Horas antes de las elecciones me propuse escribir lo que pienso y siento sobre lo que sucederá el domingo. Y lo más grave....posteriormente.
Argentina durante años y a partir de 1903 estuvo considerada entre las 10 naciones más ricas y desarrolladas del mundo. Fue comparada con Estados Unidos.
¿Que vemos ahora en una radiografía objetiva?
Estamos entre los peores países en educación, solo comparable con naciones africanas.
Ha disminuido la calidad educativa. Teníamos 5 universidades entre las más calificadas del mundo. Ahora ninguna ocupa un lugar inferior a 100.
En los análisis de calidad educativa que mide PISA solo superamos a 5 naciones, entre ellas a Venezuela.
En materia económica, de ser exportadores de gas y petróleo hemos pasado a importar cerca de 14.000 millones de dólares por año.
Han descendido nuestras exportaciones, en todas las actividades, salvo la soja.
El país está fuertemente endeudado, tanto interna como externamente.
Casi no quedan reservas en el Banco Central.
Varias provincias están fundidas y con sus obras sociales y hospitales casi sin funcionar.
Sólo han crecido algunos privilegiados, la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico. En materia de inseguridad hemos alcanzado niveles similares a México.
Carecemos de calidad institucional. No se respetan ni la Constitución ni las leyes. Existen decretos de necesidad y urgencia, de los cuales se hace un uso abusivo y constante.
Ataques a la libertad de prensa y a quienes opinamos diferente. Mientras por el lado del gobierno, debemos tolerar 43 cadenas nacionales las que por ley solo pueden usarse en casos de extrema necesidad.
Existen muchos desaparecidos y muertos sin explicación, a pesar del tremendo aparato represivo y de inteligencia del Estado. El caso del ex fiscal Nisman es emblemático. Pero no el único.
Los fiscales y jueces que se animan a investigar al poder son presionados para silenciarlos.
La lista sería larga. Menciono el tremendo enriquecimiento injustificado de muchos funcionarios sin que puedan ser juzgados.
Casos como la AMIA y otros siguen sin resolución.
Repudiados por el mundo desarrollado. Solo tenemos eventuales relaciones con países semi marginales.
Tal vez una reseña de este grave estado, de esta enfermedad, lo constituye la candidatura a gobernador de la provincia más importante de Argentina, Buenos Aires, de Aníbal Fernández, hoy jefe de gabinete y hace no muchos años fugado y buscado por Interpol por causas penales en Quilmes. Y como el, muchos otros.
En democracias y naciones serias no podrían serlo.
Este resumen no se agota en estas reflexiones.
Estamos frente a momentos muy críticos que requieren de personas y decisiones muy valerosas.
Pero sobre todo, que sepa el pueblo votar.
Porque luego, como en recientes ocasiones, vienen las lamentaciones y el famoso "yo no lo voté".
Quiera Dios, el de todas las religiones, ayudarnos en esta etapa crucial.