Aún bajo la clara clasificación de ilegal, nadie puede negar que el narcotráfico sigue siendo una actividad económica que mueve cientos de miles de millones en todo el mundo, y que cada vez involucra a más cantidad de actores.
Analizado desde una perspectiva a priori despojada de conceptualizaciones morales, es indudable que en el país ya existen familias y hasta comunidades dedicadas al narcotráfico como medio de vida.
Pero, ¿Cuál es el impacto que estas actividades ilegales tienen en la economía Argentina?, ¿Cómo calcularlas? ¿Sería significativo poder incluirlas en las Cuentas Nacionales?, y eventualmente frente a este escenario, y aún cuando la lucha contra este flagelo se torna imperiosa, ¿No resulta más que necesario evaluar dicha posibilidad?
Las actividades ilícitas obviamente no son para nada sencillas de contabilizar, aunque existen determinados indicios que pueden traducirse en datos útiles para la deducción aproximada del volumen de sus transacciones. De hecho, algunos países ya han elaborado ciertas directrices que facilitan esa medición.
Un primer parámetro es la conexión entre algunas de estas actividades, como ocurre en los casos de narcotráfico, trata de personas y prostitución, o trabajo ilegal y trata, por ejemplo.
Asimismo, existen grandes cantidades de dinero de origen legal cuyo destino es ilegal, de lo cual resultan egresos no registrables que desajustan la diferencia entre ganancias y gastos y/o ahorro, no permiten conocer realmente el consumo legal, lo cual entre otras cuestiones, impacta fuertemente en el sistema fiscal.
Entonces por ejemplo, mientras la prostitución puede medirse por la oferta de trabajadores sexuales o la demanda de condones, el narcotráfico puede medirse por la demanda o el consumo de energía eléctrica como en el caso del cannabis. En ambos casos se observan drásticos cambios en el estilo de vida de quienes explotan estas actividades, lo cual constituye otro importante indicador.
Un estudio muy interesante al respecto fue llevado a cabo por la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido en 2009.
Dicho Organismo había estimado que a la economía de ese país ingresaban anualmente cerca de US$5.000 millones provenientes de la prostitución y alrededor de US$12.000 de drogas ilícitas, llegando a esas cifras a partir de la cantidad de personas ejerciendo la prostitución en el país y la cantidad probable de clientes que podría tener cada una según el lugar, nivel y estilo de vida de los habitantes, y varios otros datos más.
Para el caso del narcotráfico tomaron como muestra los consumos de cannabis, cocaína en polvo, anfetaminas, heroína, crack y éxtasis, considerando que, con excepción de la marihuana permitida para consumo personal, en las demás drogas lo relevante es la ganancia que les deja a los distribuidores, lo cual se obtiene de comparar precios de venta mediante cruce de información entre incautaciones e informes producidos por diferentes entidades tanto públicas como privadas, como por ejemplo estadísticas de crímenes diversos.
Entre los países que ya han comenzado a cuantificar lo que aportan las actividades ilegales, como narcotráfico y prostitución entre otras a sus economías, se encuentran el Reino Unido, Suecia, Noruega, España, Finlandia, Italia Austria, Estonia y Eslovenia. Si bien los métodos para recopilar dichos datos presentan limitaciones, la apelación a los supuestos y las comparaciones resultan de mucha ayuda.
De lo dicho se desprende que el dinero proveniente de actividades ilícitas circula por la economía tanto como el dinero proveniente de actividades lícitas, lo cual abre paso al interrogante ya planteado acerca de la relevancia de incluir dichas transacciones en las Cuentas Nacionales.