El real brasileño tuvo una apreciación ante el dólar del 4,2% en los primeros días de 2018, pero llega a más del 11% respecto de la cotización récord de la moneda estadounidense en São Paulo antes de las elecciones presidenciales en la que resultó triunfante el actual presidente, Jair Bolsonaro.
La medida puede ser auspiciosa para la competitividad argentina, que mejoró su balanza comercial bilateral a partir del proceso devaluatorio del peso entre abril y septiembre del año pasado y que en diciembre se tradujo en un superávit de U$S 261 millones, de acuerdo con la información del Ministerio de Desarrollo y Comercio Exterior del país vecino.
Históricamente, la competitividad del comercio exterior argentino estuvo sujeta a los vaivenes en la cotización de las sucesivas monedas brasileñas (cruzeiro, cruzado, cruzado novo, nuevamente cruzeiro y real desde 1994), los que dio lugar a una suerte de carrera de devaluaciones entre los dos países.
El golpe de gracia más recordado fue el de enero de 1999, que llevó la cotización del dólar de 1,20 a 2 reales en el mes y se convirtió en uno de los factores que incidió en la baja de la competitividad argentina y en la caída del régimen de convertibilidad tres años después.
La incorporación de China a la OMC en 2001 y la adquisición masiva de soja y derivados de países de la región (Brasil es el primer exportador mundial de la oleaginosa) marcó un cambio en la costumbre “devaluacionista” del país vecino, que desde 2002 mantiene una estabilidad inédita en su moneda que atravesó el fin de la Presidencia de Fernando Henrique Cardoso, las de Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff, Michel Temer y ahora Bolsonaro.
Al respecto, debe tenerse en cuenta que, más allá de sus oscilaciones, el real cotiza en valores semejantes a los de 17 años atrás, al punto que las 3,71 unidades de hoy están 6,1% debajo de las 3,95 del 10 de octubre de 2002.
Desde ese día, la cotización del dólar medida en pesos argentinos aumento el 932%.
La confianza de los mercados en Bolsonaro y especialmente su ministro de Hacienda, Paulo Guedes, que impulsan un plan de privatizaciones, además de la profundización de la reforma laboral y la implantación de modificaciones en el régimen previsional, se tradujo en un fortalecimiento del real, reflejado en la evolución de su paridad con el dólar en los últimos cuatro meses.
Antes de los comicios del 7 de octubre, con las oscilaciones propias de un proceso electoral, el dólar alcanzó el récord de 4,19 reales por unidad, pero el triunfo de Bolsonaro en la segunda vuelta contra el candidato del PT, Fernando Haddad, marcó un significativo descenso en su cotización hasta 3,65 reales el lunes 29 de octubre, horas después de conocerse la victoria del actual presidente, es decir una apreciación de la moneda brasileña del 12,9% en 45 días.
En los primeros 10 días del año, el real tuvo una apreciación del 4,2%, al pasar de las 3,87 unidades por dólar el 31 de diciembre a 3,71 en el cierre de hoy, luego de una suba del 0,54% respecto de los 3,69 del miércoles, como reacción ante las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que ayudaron al fortalecimiento de la moneda estadounidense.
Esa apreciación ante el dólar y, especialmente, el peso, fortalecería las condiciones de competitividad del comercio exterior argentino, que luego de dos años de déficit comercial -que en la relación bilateral se extiende a más de una década- podría mostrar en 2019 un superávit que algunas consultoras estiman en alrededor de U$S 6.000 millones.
En el caso del vínculo con Brasil, uno de los principales destinos de las exportaciones argentinas, se estima que su economía quebraría un período de casi cuatro años de estancamiento, con el consecuente incremento del consumo interno que podría favorecer las exportaciones argentinas.
Al respecto, se estima que cada punto porcentual de crecimiento de la economía brasileña impacta en un cuarto de punto de aumento del PBI argentino.