El 40 por ciento de los votos que logró Cambiemos en las elecciones del 22 de octubre parecen haberlo habilitado para avanzar en un paquete de medidas que prometen más ajuste del que ya venía aportando.
Parte de ello fue anunciado por el propio Mauricio Macri en el marco de los cambios que propuso en el Centro Cultural Kirchner, donde habló ante un público de gobernadores, empresarios, sindicalistas, jefes parlamentarios, jueces y rectores de universidades.
Allí, el presidente sostuvo que su Gobierno entra en una etapa de “reformismo permanente” tras la victoria electoral y delineó tres ejes ante el oído atento de los enviados del FMI.
Macri planteó el eje fiscal, en el que reclamó un mayor ajuste de las cuentas a los gobernadores; el laboral, en el que anunció a los sindicalistas que se avanzará contra la “industria del juicio”, y en rediscutir el sistema jubilatorio que “no es sustentable”; y el eje institucional, en el que Macri hizo eje en las reformas judiciales.
También se quejó de la cantidad de empleados que tiene el Congreso, las legislaturas provinciales y advirtió que hay demasiados sindicatos y demasiadas universidades públicas.
En ese contexto, según pudo saber Tribuna de Periodistas hoy salieron 800 telegramas de despido para empleados del Anses e Inadi de todo el país.
No se sabe aún si se trata de los denominados “ñoquis” o de trabajadores que cumplían correctamente su tarea.
Por lo pronto, el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, no descartó nuevos despidos en el sector público, al advertir que desde el Gobierno buscan "un Estado austero y eficiente", lo que consideró que "es clave para que la economía se potencie".
El funcionario destacó que el objetivo final del plan que impulsa el Gobierno de simplificación de trámites para "desburocratizar el Estado" es ir "hacia una ventanilla única en el que todo desemboque ahí".