“Para nosotros, el periodismo es una alta
función pública. Sólo nos deberemos, pues, al país y a la verdad. Si por
ello hemos de durar un siglo o un día, no nos importa... La vieja divisa de los
cruzados inspirará nuestra conducta y hará inquebrantable la línea de decoro
y dignidad profesional que hemos de mantener... ...‘Clarín’ no tiene
vinculaciones ni compromisos con ninguna de las agrupaciones políticas
tradicionales. Desde que es y será un diario informativo e independiente, no
podría tenerlas. El único y exclusivo compromiso que contrae es con la Nación,
y consiste en reflejar exacta y objetivamente los hechos de la vida colectiva,
analizarlos y juzgarlos a la luz de la verdad y de las conveniencias nacionales.
El pueblo está por sobre los partidos y grupos políticos diversos, incluso los
llamados apolíticos...”
Estas bellas palabras forman parte del primer
editorial aparecido en lo que fue el primer número del matutino “Clarín”,
al nacer a la luz pública el 28 de agosto de 1945, ejemplar que fue reproducido
e insertado como suplemento en la edición del domingo último, al celebrar sus
60 años de existencia.
Lo
que va de ayer a hoy... ¡Cómo ha tergiversado y corrompido “el gran diario
argentino” los honestos
postulados que enunciaba entonces!. ¡De qué manera ha ensuciado su trayectoria al ir convirtiéndose, a la par que
en un multimedios, en un camaleón que comulga con los gobiernos de turno!.
Claro que el padre que lo vio nacer se llamaba Roberto Noble, que muy
probablemente, de no haber desaparecido sin ver crecer mucho tiempo a su
“hijo”, abominaría hoy del rumbo encarado por éste.
Otros son los miembros de
la “familia” que hoy rigen los destinos del matutino, como nunca entregado
al gobierno actual y a sus delirios por aumentar su poder.
Es así como los Magnetto, los Kirschbaum, los Van der Kooy y otros
periodistas rapaces que entornan a la heredera Ernestina, la viuda de Noble, son
quienes hoy besan una de las manos que les tiende el mandamás de turno mientras
recogen de la otra las dádivas por su fidelidad.
Y así cumple “Clarín” con el obnubilado matrimonio
presidencial, ocultando la información que no es malversada, cambiada o perdida
entre unas líneas remotas cuando es inevitable publicarla. Ofreciendo para ello
todo su multimedios y sumándose a otras sucursales informáticas del poder, ya
suficientemente conocidas.
Una total vergüenza para tantos medios verdaderamente
independientes que transcurrieron sus días con mayor o menor suerte, como también
para tantos periodistas que escribieron hasta con su sangre páginas de real valía
informativa.
Feliz cumpleaños, “Clarín”.
Que sigan los éxitos...
Carlos
Machado
karlos_585@hotmail.com