Esta semana se espera una fuerte discordancia entre el Gobierno y los representantes docentes, ya que, desde los gremios, organizan un paro nacional desde mañana que duraría 48 horas, el oficialismo bonaerense amenaza con descontar esos días a los maestros que no se presenten a trabajar.
Por un lado está la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), quien fuera la central que reúne a gremios docentes de todo el país y que, en un Congreso extraordinario, votó con una notable mayoría un paro que se haría efectivo el lunes y el martes próximo, además de unirse a una movilización y un cese de actividades el 8 de marzo adhiriéndose al paro del día de las mujeres. Y por el otro, se encuentra un Gobierno Bonaerense que ya anunció un descuento por los días no trabajados a aquellos docentes que prefieran unirse al paro y no se presenten a trabajar.
Fue el mismo titular del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Villegas, quien notificó que “si no hay contraprestación, habrá descuento; es algo que se discutió el año pasado y ya fue avalado por los jueces”.
Sin embargo, en una conferencia de prensa, Sonia Alesso, secretaria general de CTERA, demostró que están convencidos de esta medida de fuerza al mencionar que “sabrán entender que hoy para nosotros ha sido un día también muy complejo. Esperamos no se vuelva a repetir, pero los congresales de CTERA discutimos y planteamos el plan de lucha. No puede ser que muchos maestros argentinos hoy sean pobres”.
Claramente, el presidente Mauricio Macri no hizo caso omiso frente al “plan de lucha” de los gremios docentes, es sabido en la apertura de sesiones en el Congreso se refirió a esta problemática, por lo que supo decir: “No podemos hacer política con la educación de nuestros hijos. No podemos acordarnos de la educación solo en el momento de las paritarias”.
Las palabras mencionadas por el primer mandatario argentino, como era de esperarse, fueron respuestas por Alesso quien mencionó que “quieren poner de rodillas a la docencia. Macri plantea que no hay que discutir la educación solamente cuando hay paritaria. La misma paritaria que él niega”.
El Jefe de Gabinete, Marcos Peña, en una conferencia de prensa que brindó ayer desde la Fiesta de la Vendimia en la provincia de Mendoza, obviamente avaló la propuesta del macrismo y aseveró que en materia de educación “hay mucho por hacer entre todas las partes, inclusive desde las familias, pero no hay necesidad de empezar así las clases porque es un tema de mezquindad política”.
La discordancia.
El planteo es sencillo, el Gobierno ofrece un plus por presentismo, un 15% de aumento en tres tramos, y una cláusula de revisión no automática, incluso, el viernes por la mañana, la provincia hizo un último intento para tratar de evadir la huelga: se comprometió a pagar un aumento del 5% retroactivo a enero a cuenta de un futuro acuerdo paritario, propuesta que fue abruptamente rechazada.
Sin embargo, hay economistas que afirman que se espera una inflación para el 2018 de entre el 18 y el 20 por ciento, e incluso algunos dicen que un poco más, lo que quiere decir que la petición del 20 por ciento de aumento para los docentes y la cláusula gatillo, no se desarraiga de la realidad económica que se encuentra hoy en la Argentina.
Las soluciones más lógicas serían que el Gobierno acepte aumentar el 20% los haberes de los docentes o que, con el 15%, dispongan la cláusula de ajuste inflacionario, de esa manera el sueldo de los trabajadores educativos nunca quedaría por debajo del incremento de la inflación.
La gobernadora Bonaerense había dicho, durante la campaña electoral, que el sueldo de un docente debería ser de 40 mil pesos, hoy, esa idea parece demasiado lejana, tomando en cuenta que en promedio un sueldo actual varia alrededor de los 17.188 pesos en bruto.
Nadie se resiste al archivo.