Hace menos de un mes la oposición y sus aliados le hacían un blindaje a uno de los personajes más oscuros de los últimos 12 años: Julio De Vido. El exministro y actual diputado regista más de ciento veinte denuncias, veintiséis imputaciones y tres procesamientos. Como era de esperar, la mística kirchnerista dice que De Vido es un perseguido político; y, esta vez, no están tan errados, pues a don Julio lo perseguirán hasta el final de sus días: los muertos de Once, las víctimas de las inundaciones, la gente que muere todos los días en rutas destruidas… y siguen las firmas.
Del mismo modo, la semana pasada, nos tocó asistir a otra muestra cabal de lo caro que nos sale el Poder Judicial. Desde luego que la vindicta es un extremo que no debemos ni siquiera ponderar, pero ciertamente da pavura pensar que la conservación de la paz y la administración de justicia depende de gente que no pudo contra un 08. Sería muy interesante que el Poder Judicial informe cuánto recursos (incluído el factor humano y las “horas hombre”) se afectaron a la causa seguida contra Boudou por falsificación de documentación un automotor y se los oponga a los resultados obtenidos. La cuenta es muy simple: si un parrillero quema el asado (o sea: no cumple con la obra que motivó su contratación), no sólo que ese día no cobra sino que lo echan en el acto. Afortunadamente, los funcionarios y magistrados judiciales trafican bienes intangibles como la confianza pública y la administración de justicia y no se ocupan de cosas importantes, como hacer un asado o destapar cañerías. ¿Qué hacemos con la caterva de funcionarios y magistrados judiciales que desde el año 2003 no pueden esclarecer la transferencia de un vehículo? ¿Será que no cabe esperar más que declaraciones de interés y manifestaciones de preocupación? Si no han podido con los formularios en los que se instrumenta la compraventa de un automotor, ¿qué debemos esperar de la lucha de jueces y fiscales contra el crimen trasnacional organizado? Sinceramente, es carísimo esto; y cuánto más si reparamos en que, de todas maneras, el mundo sigue andando… En cualquier caso, insisto: ¡no les demos a manejar un camión atmosférico! Más vale que sigan manejando abstracciones que no le cambian la vida a nadie, como la justicia y la seguridad.
Ahora bien, fíjese Usted qué casualidad que el domingo tenemos la oportunidad de hacer llegar este mensaje. Diría yo que, de todas las opciones que se despliegan, la mejor es la del domingo: votar. Claro, pero tenemos que hacerlo bien. Y “bien” significa: que no vuelvan los que estaban y que no se descarrilen los que están. Tendremos que ser muy claros, como si estuviésemos tratando con personas que no entienden bien lo que les decimos. Bueh… No importa, no se distraiga, estábamos con el temita este del voto.
A días de la elección, no tenemos un panorama claro acerca de qué esperar para el próximo domingo cuando cierren los comicios. Tiene sentido, en 2015 estábamos todos convencidos el kirchnerismo seguriría gobernando, tanto el país como la nación. Hoy, dos años, después y depués de haber arañado la presidencia, Scioli va quinto en la lista de diputados nacionales que acompañan a CFK y Aníbal… ¿quién es Aníbal?
Sin embargo, casi todos los sondeos pre-electorales la dan ganadora Cristina Fernández de Kirchner, instalando una suerte de pasaje sin escala del “Cuiden a Cristina” al “Cuidado con Cristina”. Este país es así: “Vamo’a volvé”, al menos en las PASO (¡como si alguna vez el peronismo hubiese vuelto para emparejar los desastres que sistemáticamente deja cuando se va del poder!).
De todas formas, las encuestas dicen que Cristina gana. Detengámonos un minuto a desmenuzar esto a partir del siguiente interrogante: ¿dónde tiene el kirchnerismo apoyado su poder real? Veamos.
Cristina descansa en el PJ. No parece, tanto es así que en una maniobra bastante friki Cristina decidió evitar cuidadosamente al peronismo. “Armen un partido y ganen elecciones”, pues bien, eso intenta la expresidenta. En el alambrado dejará el cuero un tal Fernando Espinoza que, como presidente del justicialismo bonaerense optó por ser candidato a tercer diputado nacional por otra fuerza política. IN-COM-PREN-SI-BLE, de ahí que aquél famoso video se parezca más a una filtración del futuro que a una imagen ya consumada…
A Cristina le responden los gremios. Tampoco. A pesar de la turbulencia propinada por una economía que sigue con el freno de mano puesto, todo indica que los sindicatos y el oficialismo se entienden bastante bien. Tal vez se deba a que discuten plata y eso siempre se arregla, por lo que se putean para la tribuna. Y los troskos, que putean en serio, no mueven la aguja. Así que, todos tranquilitos.
CFK tiene maniatados a los gobernadores. No es el caso. Claro que así fue durante doce años. Pero ya no. Y es bastante lógico que si los mandatarios provinciales pueden hablar directamente con Frigerio y cambiar figuritas en el Congreso (como, de hecho, lo vienen haciendo), ¿alguien puede explicar para qué van a hablar con la expresidente? Si ni siquiera han armado listas en algunas provincias.
Cristina se apoya en los intendentes. Eso de puentear a los gobernadores y construir poder bajando valijas de plata directamente a los municipios fue la estrategia que desplegó Néstor cuando llegó en 2003. La verdad es que era abogado cruza con usurero que le hacía honor a su alias: “Lupin”, pasaban los aviones y había que mirar dos metros adelante para verlo pasar a este ventajero profesional. Cerradas las loas al expresidente, huelga decir que el intendente leal todavía no nació. Cual “Flautista de Hamelin”, Kirchner domesticó a billetazos a los intendenttes, ¿por qué CAMBIEMOS no usará recetas ya probadas? “¿Acaso mi plata no vale?”, dicen que se lo escucha decir a Sebastián García De Luca.
A CFK la banca la gente. Ciertamente allí es donde la expresidenta puede cosechar mayores lealtades, pero ni de cerca “vive en el pueblo” ni tampoco “volverá y será millones”, sencillamente porque el despliegue sostenido en el tiempo de maniobras clientelares logró condicionar el reflejo de las personas. O sea: de tanto extrosionar a la gente, esa misma gente aprendió que debe jugar a ganador; y la verdad es que CFK está en el llano.
Así las cosas, y hablando precisamente de que el kirchnerismo no esta ya en el poder, vale rememorar que el FpV juntó el 31 % de los votos en la provincia de Buenos Aires en el año 2015. Luego, ¿por qué aumentaría o -incluso- mantendría ese porcentual si no puede movilizar el aparato? Y hay que agregar un dato nada desdeñable que se desprende de justamente del diseño electoral border de ir por afuera: en octrubre no va a juntar más votos, dado que eligió jugar sola. El peronismo va dividido a las PASO y se mantendrá dividido en octubre (habrá que ver si eso no amerita una lectura a contrapelo que devele un pacto entre CFK y MM -como en su momento trascendió-, en un intento por emular la alternancia chilena).
En este escenario, no hay que descartar: ni la fidelización del peronismo tradicional con Randazzo, ni la consolidación de Massa (el más grande cultor del gentismo que haya conocido este país). No hay razones para subestimarlos, entre los dos pueden encapsular a CFK en 20 residuales y tóxicos puntos y hacer evolucionar al PJ cual Pokemon-Go.
Final abierto para el domingo; tanto es así, que ni Navarro se anima a anticipar resultados.