Con las elecciones cada vez más cerca, ¿es lógico que Sergio Berni quiera abandonar el gobierno y hasta su postulación para un cargo en la Provincia de Buenos Aires? ¿O la Presidente ya no lo quiere y a toda costa lo quiere hacer renunciar?
El último blooper grande de Berni fue decir que la manga de la cancha de Boca está a cargo de la Conmebol, por lo tanto la Policía Federal no tiene injerencia en la seguridad de ahí. Que se sepa, ninguna federación de fútbol tiene policía ni vigilancia propia para custodiar los sitios que son responsabilidad suya.
Tal vez el problema con Berni es que alguien desenfunde la historia de una oficina privada que usa el Secretario de Seguridad en la calle Piedras al 400, una vez asaltada y donde se consuman pagos de “retornos” de compras que hacen a su área, y hasta a compras del Hospital Militar que están a cargo de su pareja. Scioli no lo quiere cerca, Randazzo menos y Aníbal peor. Se ha quedado sin amigos el Súper Berni.
¿Una vieja causa por abuso sexual cajoneada en Rio Turbio? Eso dice el Ministro de Justicia que aconseja sacar a Berni de circulación lo antes posible, antes que el escandalo resuene fuerte en días de elecciones.
Por otro lado, el ex hombre fuerte del espionaje argentino sigue deshojando la margarita de si venir o no a Buenos Aires. Jaime Stiuso logró entrar a la Florida gracias a su condición de italiano nacionalizado, porque como argentino ya no podía hacerlo.
Stiuso mandó señales buscando un acuerdo pero Parrilli no quiere saber nada con el ex hombre fuerte. El asunto es que si Jaime declara en la causa AMIA rindiendo cuentas sobre lo que hizo al menos en los últimos 10 años, tiene forma de cargarse al menos a 2 cristinistas, su jefe directo entonces, Héctor Icazuriaga y la Directoras del Área de Finanzas también renunciada en diciembre, Sonia Fosnasero.
A nadie en el oficialismo le importa lo que ocurra con Francisco “Paco” Larcher, porque se lo considera un traidor por su vínculo de siempre con Sergio Massa. Se nota que Néstor Kirchner no era tan infalible con su gente, si un doble agente se le metió bao sus plumas y le sirvió al enemigo.
El caso de la contadora de la ex SI es más compleja. Sonia Fosnasero —amiga personal de Cristina y a la vez de Elisa Carrio—, debería comparecer en Tribunales para justificar sobre la base de qué información y por orden de quién le entregaba fabulosas sumas de dinero a Jaime para adjudicarlas al caso AMIA. Ni Jaime las sacaba por su propia voluntad ni Fosnasero se las entregaba por ser un alma generosa. ¿Y si Jaime revela que Cristina-Fosnasero-Carrio eran parte de una jugada secreta del oficialismo, pues la chaqueña no deja de ser funcionalmente servible al oficialismo destruyendo cuanta coalición opositora se arme? No es sencillo sentar a Jaime en un Juzgado y dejarle hablar todo lo que sabe.
¿Por dónde anda el ex espía? Viaja de Brasil a México, de ahí a la Florida… y así sucesivamente. No es sencillo andar cargando con su joven esposa y su hija de 8 años como un paria sin destino. Además de 6 guardaespaldas permanentes que no son baratos… y hasta por estadísticas siempre hay al menos uno dispuesto a ser traidor. El ejemplo de Nisman basta y sobra para saber de esta condición.
Jaime estuvo siempre a disposición de lo que quisiera la CIA y USA, pero ya no les sirve y hoy Estados Unidos lo tiene como persona no grata.
Lo mismo ocurre con ex oficiales y personal del Ejército que durante años, al menos desde los 70 hasta 1983, sirvieron de custodia a las multinacionales de EEUU radicadas en la Argentina, desde Ford, Chevrolet, Coca Cola y otras.
Este caso es paradigmático. En febrero del 2010 la revista Veintitrés publicó un informe con el listado de oficiales y PCI —personal civil de inteligencia— que prestaron servicio durante la dictadura en dependencias de inteligencia y del tristemente famoso Batallòn 601.
A quienes aparecieron en ese listado, aunque no tuvieran causas penales, ni por delitos de lesa humanidad ni delitos penales comunes, la Embajada de EEUU en la Argentina les niega la VISA aunque hayan tenido viajes anteriores a ese país. Como la negativa del permiso para entrar a su tierra EEUU debe fundarlo, son sus propias normas, y no tiene cómo hacerlo si la persona reúne todos los requisitos para viajar, cuando uno de esos que figuran en el listado que publicó la Revista 23 se acerca a tramitar al visado, los responsables consulares le hacen llenar un formulario anexo llamado F 221 G.
Esa es la clave interna de la Embajada para no otorgar el permiso de ingreso a USA. Pues quien lo llena y lo entrega, vuelve repetidamente a buscar la confirmación pero nunca la encuentra. La Embajada manda al freezer el formulario y así hay gente que hace años espera una confirmación de viaje que extraoficialmente saben no le entregarán jamás. Repetimos, es gente sin causa alguna pendiente con la justicia, mucho menos con problemas por temas de DDHH.
Muchos oficiales, ya grandes y retirados, fueron custodios de empresas norteamericanas afincadas en la Argentina, tuvieron comportamientos honrados en su vida pública privada, y así y todo no los dejan ni visitar a sus familiares en USA solamente por haber figurado en el listado que publicó “la 23” hace 5 años.
Esa es la típica idiosincrasia yanqui. Usan a las personas y después las rechazan. O las dejan en el congelador, algo peor que rechazarlas directamente.