Sra. Cristina Fernández, de mi consideración:
Soy un simple Fiscal de Instrucción del Ministerio Público de la Provincia de Buenos Aires. No pertenezco al grupo de colegas que la investigan en múltiples causas penales. Tampoco integro el partido político “Justicia Legítima”, creado durante su último mandato constitucional, en un hecho inédito en la historia judicial argentina.
Utilizo esta forma de comunicación —carta abierta—, ya que desde su salida del Poder Ejecutivo, nos ha dedicado a los magistrados judiciales de este país, numerosas misivas a través de las redes sociales, en especial, Facebook.
Debo reconocer, Sra. Fernández, que prefiero la gráfica —su gráfica— y no la oratoria —su oratoria— desde los atriles oficiales, con dedos índices levantados, gestos adustos y personas aplaudiendo cada verbo o frase verbal.
En su última creación literaria, amén de enumerar —uno por uno— los logros de su gobierno y el de su difunto esposo, escribe nuevamente sobre el PJ (partido judicial), como si éste no se tratara de una facción de magistrados, funcionarios y empleados judiciales, afines a “sus” ideas políticas, abierta y orgullosamente reconocido por ellos.
También escribió sobre “ficciones”… Esta reflexión es, a mi juicio, la más interesante de su libelo.
Las “ficciones” fueron un capítulo cardinal durante sus mandatos. Podemos recordar alguna de ellas:
* Fue ficción la inseguridad, el aumento de los índices delictivos y el incremento de la violencia en casi todas las formas de comisión criminal.
* Fue ficción la implementación —como catecismo laico obligatorio— del abolicionismo penal como condición sine qua non para acceder a los cargos judiciales por concurso, a las cátedras universitarias, a los institutos de posgrado, etc.
* Fue ficción que esta pseudo-doctrina haya perturbado severamente el juicio crítico de estudiantes de Derecho, abogados y magistrados judiciales de todas las instancias. Que se haya invertido en forma grotesca el paradigma milenario del Derecho Penal, donde la víctima resulta ser el victimario y el victimario la “víctima de un sistema capitalista neoliberal” que le quitó oportunidades y lo “empujó hacia el delito”, o mejor dicho, hacia el “conflicto”, según la terminología progre. Que el delito es una creación político-capitalista que le quitó a los particulares la posibilidad de dirimir pacíficamente el conflicto, para que el Estado pueda mantener el negocio de la inseguridad, llenando las cárceles, o “jaulas de exterminio”, de pobres y oprimidos.
* Fue ficción que, durante la década pasada, no haya existido una política criminal seria y duradera y que, en su reemplazo, se haya instaurado un programa coyuntural, caracterizado por el pendulismo ideológico, espasmódico y esquizofrénico. Un vaivén de posturas y maquillajes que fueron desde la “mano dura” y la “tolerancia cero” hasta el actual y pretendido “minimalismo penal”. Siempre al compás de las encuestas de opinión, los sondeos de imagen y el calendario electoral.
* Fue ficción que la fuerza de seguridad federal de fronteras, Gendarmería Nacional Argentina, se haya dedicado a cuidar autopistas urbanas, que la fuerza de seguridad federal de vías navegables, Prefectura Naval Argentina, se haya dedicado a cuidar barrios chic, y que las policías locales hayan sido formadas en seis meses, otorgando en ese plazo a sus flamantes integrantes placa, pistola y autoridad.
* Fue ficción el incremento exponencial del narcotráfico y del consumo masivo de estupefacientes. Fue ficción también la directísima incidencia de estos factores en la inaudita ola de inseguridad que nos asola.
* Fue ficción la derogación explícita de la garantía del libre tránsito en la República Argentina (art. 14 de la CN), bajo la excusa de “no poder criminalizar la protesta social”.
Como verá, Sra. Fernández, no me he referido ni a bóvedas, propiedades suntuosas, bolsos ni cajas de seguridad. Son investigaciones judiciales en trámite que no conozco en profundidad y, además, respeto su derecho de Defensa.
Sólo quise arrimar a sus reflexiones vía Facebook otras “ficciones” de sus mandatos no enumeradas por Ud… Tal vez le sirvan para la elaboración de futuras misivas.
La saludo con mi consideración más distinguida.
Marcelo Carlos Romero
Fiscal del Ministerio Público
Especial para Tribuna de Periodistas