La jornada de las elecciones legislativas o “de medio término2 de este octubre de 2017 quedó instalada como el "Día D", a partir del cual se encararía una larga lista de cuestiones fundamentales, como reformas estructurales que no se abordaron durante décadas.
Es real que constituye una bisagra en términos estrictamente políticos acerca de la reformulación de relación de fuerzas y el futuro de muchos dirigentes, protagonistas principales de la historia contemporánea.
Pero en cuanto a los temas a revisar en las estructuras del funcionamiento institucional en las diversas instancias y sectores parece que se ha generado una expectativa mayor a la que podrá satisfacerse. E incluso ya se percibe cómo continuarán las cosas, varias de ellas sin cambios sustanciales quizás en lo inmediato.
El gobierno de Mauricio Macri abrió varios frentes en ese sentido y están sobre el tapete las reformas tributaria y laboral, por ejemplo, que sin dudas son necesarias y, en algunos aspectos, imprescindibles.
Pero tampoco hay dudas de que no se podrán ejecutar de un día para el otro por diversas razones, entre ellas porque necesitarán de concienzudas discusiones, de negociación y de consenso. Y en esa pulseada entran a jugar, como históricamente ocurre, las concesiones mutuas.
También es inevitable tener en cuenta que los protagonistas de esas tratativas para los eventuales cambios son mayoritariamente los mismos que vienen tallando desde hace añares en los diversos estamentos del poder argentino.
Aunque ha cambiado el gobierno, en el Parlamento hay muchas caras que se repiten, y ni hablar en los ámbitos empresariales y sindicales.
O sea que muchos son viejos zorros que pueden ir perdiendo pelo pero conocen desde todos los costados las mañas del otro. Y no pueden borrar el antecedente de que han tenido incontables oportunidades de hacer modificaciones vitales y sostenibles en el tiempo pero no las han concretado y se han quedado, por defender intereses sectoriales, en la mera coyuntura. En eso todos son responsables.
Por ello, es difícil disipar los abundantes y oscuros nubarrones de dudas cuando ahora hablan enfáticamente y con un tono fundacional de impulsar esas reformas para fomentar el desarrollo tan deseado y necesario.
Por lo pronto, hay algo visible en el horizonte cercano, y es que los sindicalistas de la CGT se han comprometido a no hacer olas y para ello han tenido que efectuar movimientos inéditos, como amenazar con paros sin fecha o virtualmente suspender huelgas prácticamente declaradas.
Si esto hubiera ocurrido algunas décadas atrás, no hay que hacer un gran esfuerzo para imaginarse la trifulca que se hubiera armado en el mundo sindical. Ahora, salvo algún chiflido o algunas escaramuzas en las marchas callejeras, mucho más no ha sucedido.
El trasfondo es que el gobierno y los empresarios baten el parche de la flexibilidad laboral y la reforma de los convenios y los sindicalistas cumplen su parte escénica reaccionando en contra, pero al final acceden a la discusión de manera sectorial. A cambio, se mantiene intocable la columna vertebral del real poder de los gremios: las obras sociales.
Además, si muchos se informaran o repasaran los convenios colectivos de numerosos sindicatos, incluso varios de los más poderosos, verían que desde hace años hay divisiones por ramas de actividad, con lo cual se discute cada rubro por separado.
Y allí se pueden tratar las particularidades de cada sector de producción, a medida incluso de que se imponen nuevas modalidades laborales.
Por ello hay quienes dicen en bambalinas que de ninguna manera están encendidas las luces rojas, y hasta se atreven a afirmar que en algunos sectores ni siquiera hay temor inmediato de luminaria amarilla.
El gobierno de Macri, aseguran también algunos más osados, es más "amigable" en varios sentidos que el de Cristina Fernández. Pero, eso sí, siguen haciendo fila inquietos aquellos que quieren inscribir nuevas organizaciones o sacar reconocimientos o trámites que están frenados, y le apuntan al ministro de Trabajo, Jorge Triaca Junior.
Si la administración macrista dice que quiere terminar con las "mafias sindicales" e ir renovando el gremialismo, su delfín laboral entra en contradicción con ese principio, razonan los dirigentes afectados. Más aún, afilan las uñas para atacar en todos los ámbitos a organizaciones pesadas y tradicionales que, según denuncian, avanzan contra sus afiliados. Y al propio Triaca.
En cuanto a la sangre nueva que va haciendo pie en el gremialismo, hay un grupo de sindicalistas "sub 40" (entran los de 30 y menos inclusive) que está promoviendo encuentros con empresarios de su misma edad, arropados por algunos miembros de la Iglesia católica cercanos al gremialismo.
Entre los participantes de esos cónclaves se encuentra Facundo Moyano, erigido como uno de los referentes del sector que pretende ser el recambio.
En el grupo no solo hay peronistas, sino también algunos jóvenes que circulan por andariveles que podrían ser ubicados en la socialdemocracia o el socialcristianismo.
Pero en síntesis, se deberían tomar las cosas con cautela y calma y, sobre todo, sin exitismo. Muchas veces ha ocurrido ello y todo terminó en fracasos estrepitosos.
En un país acostumbrado a los excesos y a las carencias y a irse por las puntas del día a la noche, mejor no quedarse paralizado pero tampoco pretender -a riesgo en este caso de un resultado incierto- desembarcar a full con las tropas, como los norteamericanos en las costas de Normandía en el avance final en la Segunda Gran Guerra. O sea, ni la nada, ni el "Día D".
Queremos la autopsia de Nestor......!!!!
El 90% de la campaña zurdo-kirchnerista giro en torno al verso de maldonado... ahora la mentira se cayo de manera unánime y contundente, los zurdos y los K quedaron como el ogt luego de desparramar un montón de disparates..están desesperados buscando un recurso ad hoc para seguir alimentando la ficción de la desaparición forzada y el crimen de estado, nomas los invito a que hagan el ejercicio de escuchar o leer las teorías desopilantes de esta gente que ya no sabe como disfrazar el chamuyo que le vendieron a la sociedad con este tema, se les vino abajo la estantería de mentiras y embusterias con las cuales pretendieron embaucar a la comunidad internacional y prender fuego este país, espero que después de las elecciones dejen de fastidiar a la sociedad con estas operaciones, nos dejen vivir en paz y no inventen nada nuevo, respeten la democracia, si quieren volver háganlo como marca la ley y nuestra norma suprema, los argentinos no queremos ser venezuela ni cuba, no queremos que nos arrastren al pasado que esta gente enferma y demente de la izquierda/kirchnerismo tanto añora...
avalar una nueva vez mas una ilusión socio cultural?
Como Cordobesa, le dedico el triunfo en mi provincia en estas votaciones a Sergio Maldonado que hoy, como un perverso ,fue a votar colgándose una foto de su pobre hermano. Lo que me queda muy pero muy claro que los periodistas y muchos políticos subestiman al pueblo y NO SABEN NADA. Eso sí, hablan creyéndose expertos y son unos verdaderos cuadrados.No se dieron cuenta aún que nadie los escucha???????