Los grandes medios hablan de fake news e incluso hacen grandilocuentes campañas contra las noticias falsas. Sin embargo, son los que suelen caer en las leyendas urbanas más insólitas e inverosímiles, como la del fiscal Cartasegna —llegaron a compararlo con Nisman— y, en las últimas semanas, la docente de Moreno, Corina De Bonis.
Todo estalló el pasado miércoles 12 de septiembre, cuando se difundía que la maestra había sido secuestrada y torturada.
En su abdomen, De Bonis mostraba el resultado de la tortura, la frase “Ollas no”, que había sido escrita supuestamente con un elemento punzocortante.
Tribuna de Periodistas refutó todo ello a apenas horas de haberse dado a conocer, sobre la base del más puro sentido común y unas pocas consultas a expertos. Es que la historia era imposible, no tenía sentido de ser.
Ahora, a casi tres semanas del hecho que fue duramente criticado por los gremios y por el Gobierno, el diario Clarín indicó que el jefe de los fiscales de la Provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand duda del testimonio porque su declaración no coincide con las pruebas recabadas.
Para los investigadores hay cuatro puntos dudosos en el relato:
1) La mujer dice haber sido secuestrada en un auto “viejo” de color “bordó”, pero al analizar las cámaras de seguridad de la zona no se observa ningún automóvil con dichas características.
2) Lo que sí se pudo observar en las cámaras de seguridad es a la docente mientras va caminando en dos lugares diferentes en un tiempo que tampoco condice con la posibilidad de un secuestro.
3) De Bonis declaró haber sido amenazada por una voz masculina el 23 de agosto mediante una llamada al teléfono del Centro Educativo Complementario 801, pero el único contacto que se encontró en el análisis de las llamadas fue de la mamá de una alumna que duró un minuto.
4) Los peritajes determinaron que la grafía con las que fueron hechas las letras que aparecen sobre su abdomen es incompatible a un intento de tortura ya que tienen un trazo parejo.
Una vez más, TDP se anticipa a los hechos. Ahora es el turno de los grandes medios de pedir disculpas… ¿lo harán?