La diputada nacional Graciela Ocaña y el líder camionero Hugo Moyano son la antítesis el uno del otro, sus peleas y discusiones vienen desde hace más de diez años y ambos estarían felices de ver caer al otro, sea cual fuere la razón.

Una de las tantas discusiones que preservan sendos personajes, refiere a una denuncia realizada por un ciudadano de nombre Daniel Jaime Igolnikov, a quien Ocaña asevera no conocer, sobre una supuesta discriminación mencionada por Moyano.

En una entrevista llevada a cabo en enero de este corriente 2018, el presidente del Club Atlético Independiente le cambió el apodo a la otrora ministra de Salud nacional, reemplazando el famoso “hormiguita” por “cucaracha”, por dicha razón, el ciudadano antes mencionado llevó la denuncia al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.

Igolnikov argumentó que existían antecedentes que avalaban su petición, sin embargo, el Inadi resolvió fallar a favor de Don Hugo, ya que el Instituto consideró que la denuncia no cumplía con lo previsto por la Ley 23.592 (Actos Discriminatorios).

El Inadi fundamentó que “se concluye que la conducta denunciada, si bien resulta ofensiva y agraviante, no constituye discriminación”.

Se podría decir que el líder sindical ganó una batalla contra la diputada… pero no la guerra. Hay otras cuestiones que involucran a ambos dirigentes y que aún no tienen una resolución.

Un elocuente ejemplo de ello data de agosto del año 2011, momento en el cual Ocaña manifestó: “Moyano, sus hijos y otros allegados pedían mi renuncia. Por algo los casi mil millones de pesos que yo había retenido de las obras sociales por falta de rendición de cuentas, se liberaron tras mi partida”.

No es casual que la ex titular de la cartera de Salud mencione en aquel entonces que el líder del Clan Moyano “debería correr la misma suerte que Juan José Zanola”, en clara alusión a la investigación por el uso de medicamento “apócrifos”. Zanola está preso por dicha causa y que involucra a Hugo con OSCHOCA, la obra social de Camioneros.

Otro pie de guerra pendiente entre Ocaña y Moyano procede de principios de este año, momento en el cual, el ex legislador porteño y referente de la ONG Alameda Gustavo Vera, denunció a la diputada por presunto “enriquecimiento ilícito, negociaciones incompatibles con su condición de funcionaria pública y falsedad maliciosa” en la presentación de su declaración jurada del año 2016.

Al ser consultado en ese momento por la agencia de noticias Télam, el vocero de Ocaña, Pablo Ávila, desmintió lo denunciado por Vera y manifestó que se trataba de una maniobra vinculada al secretario general de Camioneros, teniendo en cuenta que desde hace un largo tiempo la diputada oficialista tiene en la mira a las “mafias sindicales”.

Si bien la denuncia fue presentada por Vera, éste sólo le brindo a Hugo apoyo legal, incluso, vale rememorar que Ocaña y Paula Oliveto, también diputada oficialista, en ese entonces habían manifestado recibir amenazas de muerte vinculadas a las denuncias contra el gremialista.

Su presunción posee un argumento bastante elocuente, en el mail que le habían mandado la llamaban cucaracha, tal como Moyano la había llamado solo unos días atrás.

Dicho sea de paso, Ocaña recibió el mencionado correo una hora después de reunirse con el juez federal de Morón Nestor Barral, quien investiga a Moyano y a quien le entregó los balances de la obra social de Camioneros.

Como puede observarse, la disputa entre Graciela Ocaña y Hugo Moyano lejos está de concluir, por lo que es dable mencionar que la escueta victoria del sindicalista no es más que frente a una insignificante batalla, la guerra aún continua… y continuará.