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Amado Boudou y José María Núñez Carmona, los dos condenados y a su vez, por más ilógico y contradictorio que suene, liberados, los dos por ambas causas que involucran a Ciccone Calcográfica, imprenta de billetes.
Boudou condenado a diez años y cinco meses a prisión y Núñez Carmona a cinco años y medio, sin embargo, las mismas juezas fueron quienes les permitieron a estos personajes ser excarcelados.
El fallo fue emitido por el Tribunal Oral Federal número 4 con el aval de las magistradas Gabriela López Iñiguez y Adriana Pallioti tras una escueta caución de un millón de pesos, siendo el presidente de dicho Tribunal, Néstor Costabel, quien se mostró en contraposición a la decisión de sendas polémicas juezas.
Si bien Boudou y Núñez Carmona continúan siendo investigados, tienen asegurada la libertad, y las magistradas que permitieron que ello suceda no se sentaron a analizar el malestar social que ello genera, y por razones bastante elocuentes.
¿Por qué la población de Argentina tiene que bancarse ver a Don Amado y su colega José María caminando por la calle? ¿Por qué se tomó una decisión tan perniciosa socialmente en donde cualquiera podría entender que se puede robar y simplemente luego de pasar 4 meses tras las rejas conseguir la libertad?
En su momento, una de las acusaciones que había dejado al ex vicepresidente encerrado en una incómoda celda, fue refrendada en una denuncia realizada en 2012 por Christian Sanz, quien fuera el director periodístico de Tribuna de Periodistas.
Es la segunda vez que Boudou y Núñez Carmona zafan de permanecer presos, dado que, en noviembre de 2017 fueron detenidos por la causa auspiciada por Sanz, aunque fueron liberados en enero de este año, lo que le costó al juez federal Ariel Lijo una denuncia judicial por parte de Adrián Bastianes por “incumplimiento de los deberes de funcionario Público” y “prevaricato”.
En aquel fatídico y movido noviembre del año pasado, la noticia parecía promisoria, de la misma forma que lo fue en agosto último, cuando sendos personajes fueron apresados nuevamente. Hoy todo ello quedó trunco, aunque sea temporalmente, y representa un tajante detrimento para la imagen de la justicia, que se muestra oprobiosa y dependiente.
Si el cumplimiento de la condena se produce a partir de que la Sentencia quede firme, no entiendo cual es el problema.
Lo mis pasa con CFK, El Señor Menen tuvo la setencia firme después de 23 años y los jueces la declaran invalida por el tiempo transcurrido. Es lamentable que este país con lo rico y maravilloso que es, tenga esta clase de sociedad.Es como si el tango Cabalache escrito por Discepolo en la década infame estuviera totalmente de actualidad. (Pero que el veinte (ventiuno) es un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue. Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador, todo es igual...nada es mejor.... lo mismo un burro que un gran profesor. no hay aplazaos ni escalafon, los inmorales no han igualau, si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, calchonero, rey de bastos, caradura o polizón...que falta de respeto! que atropello a la razón! ¡cualquiera es un señor! ¡cualquiera es un ladrón!......