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Manu nos desacostumbró

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Ginóbili nos dejó solos
Ginóbili nos dejó solos

La tapa del diario del 30 de septiembre de 1995 es para el recuerdo. Un titular sobre la investigación de la AMIA, que muestra que la impunidad atraviesa generaciones; una reunión entre el entonces presidente Carlos Menem y Diego Maradona, que retornaba a Boca luego de 13 años, y un empate entre Ferro y San Lorenzo. Sin embargo, pasó inadvertido el debut de Emanuel Ginóbili en la Liga Nacional, con la camiseta de Andino de La Rioja, para darle inicio a una brillante carrera de 23 años como basquetbolista hasta anunciar su retiro el 27 de agosto.

 

En la liga argentina, Manu estuvo tres años hasta desembarcar en Italia en 1998. Hizo "uno contra uno" en Reggio Calabria y en Kinder Bolonia, mientras que en Argentina el 1 a 1 ya daba signos de agotamiento. Como líder y dueño de la camiseta número 5 de la selección de un país ingobernable, se consagró en 2002 con la victoria ante el dream team en el Mundial de Indianápolis, en el que la Generación Dorada logró el subcampeonato ante Yugoslavia.

Tras su gran torneo, Ginóbili se convirtió en un emergente; pasó de ser el mejor del básquetbol europeo a entrar al mundo de la NBA con San Antonio Spurs.

En su nueva casa, atravesó un comienzo de adaptación y luego despegó. Por esa época la Argentina crecía a tasas chinas, mientras que el argentino disputaba la naranja con Yao Ming, una torre china que dejó un recuerdo imborrable en el máximo nivel del básquetbol mundial. Y si de recuerdos imborrables se trata, la “palomita” de Ginóbili ante Serbia en el partido inaugural y la medalla dorada ante Italia en la final de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 dejaron al basquetbolista en el pedestal de las máximas estrellas del deporte argentino.

Luego en Argentina vino la crisis. Pero la crisis a Manu nunca le llegó. Nunca estuvo envuelto en polémicas ni tampoco sufrió cuestionamientos. La carrera de Manu fue un eterno crecimiento, sin altibajos. Fue el espejo de un país que siempre lo trató con admiración, como un hijo que superó al padre para lograr el reconocimiento del mundo. Emanuel Ginóbili fuimos todos. Y todo lo que no pudimos ser.

Con su retiro, la próxima temporada de la NBA será la primera en 16 años sin jugadores argentinos. Manu nos desacostumbró. Y ahora nos quedamos solos.


 

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  1. La pregunta del millón es: ¿porque no podemos ser los argentinos como Manu? Luchadores, buenos compañeros. leales, trabajadores, disciplinados, analíticos, esforzados y humildes. Manu no fue titular en su equipo y no hizo ningún problema. El colmo fue que lo premiaron como el mejor suplente de la NBA. No fue capitán de la selección (era Scola) y no hubo ningún problema. Ayudó a muchos para que pudieran jugar en la NBA. Aconsejó a muchos en la selección. Tenemos que reflexionar y pensar que si todos hiciéramos solo parte de las cosas buenas que hizo él el país sería otro. Fue lindo verlo jugar todos estos años y fue una buena inspiración para todos los que les interese hacer las cosas bien esforzandose y siendo respetuoso.

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