La chances de que la recesión que soporta la argentina sea “corta” dependerá de la habilidad del presidente del Banco Central, Luis Caputo, de desactivar las expectativas devaluatorias. Para que los mercados dejen de apostar contra el peso, Caputo y el gobierno deberán convencer a los inversores que van a poder materializar en el Presupuesto 2019 el ajuste fiscal. Es decir, sin consigue el respaldo de una parte del peronismo para hacer el ajuste.
Para que la recesión sea corta, tal cual lo señala el ministro de Hacienda, Nicolás Caputo, la tarea debe comenzar ahora, ya que los mercados apuestan a futuro. Dicho de otro modo, el monitor de si se podrá salir rápido serán las tasas de Letes y Lebacs más largas. Si bajan, quiere decir que los inversores confían en que el gobierno logrará su cometido y que el BCRA podrá reducir las tasas de referencia sin que ello se traduzca en una nueva corrida hacia el dólar.
“Si el mercado compra que el gobierno tiene viabilidad para hacer el ajuste fiscal y monetario, le queda resto para recuperar la economía el año que viene. El BCRA tiene que bajar las expectativas de devaluación, porque si se baja la tasa de interés, sin bajar las expectativas se genera otra devaluación”, afirma el economista Federico Furiase.
Los principales datos económicos muestran que la Argentina entró en una recesión. De acuerdo con el Indice General de Actividad del Centro de Estudios Orlando Ferreres, en junio la economía sufrió una baja de 4,5% anual, acumulando de esta manera un alza del 0,9% al cierre del primer semestre.
Por otro lado, el Ministerio de Trabajo informó que la creación de empleo sufrió una caída neta intermensual de 0,1% en ese mes, la quinta consecutiva. Desde febrero de este año, la cantidad de gente que deja de trabajar, respecto de la que comienza, en relación a las plantillas, es inferior. Si bien todavía el saldo interanual es positivo (1,1% más), lo cierto es que hay una lenta pero persistente caída de la cantidad de empleos.
Furiase señaló que el empleo “es la variable más complicada que mide el enfriamiento de la economía real de estos meses en los que pegó esta turbulencia cambiaria”. El economista dijo a FM Milenium que “la última variable que comienza a ajustar es el empleo” en medio de una crisis.
“El gobierno tiene que tomar dato y salir lo antes posible de la recesión, claro que los márgenes de acción no son holgados. En el segundo trimestre se generó la tormenta perfecta se juntó la sequía con la devaluación. En abril, mayo, junio es la salida de la cosecha”, explicó.
Luego de ello, el efecto cosecha en la actividad merma, y entonces quedan los coletazos de la pérdida de salario real y las altas tasas de interés.