Transcribiré más abajo una intimación que me remitiera el Dr. Jorge C.
Mayer a la ciudad de San Carlos de Bariloche, donde resido -actualmente me
encuentro en Buenos Aires para pasar las festividades en familia-, y de la cual
me informaron, por correo, con cierta tardanza. El Dr. Mayer es
Apoderado de Danone Argentina S.A., empresa que habría autorizado a “La
Serenísima” a elaborar, promocionar y poner en el mercado consumidor el
producto “Danonino”. La publicidad – en particular un corto
protagonizado por el médico pediatra Marcos Mercado -, le adjudicaba sin
eufemismos al producto, entre otras cosas, la virtud de hacer
crecer en estatura a los niños.
Intuyo que en toda esta campaña promocional muy bien pudo
existir una falta de circunspección por parte de quien la creó, ya que habría
apelado a ponderar con poca mesura las presuntas bondades del alimento.
La intimación en cuestión está datada el
21 de noviembre de 2005, y se diligenció a través de una Escribanía de
Bariloche, cuyo titular es el señor Claudio Carlos Emilio Ardenghi. Mi
demora en dar efectiva respuesta al reclamo del Dr. Mayer se debió a que
me encontraba en Buenos Aires. Esto es, que lamentablemente nos cruzamos. Debe
quedar debidamente en claro que en ningún momento pretendí demorar o eludir
mis responsabilidades, ya sea como ciudadano y como periodista profesional, con
47 años de oficio y ninguna mancha.
La misiva del Dr. Mayer dice así:
Sr. Juan Isidro González S. C. de Bariloche, Río Negro
De nuestra consideración:
Nos
dirigimos a Ud. en nuestro carácter de productores y comercializadores del
producto “Danonino”, a los efectos de rechazar por mendaces y falaces las
manifestaciones contenidas en el artículo de su autoría titulado “Alimentos
Truchos” publicado en la página web www.periodicotribuna.com.ar.
Al
respecto, le hacemos saber que nuestro producto “Danonino” cumple con toda
la normativa nacional y provincial que le es aplicable, incluyendo sin limitación,
las inscripciones ante los organismo pertinentes. Asimismo, tampoco es cierto
que exista engaño alguno al público consumidor ya que nuestro producto posee
todas y cada una de las características que se publicitan.
En
consecuencia, intimamos a Ud. para que en el término de 24 horas rectifique el
referido artículo mediante su inmediato retiro de la mencionada página web
bajo apercibimiento de promover las acciones penales y civiles por daños y
perjuicio que correspondan.
Queda Ud. debidamente notificado.
Jorge C. Mayer
Abogado
Apoderado de Danone Argentina S. A.
* * *
Es dable hacer notar que “La Serenísima”
ha levantado y/o modificado la publicidad televisiva que
adjudicaba a su producto para niños virtudes especiales. El diario Clarín
en la edición del 10 de octubre pasado, en su página 31, difundió un
comentario titulado “Los avisos de alimentos para niños,
bajo la lupa”, dejándose debidamente establecido que se trataba de un
tema que mantenía en estado de alerta al Gobierno Autónomo de la Ciudad
de Buenos Aires.
El comentario periodístico del matutino porteño, sumado a
la profusa publicidad emitida por televisión con un reputado médico pediatra, Marcos
Mercado como principal protagonista, me llevó a buscar antecedentes y a
producir un trabajo en el cual -de manera puntual y sin ambages-
culpaba a la empresa de productos lácteos de inducir a engaño,
transgrediendo el Art. 9º de la Ley de Lealtad Comercial. Mi trabajo, en
verdad, revistió un carácter realmente duro y sin ambigüedades,
aunque carente de intenciones de caer en el agravio gratuito, que no es
mi estilo. Es que la aseveración de que con el “Danonino” se podía
lograr una mayor estatura había subyugado a mi nieta Agostina hasta un límite
de terquedad que costaba a su madre poder mitigar. Y esa situación familiar
influyó también en mi estilo de trabajo.
Así las cosas, y de acuerdo a instrucciones que impartiera
el Director Ejecutivo de Tribuna de Periodistas, Christian Sanz,
se adoptó la disposición de dar a conocer esta declaración y paralelamente
levantar definitivamente de nuestro sitio web el artículo cuestionado.
Por último, debo decir que si alguien llegara a censurarme
que no pienso ni actúo con rectitud profesional, abandonaría de inmediato mi
trabajo de redactor. Yo siempre he buscado afianzarme a la verdad en todos los
hechos; esa verdad que me permitiera hacer docencia al mismo tiempo de informar,
¡y que jamás perjudicó a ningún inocente! Sin embargo, en este caso específico,
llegué a crear un lamentable fastidio que no me incomoda morigerar. Como decía mi abuelo Isidro:
“En todo momento destaca tu honorabilidad, pero jamás aspires los honores”.
Juan
Isidro González
jirgonzalez@ciudad.com.ar