Cada 100 pesos de renta agrícola, el Estado, es decir los distintos niveles de Gobierno, se llevan 55,80 pesos (55,8%) según el Indice de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) dado a conocer la semana pasada.
La medición brindó un resultado menor que la de marzo cuando el Estado se llevaba un 64,1 por ciento.
Al respecto, David Miazzo, economista jefe de FADA, indicó a la agencia Noticias Argentinas que "bajó sustancialmente la participación del Estado en la renta agrícola, como consecuencia de varios factores, pero principalmente por la devaluación".
A la devaluación la calcularon en FADA en un 55 por ciento anual, pero Miazzo piensa que "hoy probablemente está cerca del 60%".
"Hay que ver cómo la devaluación termina impactando a los precios para medir si esta mejora de la participación estatal en la renta agrícola se mantiene o aumenta por impacto de los mayores costos", dijo a NA.
El especialista señaló que "es como la competitividad del país, que mejora ante una suba del dólar, pero va bajando cuando el dólar se traslada a los precios y la devaluación se va transformando en inflación y se pierde esa ganancia de competitividad".
"Lo que se sigue viendo son los efectos de la ley Pyme y la reforma tributaria que han disminuido efectivamente las alícuotas de esos impuestos junto a la reducción de los derechos de exportación", afirmó.
Respecto de un eventual regreso de los derechos de exportación a los granos y subproductos, Miazzo no está de acuerdo.
Opina que sería un error volver a gravar el trigo y el maíz, lo que, según sus palabras, se trataría de una "mala decisión".
Hay que recordar que por levantar los derechos de exportación al trigo, apenas asumió el gobierno de Mauricio Macri, el producto bruto triguero exhibirá este año una suba del 132% contra lo que fue en 2015, el último ciclo con retenciones a este cereal y de dificultades para su comercio exterior.
Además, sin derechos de exportación, por el mayor movimiento y recaudación vía otros tributos, el Estado estará recaudando un 29% más respecto de 2015.
Estos datos surgen de un informe del Instituto de Estudios Económicos y el Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En 2015, el producto bruto triguero era de 1545 millones de dólares y en 2018 estará en 3591 millones de dólares.
Luego de afirmar que poner retenciones a trigo y maíz no sería una buena actitud, David Miazzo de FADA, apuntó que "si en soja el productor las puede pagar a 27 % como están hoy, no es el camino, la forma es mejorar con más producción y no con más presión tributaria, se debe fomentar más generación de riqueza, más exportación, que es la salida genuina del país".
Además recordó que "ningún país vecino tiene retenciones y tampoco ninguna nación importante a nivel agrícola como Nueva Zelanda, Australia, Brasil, Francia; inclusive en Europa y Estados Unidos, al contrario, subsidian en términos agropecuarios".
Por otra parte, hay que considerar que el productor ha puesto las esperanzas en el trigo de recuperarse en algo de las pérdidas de los cultivos de verano jaqueados por la peor sequía de los últimos 50 años.
En la zona núcleo, según la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se incorporarían 260 mil hectáreas a las 1,1 millón que se sembraron en la anterior campaña 2017-2018.
Los cultivos de verano sufrieron una grave sequía durante la etapa crítica de crecimiento y altas temperaturas y humedad hacia los momentos previos a la cosecha.
"Estos eventos climáticos provocaron caídas de rindes y pérdidas de producción que han generado efectos negativos sobre el productor agropecuario, pero también sobre las economías del interior y la macroeconomía del país", manifestó Miazzo.
Consignó que las pérdidas conjuntas de maíz y soja, totalizan las 26,2 millones de toneladas de granos, equivalentes a 935 mil viajes de camión menos y USD 8.283 millones.
En tanto, los integrantes de la Mesa de Enlace de las entidades agropecuarias se reunieron en la Sociedad Rural para evaluar de qué manera van a reaccionar en contra de que el Gobierno imponga de nuevo los derechos de exportación al agro argentino.
A pesar de que no hacerlo fue una promesa de campaña electoral de Macri, ya afirmaron que si es necesario la van a rever, y Luis Etchevehere, el ministro de Agroindustria, que podría convertirse en secretario si bajan de rango a su repartición, no parece tener la suficiente fuerza para oponerse al regreso de los derechos de exportación.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne viajó a Chile para conocer in situ el esquema fiscal del vecino país que casualmente no tiene retenciones a los productos agropecuarios.
¿No se comprende como si CON JUSTICIA se critica que se grave con el impuesto de 4ªcategoria a los sueldos, no se acepta que la PRODUCCION EXPORTABLE estè libre de gravamenes, cuando el ESTADO NO APORTA NADA PARA esos productores arriesgen su capital? Para GRAVAR está el IMPUESTO A LAS GANANCIAS de caracter ANUAL, siendo justo que en esa ETAPA ESOS PRODUCTORES TRIBUTEN lo que corresponda despues de haber efectuado todas las deducciones de LEY. Además están los impuestos a los combustibles, que son muy demandados por el proceso productivo agricola. Hay que sumarle el impuesto a los bienes personales. Es evidente que se impone una urgente reforma fiscal que PREMIE a los que generen ingreso de divisas, aunque sean pequeños productores. Incluso diferenciando a los que en sus productos tenga mayor cantidad de insumos NACIONALES. ¡ES LA BALANZA COMERCIAL ESTUPIDO! Parecería ser la expresión ajustada a la necesidad Argenta.