Intratables es uno de los programas más seguidos en las noches de la Televisión Argentina. Yo lo veo con bastante frecuencia, a veces en vivo y otras, lo busco en YouTube. El otro día me equivoqué y por error puse uno que era de hace seis meses y, como lo tenía de fondo mientras trabajaba, me llevó varios minutos darme cuenta de mi error.
Mi confusión me causó gracia y me hizo pensar que el programa conducido por Santiago del Moro es un espejo de la realidad argentina: siempre igual sin importar su fecha.
Lo bizarrro: de la marginalidad al espacio central de los medios
Para entender el éxito de Intratables, hay que retrotraerse a las opciones televisivas que estaban disponibles en los años noventa. La televisión considerada “seria o tradicional” coexistía con otros espacios que exploraban nuevos formatos, rompían los moldes conocidos hasta entonces y experimentaban viendo que salía de ese proceso. Aunque fueron expresiones de otro género distinto, pienso en los ya míticos Cha Cha Cha y Todo por Dos Pesos como parte de ese proceso en el cual surgen cosas que hasta ese momento no existían más que en el Underground porteño.
En el campo del periodismo televisivo, Mauro Viale y Chiche Gelblung fueron los pioneros de algo que con todas sus modificaciones llevaría a Intratables. Los mediodías de Mauro alcanzaron su mayor pico de rating durante el Coppola-gate donde se generó un espacio donde todo valía, peleas en vivo, agresiones de todo tipo, Samantha Farjat a los gritos con Natalia De Negri y toda una serie de elementos que hasta ese momento eran novedosas. Sin embargo, a pesar de que generaba rating, era considerado periodismo “Amarillo” y nadie tomaba lo que allí pasaba en serio. Como muestra basta un botón de lo que era aquel escenario mediático:
Otro tanto puede decirse de “Chiche” Gelblung. En su programa Memoria hizo toda clase de representaciones de hechos reales, e informes sumamente delirantes. Al igual que Mauro, Chiche creaba un clima en el cual ya no se sabía que era real o inventado pero el lema era entretener. Acá hay un extracto referido a la famosa “Autopsia a extraterrestres”.
Otra expresión de marginalidad cuasiperiodistica fue el programa llamado Zap. Acá puede verse un segmento:
Como dije más arriba, estas expresiones de periodismo y/o reality show amarillo, eran irrelevantes más allá del rating que tuvieran (La Nación jamás hubiera levantado información de Zap) fue que eran en realidad programas de entretenimiento que complementaban a otros segmentos donde tenía lugar el debate más serio y definido sobre los problemas que quejaban al país.
En aquella época Pre-streaming, pre-Netflix, pre-redes sociales y pre tantas cosas, Tiempo Nuevo y Hora Clave eran vistos por no menos de la mitad de la población adulta de la Argentina. Existian además programas de menos rating y ya existía el cable. Que tenía numerosas opciones. etc. Hoy todo eso ya no existe y la centralidad es ocupada por aquello que hace unos años era marginal. Los medios de comunicación se hicieron todos amarillos y Grondona y Gelblung son quienes hoy se refugian en el cable.
De MTV a la política
Santiago del Moro es quien lidera Intratables. Veamos este segmento de Countdown, un programa de Much Music donde el joven llegado de Tres Algarrobos hacia sus primeras armas.
Al intentar analizar porque es interesante y atractivo ver Intratables se me ocurren los siguientes puntos:
-Para empezar, es sumamente entretenido ya que el programa no tiene un solo momento de silencio, el debate es permanente frente y detrás de cámara, se escucha a panelistas en conversaciones privadas susurrando y hablan todos juntos con gran frecuencia, es para decirlo en términos poco académicos un gran quilombo que cautiva por el desorden, como cuando uno mira por televisión una avalancha o una pelea en un estadio de futbol: uno sabe que nada interesante resultará de esta situación pero aun así, está fascinado y cautivado por la secuencia que se despliega voraz y ocupa el presente.
Por otro lado, el programa salta de un tema al otro permanentemente, no hay ninguna conclusión respecto a ningún tema y el debate es totalmente horizontal y democrático. Se gana espacio a fuerza de gritos y un desconocido puede terminar recibiendo el mismo espacio que alguien con cierta trayectoria si es efectivo en su presentación y mantiene la pantalla “caliente” según lo que dicta el “minuto a minuto”.
Los invitados son muchísimos y muchas veces no saben ni los nombres de aquellos con quienes debaten. El programa tiene personas totalmente alineadas con el kirchnerismo como Diego Brancatelli y Agustina Kämpfer y otros que antagonizan con la política oficial. La presencia de Kämpfer que indigna a algunos (como la desplazada Maria Julia Olivan, excelente periodista) tiene un elemento atractivo y casi morboso. La cámara la enfoca cada vez que se nombra a Boudou.
Se ha dicho que los periodistas son los únicos profesionales que completan su educación en público. Esto es más que cierto en Intratables. Salvo Débora Plager y Jonathan Viale (este último permanentemente conectado a su laptop) que manejan cierta información y ayudan a veces a ordenar ese debate apasionado e inconducente, el resto es puro griterío y resulta difícil que alguien termine de exponer lo que estaba diciendo sin que lo interrumpan. En ocasiones cuando la cosa esta totalmente fuera de control Del Moro hace cerrar todos los micrófonos, retoma la palabra y la secuencia vuelve a empezar.
Creo que Intratables también fascina porque es siempre la misma discusión y la argentina es siempre la misma. ¿O acaso no estamos discutiendo y hablando sobre temas que eran los mismos que preocupaban hace veinte o treinta años como la inflación o la violencia en los estadios de futbol?
El programa funciona como un espejo de nuestra sociedad y creo que por eso me sigue interesando cada día, por más que nunca llegue a nada. Seguramente en algún momento, Intratables me canse y empiece a ver algo distinto pero por el momento me entretiene. Me pregunto si a muchos otros lectores les pasa lo mismo.
Ah, me olvide de mencionar a Anabela Ascar, otra gran pionera de lo bizarro. Este video es el más popular que se generó en su programa.