Los padres de alumnos del club de Avellaneda confiesan la infamia de la que nadie del club quiere hablar.
En la mira aparecen un profesor en la cuerda floja (su materia: Geografía) y el vice director Pablo Kutacivich Martínez —a cargo de la escuela secundaria del Club Atlético Independiente—, expulsado de la institución con el argumento de haber tenido actitudes que lindan con la corrupción de menores.
Si hubo denuncia judicial como corresponde en estos casos, aún no lo hemos podido confirmar. Pero como afirman los padres de los menores que ahí concurren, no se puede esconder en casos como estos la basura debajo de la alfombra.
Ya nos acostumbramos a que los casos de abuso sexual existen en todas las áreas de la sociedad. Pero que ocurra en las escuelas sigue siendo tan aberrante como siempre. Los gremialistas de los gremios de la educación pasan el tiempo denunciando las irregularidades edilicias (gas, electricidad y paredes que se caen a pedazos), reclaman con justeza paritarias justas pero nada dicen de las bajezas humanas que ocurren tanto en las escuelas religiosas o laicas. El famoso “de eso no se habla”.
Y esto, que conste, no se trata de políticas de desairar a las autoridades del Club Independiente ni campañas de desprestigio, y menos de las tan viralizadas, “fake news” (denuncias falsas).
Hay padres que por cuestiones de pudor no quieren aparecer en público, ya que parece tan grave que temen represalias contra sus hijos.
Solo dicen que esas personas que mencionamos (un profe de Geografía y un vicerrector) convencían a los alumnos que parecían débiles de carácter a tener encuentros íntimos con personas mayores. No sabemos si había dinero de por medio como sucedió con chicos de las divisiones inferiores.
Puede engañarse a niños, pero los adolescentes de hoy día están más despiertos que los de años atrás, y quizás dieron su consentimiento para esos encuentros, lo que no salva a los promotores de caer en la figura de la corrupción de menores.
Si la escuela diera una comunicación oficial de este estado de cosas en lugar de eludir los llamados periodísticos, pondría blanco sobre negro y los responsables de esos delitos aberrantes quedarían al descubierto.
Y lo principal, llevaría tranquilidad a los padres de los adolescentes que concurren de buena fe a las aulas de Independiente.
Lo que pasa es que los medios estan con los abusos de los curas yanquis de hace 10 años... falta un poquito!