se puede comprender. La maestra que se altera y se enoja con su alumno tampoco se comprende. Un albañil que no sella bien un ladrillo y pretende más dinero es un calamidad. Pero los trabajos y oficios antes mencionados, en nuestro país, pueden tener motivos de molestias e irracionalidad: una mala paga, nada más ni nada menos. Eso se traduce al descontento sin lugar a dudas. Pero hay otros trabajos, por ejemplo, ser jefe de Gabinete que no creo sufra algún tipo de precarización laboral.Capitanich

La única verdad es la realidad. En este caso es demasiado aplicable. Esta mañana en su clásica conferencia de prensa, Jorge Capitanich habló de varias cosas, pero hizo más con las manos que lo que pronunció. Mientras hablaba del enemigo íntimo del gobierno, el Grupo Clarín, tomó unas notas del “gran diario argentino” y las rompió. Las cortó con bronca y la vehemencia era tal que en sus ojos se veía odio. Poco razonamiento. Ese odio del que él suele jactarse que tiene el grupo dirigido por Héctor Magnetto.

No seremos abogados del diablo, por Clarín, claro está. Pero iremos más allá del hecho.

“Coki” Capitanich enfunda un mal ejemplo. No se trata de romper una hoja o quemarla. Se trata de  dar el ejemplo, no para los que están en frente, para nada, ya están demasiados “gorilizados”. Sino para los propios. Justo coincide que la presidenta, Cristina Fernández está en China. ¿Si ella estuviese acá, lo hubiera hecho? Tal vez no. Aunque todos sabemos cómo es el enfrentamiento entre el kirchnerismo y Clarín, eso no hubiese ocurrido. Hay ciertos códigos que se manejan.

Capitanich cometió esa hidalguía de pacotilla frente a las cámaras solo para mostrar vaya a saber qué.

Los argumentos y operaciones montadas por Clarín se pueden responder con gestión. También con discusión política. O simplemente con la ignorancia. Pero no.

Cristina cuando baila el “Bombón asesino” realmente, mal que le pase a muchos, se ve popular. Es su imagen. La llegada que tiene a un sector de la sociedad que la quiere y hasta la idolatra la sabe construir muy bien. Una mujer que sabe manejar sus gestos. Claro está que a Capitanich eso no le sale. Él Creyendo que hace justicia por mano propia, termina mostrando la incompetencia que tiene como dirigente político. Me imagino rompiendo en su oficina la tapa de todos los diarios cuando el pequeño Néstor, el niño Qom, murió desnutrido en su provincia, la que él gobernó y que sigue manejándola.

No hizo gracia. Detrás de esas hojas de diarios, exceptuando quién firmaba esa notas, hay muchos trabajadores, una comisión interna que lucha a diario contra los aprietes de Magnetto y la precarización laboral. Cortar esas hojas es cortarles las manos a muchos trabajadores. Mientras CFK está en China, Amado Boudou es nuestro presidente. Si la tapa de algún medio anunciara eso, Capitanich ¿rompería la hoja?

Ojo, Clarín tergiversa muchas cosas. Alguna vez dijeron que “TN iba a desaparecer” o que “devuelvan la Fragata”, pero nada pasó. Apocalipsis now, ahora y siempre de parte de ellos. No hay que dejarse engañar más sobre estos acto y tratar de preguntarse más en el por qué. ¿Por qué lo hizo o lo hacen?

El poder del Grupo Clarín es terrible. Maneja demasiado la opinión pública. Trata de imponer verdades de otros planetas a realidades muy disimiles. No aguanta que nadie esté en su contra y que pueda pensar en el pueblo. Capitanich menos (Malas palabras).