Señor Director:
Después de catorce años de buscar infructuosamente la forma de colocarme el rótulo de “genocida” y poder así acusarme de “delitos de lesa humanidad”, creo que al fin encontraron al Juez “flexible” que pudo concretar lo que la Maquinaria de Odio y Venganza estaba buscando. En pocos días pasé a ser un preso político más y se me dictaron con velocidad de rayo varias prisiones preventivas, pues para esta Justicia “ilegítima” integro la Asociación Ilícita denominada “Ejército Argentino”.
Para quienes me han hecho llegar su solidaridad mi sincero agradecimiento, garantizándoles que mi orgullo por ser Teniente Coronel y Veterano de Guerra del Ejército Argentino se mantiene incólume.
Pero mi detención no fue un caso aislado; conmigo fueron encarcelados en el mismo período varios militares, policías y civiles, todo enmarcado en una “ofensiva” con hechos que alarman, sobretodo porque tanto la sociedad, como políticos y periodistas parecen mirar para otro lado:
Episodios como el ocurrido el 24 de marzo pasado en Plaza de Mayo, donde desembozadamente se reivindicó a los grupos terroristas de los setenta, o el vergonzoso escándalo político que originara el valiente fallo de la Corte Suprema en la causa “Muiña” donde por primera vez en años se consagra mayoritariamente el principio de legalidad, o el dictado de la stalinista ley provincial 14.910 donde en voto unánime (con la sola excepción del diputado Castello, C.C.) se obliga a reconocer lo históricamente irreconocible en aras de beneficiar las mentiras que quienes manejan la citada Maquinaria han propalado por años.
O el broche de cierre de esta “Ofensiva de Mayo” constituido por los vituperios contra las tropas y veteranos que desfilaron el 27 de mayo por Avda. del Libertador.
El “bochorno” que, entre otras cosas, dice haber experimentado la “Abuela K”, muestra acabadamente que el sistemático plan de venganza nunca tuvo como objetivo principal a los “represores”, que en su momento encarceló y juzgó Alfonsín (en procesos más tarde reciclados por los K), sino a las Fuerzas Armadas de la Nación: Las de antes y las de ahora.
El plan gramsciano que se impulsó con los Kirchner y que venía avanzando viento en popa ante la indiferencia general, parece está encontrando algunos obstáculos que los preocupan y por ello deciden tentar un “redoble de apuesta”.
Pero pese a la temerosa obsecuencia que aún los rodea y protege, no creo que logren su objetivo final.
Ya perdieron la guerra de los setenta, y van a perder esta nueva intentona que los Kirchner les han posibilitado.
La prisión, como la muerte o las heridas físicas, son hechos que el Soldado cuando combate debe tener totalmente asumidos.
Así ha sido en mi caso, y así será de ahora en más pues seguiré luchando desde esta nueva trinchera por mi Patria y mi Familia.
En cuanto hace a mis conciudadanos, espero que despierten y vuelvan a valorar la importancia de contar con Fuerzas Armadas que defiendan su libertad y la tierra que los vio nacer o que los cobija.
Entonces mi lucha volverá a ser también por mi Nación…
Emilio G. Nani
Tcnl (R) VG
DNI 4.526.260