En un ejercicio de imaginación e ironía, podríamos escuchar a los muchachos de La Cámpora gritar: “Cristina/ Cristina corazón/ aquí están los bolsos/ para la liberación”. Y a la luz de lo que se está descubriendo en estos días, se podría cambiar la palabra “bolsos” por “mafias”. Aquí están las mafias para la liberación. Y Cristina lo sabe. Porque estamos asistiendo al deschave pornográfico y repugnante de dirigentes sindicales mafiosos que se hicieron millonarios bajo el poncho de Cristina y que le robaron a sus propios trabajadores, a los empresarios y, en definitiva, al país.
La historia de los bolsos llenos de pesos, dólares y euros viene desde el fondo de la era K. La marroquinería de los pingüinos malandras incluye también valijas como las de Antonini Wilson. ¿Se acuerda de esos 800 mil dólares que llegaron de Chávez, en un avión fletado por el gobierno K, para la campaña de Cristina? Aníbal Fernández dijo que Antonini no tenía nada que ver con ellos y después las cámaras lo mostraron en un acto en la Casa Rosada.
Hoy podemos decir que esos 800 mil dólares eran un vuelto al lado de las colosales montañas de dinero robado que se llevaron casi todos los cristinistas.
El secretario privado de Néstor Kirchner fanfarroneaba ante Miriam Quiroga y le decía: “Agarrá este bolso, fíjate lo que pesa”. Estaba lleno de billetes sucios de la corrupción. Lo denunció la propia secretaria íntima de Néstor. Y Muñoz que era apenas un cadete con corbata, un correveidile al que Kirchner abofeteaba y manoseaba a gusto y piacere, se robó más de 50 millones de dólares. ¿Qué me cuenta? No estamos hablando de Cristina o Máximo ni siquiera de Julio de Vido. El mayordomo de Néstor y su esposa compraron un imperio inmobiliario en Estados Unidos donde gastaron más de 50 millones de dólares y que incluía hasta un mini shopping además de varios departamentos en Miami y Nueva York. ¿Qué tal? Y eso es solo lo que se descubrió. ¿Era dinero de Néstor que Muñoz lo invertía como testaferro o Muñoz se quedaba con algunos bolsos de los que llevaba de acá para allá? Nunca lo sabremos.
Y hay muchos más bolsos para este boletín. La celebridad de los bolsos sin dudas se la lleva Josesito López y el monasterio de las monjas que vieron el milagro y rezaron por la lluvia de billetes y de un arma en plena madrugada. Después de contar con maquinitas especiales de esas que tienen los bancos (otro objeto icónico de la década robada), se anunció que esos bolsos abultados tenían 8.982.000 dólares, pero que también había euros, yenes y moneda de Qatar. Josesito que apareció con el casco y el chaleco antibalas (otro objeto icónico) confesó que era plata de la política. No quedó claro si se refería a la actividad política o a la dirigente política que lo conducía, es decir Cristina.
Se vieron otros bolsos, otras maquinitas de contar billetes y más tarde otros cascos y chalecos en La Rosadita, con habanos y “guiscachos” donde se armó el concubinato del delito entre Lázaro Báez y su familia, Fariña, Elaskar, Rossi y otros malandras atorrantes de estado.
La banda de Milagro Sala, liderada por su lugarteniente Shakira, también protagonizó una filmación donde cargan bolsos y bolsos en una camioneta y los sacan del banco de Jujuy. Dinero que venía de la Casa Rosada y que volvía a Olivos. Coimas que van y coimas que vienen. Hace unos días apresaron al Jose López de Jujuy: Diego Matus, cuñado del principal proveedor de las obras de Milagro Sala. También había billetes nacionales, norteamericanos, joyas y otros objetos de valor.
La mafia de los contenedores en la Aduana que integraba el Mono Miniccelli, cuñado de don Julio De Vido también llenaba bolsos de dinero ante las cámaras. Pero no era ficción ni magia. Era y es mafia.
Ni hablar de los pistoleros y extorsionadores que fueron cayendo en los últimos tiempos. Juan Pablo El Pata Medina de la UOCRA La Plata, su mellizo metodológico de Bahía Blanca, Humberto Monteros o del Caballo Omar Suarez y de Marcelo Balcedo.
Todos chorros. Son ocho los monos. Yo los conozco. Todos mafiosos. Todos con los bolsos vomitando dinero ajeno. Todos apoyando a Cristina o a Scioli o a ambos. Todos cantaban la marchita y vamos a volver con Cristina y su ballet.
Son personajes nefastos que por suerte están presos.
Extorsionadores. Les robaban los fondos a los propios trabajadores que decían representar y se llenaban a boca diciendo que son nacionales y populares y pelean contra los ricos de Macri. En todos sus lugares de actuación, en las obras en construcción, en las vías navegables y los puertos y en las escuelas había menos trabajo porque los que no querían dejarse apretar ni pagar coimas se tenían que ir a otro lado. Las calles de asfalto para reemplazar la tierra, las casas populares y las cloacas se hacían más lentamente y en menor medida por los sobre precios y las patoteadas que debían sufrir los constructores. Los barcos no querían llevar ni traer mercadería a la Argentina. Los afiliados al SOEME pagaban un peaje sin darse cuenta.
Todos estos muchachos se hicieron millonarios con el dinero de todos. Autos lujosos y mansiones dignas de narcos con los que algunos tienen relaciones carnales, excentricidades como zoológicos de nuevo rico, armas, drogas, motos robadas, diamantes incrustados en dentaduras, manteca al techo mientras los laburantes se matan laburando y un par de puntos de inflación les pueden arruinar su vida cotidiana y la de sus familias.
El ministro Cristian Ritondo que viene del peronismo desde la cuna los calificó de “lacras”. Monteros incluso está acusado de violencia de género. Tres veces su ex pareja, Liz Garay lo denunció pero todos miraron para otro lado pese a que había 60 testimonios que lo confirmaban.
A Balcedo acaba de entrarle la Interpol a su Gran Chaparral para recuperar los animales que tenía en su zoológico ilegal. Le descubrieron otro avión más, un yate, tres mansiones nuevas y 7 millones y medio de dólares escondidos. Dicen que es el lavado de dinero más grande de los últimos tiempos en el Río de la Plata. Le doy un solo dato: Balcedo pagaba 16 mil dólares por mes de luz por el cerco perimetral electrificado y las cámaras de seguridad infrarrojas que tenía para cuidarse.
La hipocresía de estos tipos no tiene límites. Son un sistema nefasto que hunde al país hace más de 20 años. Nadie se atrevió a juzgarlos y meterlos presos y eso que todos sabían. Pero miraban para otro lado, algunos por miedo y otros por complicidad y los pagos que recibían. Y todavía faltan muchos por caer. Hay varias investigaciones en marcha. Cuesta creer la cara de piedra de algunos que todavía son capaces de decir que estamos ante un cuadro de persecución política para sacar de la cancha a los que defienden a los trabajadores. Esa es una mentira tan grande como la fortuna que tienen todos los que están presos en Ezeiza y Marcos Paz. Los persigue la ley y la justicia. No hay ideología en esto. Y tampoco es cierto que estos monigotes forrados en plata que perdieron la impunidad hayan defendido alguna vez a los trabajadores. Son todos burócratas que ganan elecciones de prepo o con las armas en la mano y en la mayoría de los casos con lista única. Tenían atemorizados o coimeados a empresarios, funcionarios, jueces y policías. Creían que la joda les iba a durar toda la vida.
Insisto con lo que le dije el otro día. Yo no creo que todos los kirchneristas y todos los sindicalistas sean ladrones. Eso sería generalizar y el que generaliza discrimina. Pero es cierto que hay un silencio que se parece mucho a la complicidad. No hay comunicados de la CGT repudiando a los de la UOCRA o al Caballo o a Balcedo. Por el contrario, amenazan diciendo que si le siguen pisando la cola al león del sindicalismo este gobierno no termina como le pasó a Alfonsín y De la Rúa. Golpismo en estado puro. Si se meten con nosotros vamos a incendiar todo. Que este gobierno se caiga a pedazos, dijo Hebe. Macri no termina su gobierno y debe renunciar, vomitó D’Elía desde la cárcel.
La CGT no toma distancias de los chorros. No dicen que esos son dirigentes que mancillan y deshonran a los verdaderos representantes de los trabajadores. El Partido Justicialista, el Frente para la Victoria o Unidad Ciudadana entran en el mismo cono de silencio. No salen a repudiar a los estafadores ni a los violentos. Esa falta de condena es demasiado parecida a la complicidad. A defensa corporativa. El que calla otorga.
Hay demasiados bolsos llenos de dinero sucio en nuestra historia reciente. Demasiadas maquinitas de contar billetes. Lo único que no es suficiente son los cascos y los chalecos para llevar a la cárcel a estos conspiradores autoritarios que tienen más plata que los ladrones. Y que humillan a los que dicen defender.