A raíz de la investigación del periodista de diario La Nación Diego Cabot, con quien tuve el privilegio trabajar y puedo dar fe de la seriedad y el profesionalismo del mismo, todos los argentinos conocimos una prueba contundente, como nunca se vio: el GPS de la corrupción kirchnerista, trazado por quien llevaba el dinero. La historia es muy conocida: el chofer Oscar Centeno anotaba los viajes en los que trasladaba los bolsos con dinero de coimas y sobornos de empresarios de la obra pública a destinos tan elocuentes como el departamento de los Kirchner en Recoleta.
Desde el día de la revelación del “Cuaderno Gate” hasta hoy, no dejo de sorprenderme con los argumentos que esgrimen los fanáticos del gobierno anterior para defender el robo sistemático y la corrupción obscena que encabezó el matrimonio Kirchner.
Hemos escuchado declaraciones desopilantes: “¿Dónde están los cuadernos originales?”, “Esto es un circo mediático”, “Atacan a los Kirchner porque el poder no tolera que Néstor y Cristina hayan distribuido la riqueza entre los pobres”, “Cabot es un periodista de derecha”, “Es la venganza de las corporaciones”.
Los típicos argumentos del populismo cuando se pone en evidencia la corrupción donde se asienta: “Ellos son perseguidos políticos que sólo buscaron la justicia social”.
Pero hubo una declaración que pasó desapercibida entre tanto ruido y que fue realmente gravísima. Si además nos tomamos el trabajo de comprender esa frase en el marco histórico reciente de nuestro país, creo que es para preocuparse.
La declaración del 3 de agosto pertenece al diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade. Desafiante, dijo frente a una cámara de TV: “La van a pagar, la van a pagar, los jueces y los fiscales que están en esto, tarde o temprano la van a pagar”.
Tailhade amenazó a la justicia y semejantes dichos en boca de un diputado suenan como una incitación a la violencia. Qué pena que no le preguntaron a a qué se refería exactamente. ¿Cómo la van a pagar los jueces y fiscales? ¿Con su propia vida por ejemplo? ¿O con la vida de sus familiares? ¿Qué están planeando Tailhade y sus muchachos camporistas? Hagamos un poco de historia.
Corría el año 1974, Perón era presidente en ejercicio de su tercer mandato. La violencia de los grupos guerrilleros ya se había desatado en el país. El Juez Jorge Vicente Quiroga había integrado la Cámara Federal en lo penal que juzgó a varios integrantes de ERP, Montoneros y otras organizaciones armadas. La cámara actuaba conforme a la Ley y había dictado más de 2 mil condenas con el debido proceso.
En el ‘73, al asumir Héctor Cámpora dictó la amnistía que liberó a todos los guerrilleros condenados, quienes, una vez libres, volvieron a tomar las armas, ahora, contra el gobierno democrático que les abrió las puertas de la cárcel.
La Cámara fue disuelta y quienes la integraban quedaron expuestos a la venganza de los guerrilleros a los que habían juzgado. Varios jueces optaron por el exilio. El Juez Quiroga decidió quedarse en el país y lo pagó con su vida: el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) lo asesinó. Los responsables de los 14 balazos de las metralletas Halcón fueron Marino Amador Fernández y Raúl Argemí.
Una placa recordaba al Dr Quiroga en el edificio de Tribunales de Capital. Durante el gobierno kirchnerista, en el año 2012, la placa fue retirada, con el claro propósito de borrar la memoria de Quiroga y los asesinatos de la guerrilla. Lo volvieron a matar con el olvido.
¿Recuerdan el ataque de la mafia del oro a la hermana del fiscal Lanusse en el año 1996? La atacaron y entre amenazas, le escribieron “oro” en la frente con una navaja.
Mucho más acá en el tiempo, ya parecemos estar acostumbrados a los atentados de las bandas narco de Rosario. El modus operandi es clásico: con armas de guerra balean los frentes de edificios de Justicia como el Centro de justicia Penal o, directamente, las casas de los jueces.
Pero nuestro recuerdo más doloroso y atroz es el asesinato del Fiscal Alberto Nisman cuando estaba a punto de presentar su investigación en el Congreso Nacional.
La investigación de Nisman responsabilizaba a Cristina Fernández de Kirchner y máximas autoridades del poder ejecutivo de encubrir el atentado a la AMIA y de propiciar un memorandum de entendimiento Argentina-Irán que implica la figura de traición a la Patria. Los poderes más oscuros y conspirativos de este país asesinaron al fiscal en su departamento e intentaron plantar una torpe escena de suicidio. A eso le siguió una campaña de prensa ruin que buscaba desprestigiar al fiscal hurgando miserablemente en su vida privada y poniendo en duda su moral.
A la luz del asesinato del fiscal Nisman se entiende perfectamente la amenaza del Diputado Rodolfo Tailhade. Ya lo dijo su compañero Luis D´Elía. Quieren volver al poder para fusilar a quienes piensan distinto, como lo hicieron durante los ‘70.
Humm. Extrapolar el deseo de matar a jueces y fiscales de una declaración como "La van a pagar" me parece un acto de irresponsabilidad intelectual importante. A éste tipo de personas que hacen comentarios deleznables, sean del gobierno que sean, hay que juzgarlos con la cabeza bien fría. Un reto casi titánico para muchos compatriotas.
La camporita no puede desestabilizar ni una reunión de consorcio. El asesinato de Nisman fue una orden de CFK pero no a los payasos que la siguen sino que intervinieron los servicios de inteligencia argentinos, venezolanos e iraníes. El kirchnerismo es pasado, no existe más.
Este siniestro personaje integró en su oportunidad lo peor de los servicios. Siempre presto y al servicio del vil dinero.
El dipuespía Tailhade, mercenario veleta desde siempre. Debería preocuparse por cuidar su espalda que por defender a la Porota.
Estos son los sostenes "institucionales" de la CORRUPCCION enquistada en Argentina, cambian los apellidos, pero siempre hay personajes como este, ya sea en la JUSTICIA, como en el CONGRESO para que LA REPUBLICA no evolucione. Siempre se ha SUPUESTO, pero ahora se ha corroborado de boca del mismo Juez Oyarbide como se amaña una absoluciòn. Solo un poco de presiòn "en el cogote" y ¡LISTO! Lo mismo con los "pobres" empresarios, "martirizados" por los funcionarios publicos, "DEBIERON" sumarse al armado sistémico de corrupcciòn. Este tipo de personajes son nefastos para la calidad de la DEMOCRACIA y la vigencia de una REPUBLICA EN SERIO.