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Uno de los temas más vociferados de las últimas horas refiere a la posibilidad de que la senadora Cristina Fernández de Kirchner, se presente como candidata a presidenta en las próximas presidenciales que se llevarán a cabo en diciembre del año próximo.
No es casualidad que el jefe del interbloque Argentina Federal en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, asegurara que “Unidad Ciudadana es el partido, y ella (CFK) será la candidata”, lo cual, fue ratificado en las últimas horas por el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey, también perteneciente al Partido Justicialista (PJ).
En ese contexto, hay quienes aseguran que Pichetto habría sido enviado por el presidente Mauricio Macri a augurar sobre la candidatura de la otrora presidenta. Ello, a raíz de la polarización que ayudará a trepar una mayor valoración del oficialismo y especialmente del primer mandatario.
Es bastante complicado advertir cual será la decisión de la líder de Unidad Ciudadana, dicho sea de paso, si se toma en cuenta el no tan lejano antecedente de las legislativas del año pasado, la senadora no daba indicios de presentarse a candidata, lo que resolvió establecer a último momento.
¿Por qué tiene suma relevancia lo ocurrido en las últimas elecciones de medio término? Sencillo. Cristina no da por asegurado nada, hoy puede decir que no será candidata –tópico al cual aún no se ha referido- y mañana presentar su candidatura sin más.
Tampoco tiene un ápice de casual que la actual senadora nacional no haya mencionado palabra alguna, su ecuación es bastante escueta y elocuente a la vez, si Cristina habla, la popularidad de Macri asciende, por tanto, resulta preferible silenciar.
Entonces, de encontrarse en su lista de posibilidades ¿Qué espera CFK para presentar su candidatura o incluso para hablar al respecto?
Cristina está esperando que el país caiga en un atolladero hiperbólico incluso más profundo del que se encuentra en la coyuntura, uno en el que se genere una sensación de imposibilidad de poder escapar y jugar con los intereses de la sociedad para, eventualmente, tener una posibilidad mayor de ser reelecta por tercera vez para ocupar el sillón de Rivadavia.
De hecho, lo que también se presenta como una causalidad, es que Agustín Rossi, exponente mayor a candidato presidencial por Unidad Ciudadana, manifieste que “causa gracia” que “los dirigentes políticos como Pichetto son los que opinen sobre nosotros” agregando que “está en un espacio político que no puede definir un candidato, que se dedique a su espacio político y deje de opinar sobre el nuestro”.
Conclusión
Al tener a su más potente antagonista en absoluto silencio, el presidente se vio exhortado a instalar a Cristina nuevamente en el debate sobre quién será electo en las presidenciales del 2019, ya que lo que le conviene tanto a él como al oficialismo en general es generar una fuerte polarización para aumentar la buena imagen del Gobierno.
Sin embargo nada puede asegurarse aún, sí es dable destacar que si el país empeora, y sobre todo si a nivel económico se convierte en socialmente paupérrimo, no sería ninguna sorpresa que CFK se presente como candidata a presidenta.
Cada quien va a velar por sus intereses, y si el vedetismo existe en el espectáculo, el futbol e incluso, en muchos casos, en el periodismo, ¿Por qué no existiría en la política?
Como dijo alguna vez el ex canciller alemán Konrad Adenauer: “En política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno”.