El pensamiento económico y político de Mauricio Macri quedó expresado en la conformación de su primer gabinete con ejecutivos de empresas, funcionarios ya probados en la Ciudad y cuatro hombres con carné vigente en la UCR, principal aliado del PRO en la coalición gobernante Cambiemos.
"Un mix de lo mejor entre lo público y privado", resumió uno de los hombres de confianza del presidente electo al hablar de los funcionarios que pasarán del gabinete porteño al nacional y de las incorporaciones del ámbito empresarial y de la política.
La línea económica del próximo gobierno quedará a cargo de Alfonso Prat Gay y Federico Sturzenegger, ambos formados o con posgrados en Estados Unidos y mucho más cercanos a la ortodoxia en el manejo de las cuentas públicas que el saliente Axel Kicillof.
Ellos deberán llevar a la práctica un delicado objetivo de recuperar dólares para el Banco Central, eliminar el cepo cambiario y bajar la inflación. ¿Cómo lo harán? Esa es la principal incógnita a pocos días de que suene la campana de largada para la nueva administración.
Entre los refuerzos sobresalieron Lino Barañao, el ministro más elogiado y menos político del Gobierno de Cristina Kirchner, y la convocatoria a Gustavo Santos, el presidente de la Agencia Córdoba Turismo, llegado del delasotismo.
La permanencia de Barañao en el área de Ciencia y Tecnología era un secreto bien guardado por Macri y Marcos Peña hasta que este martes comenzó a circular y le quitó sorpresa al anuncio.
El jefe de Gobierno ya se había declarado admirador de Barañao.
El malestar de la UCR por la presumida ausencia de boinas blancas en el gabinete macrista mutó a satisfacción con el anuncio: Ricardo Buryaile irá a Agricultura; Julio Martínez tomará el control de la Defensa; Oscar Aguad, uno de los primeros radicales en pujar por un acuerdo con el PRO, recibió como premio un nuevo Ministerio de Comunicaciones y el tucumano José Cano estará a cargo del ambicioso Plan Belgrano con el que el nuevo gobierno buscará impulsar al Norte argentino.
Los esfuerzos de Enrique "Coti" Nosiglia, histórico operador radical que ya había trabajado para alinear a la UCR con el PRO en la recordada cumbre de Gualeguaychú, dieron sus frutos.
No obstante, el cargo de ministro político -encargado de la relación con los gobernadores y otras fuerzas- quedó para un hombre que hace años está incorporado a la estructura del PRO desde su sello original MID, Rogelio Frigerio.
Como ocurre en estos casos, los nombramientos dejaron "heridos" internamente ya que hay hombres de la primera línea amarilla que no figuran en el álbum ministerial.
Quizá algunos de ellos pasen a sellar casilleros todavía vacíos como la cartera de Trabajo, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), o Aerolíneas Argentinas. Otro nombramiento sin definir es el de jefe de YPF.
Macri ya había sumado a su gabinete porteño hombres surgidos del ámbito empresarial como Guillermo Dietrich, que ahora nacionalizará su cargo en Transporte, y Francisco Cabrera, quien comandará un nuevo Ministerio de la Producción.
Dietrich y Esteban Bullrich, otro que asciende a ministro nacional de Educación, se ocuparon de reclutar a ejecutivos a través del G25, una organización "paraoficial" destinada a tal efecto.
Fruto de ese trabajo y de las gestiones del futuro presidente bis, Marcos Peña, llegan a la gestión pública Juan José Aranguren, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.
Aranguren, ex presidente de Shell, llevará adelante la política energética.
Quintana es el titular del fondo Pegasus, un holding que posee Farmacity, Freddo, Musimundo, las cafeterías Aroma y el Shopping Tortugas Open Mall, entre otras firmas, y Lopetegui, es el actual CEO de LAN Argentina, la aerolínea de capitales estatales chilenos que tuvo múltiples problemas con el kirchnerismo. Ambos asesorarán de primera mano a Peña.
Macri siempre reconoce que tuvo problemas para enderezar el barco durante sus primeros meses en el Ejecutivo porteño.
Ahora busca nuevamente "optimizar" la gestión pública con la participación privada, quizá hasta postergando a cuadros políticos. Habrá que ver si la experiencia dio sus frutos.