David, como lo llamaremos para evitar su exposición pública, desde los 3 años fue abusado reiteradamente por su abuelo y acusa a su madre, hija del agresor, de haberlo entregado para dichas prácticas.
Hoy, a los 7 años luego de 4 años de proceso no logra que la jueza tucumana Ángela Rossana Martínez de Albarracin de Familia de la VII Nominación, ni el psicólogo del Gabinete Psicosocial Gerardo Bemsch, ni los Defensores de Menores: Silvio Arnaldo Maza Villalba, ni Adriana Monica Romano Mazzone lo escuchen que no quiere ver nunca más a su mamá.
Extrañamente tampoco que en el proceso civil se consideren las pruebas sobre el abuso sexual sufrido y certificado por los especialistas que lo atendieron en un primer momento, ni las certificaciones de los pediatras del Hospital de Niños de Tucumán que acompañan dichos informes, ni sus declaraciones en Cámara Gesell.
Por el contrario, estos funcionarios insisten con “re vincular” al niño (a solas) con la madre y en cuanta oportunidad citan al papá, único progenitor conviviente con el niño por disposición judicial, lo amenazan con encarcelarlo si no lleva el niño a las visitas.
El abuelo denunciado fue enviado a juicio oral por una Cámara Penal de Tucumán que lo considera presunto autor material del delito de abuso sexual previsto y penado por el Art. 119 del Código Penal, primer y último párrafo, inc. b) y f) agravado por la convivencia y el parentesco en perjuicio de su nieto a los 3 años de edad.
En este sentido y aludiendo a un “error” en la tipificación del delito, su hija, madre del niño quedó sobreseída a pesar de las acusaciones del Fiscal en lo Penal de Instrucción de la VIIa Nominación, Dr. Arnoldo Gustavo Suasnabar y el Fiscal de Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción Dr. Alejandro Noguera.
La doctrina zaffaroniana con toda la potencia de su perversión sobrevuela un Poder Judicial que tiene sometidos a cientos de niños con similares características de procedimientos.
A pesar de todo este sufrimiento, David continúa viendo tan sólo las espaldas del Poder Judicial de Tucumán. A pesar de ello es increíble cómo desde muy pequeñito, a sus 4 años, en dos llamadas telefónicas le dice a su madre que ella conocía lo que le hacía su abuelo…escuche cómo se lo dice…