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Las muertes inexplicables

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Un debate que se disparó por el caso Natacha Jaitt
Un debate que se disparó por el caso Natacha Jaitt

La ciencia médica define el ataque de pánico como un “miedo intenso, súbito e irresistible que provoca terror y cambios psicológicos inmediatos que dan lugar a pérdida de movimientos o sensibilidad: comportamiento histérico”.

 

Quienes sufren esta patología suelen combinar fobias de intensidades diferentes con distintas manifestaciones, pero con un núcleo central y angustiante: el miedo a la muerte.

El abordaje de la enfermedad tiene ópticas múltiples. Psicoterapia sola o acompañada de una serie de medicamentos que reducen la sintomatología extrema. Se trata de evitar los episodios más desesperantes mientras se trabaja con la raíz del problema.

En dichos pacientes el temor a la muerte es tan intenso e irracional que no le resulta posible dimensionarlo, a pesar de ciertas circunstancias que se encuentran normalmente en el ciclo biológico de la vida.

Resulta realmente extraño. Cada uno de nosotros sabemos que no vamos a salir vivos de este planeta. No somos inmortales.

Sin embargo, esta verdad indiscutible sobre la muerte no es tomada como un hecho natural por quienes sufren “panic attacks”. Sienten que “se mueren” y “no quieren morirse”. Puede parecer paradójico, pero es así como ocurre y como se padece.

Las benzodiacepinas son las drogas que se prescriben corrientemente para mantener a los pacientes estabilizados y controlar la ansiedad generalizada, que es uno de los precedentes directos del ataque de pánico.

La reacción panicosa es ancestral. Viene con nuestro ADN ya que se trata de un disparador para reaccionar ante el peligro y eventualmente emprender la huida.

En general, un porcentaje altísimo de la población mundial ha padecido o enfrentado, una o más veces, esos ataques. Posiblemente el propio sistema nervioso parasimpático haya restaurado y regulado el evento y por eso pasa desapercibido sin que el individuo sea consciente de esa situación.

En aquellas otras personas en las cuales su cuerpo es incapaz de controlar la intensidad y/o la repetición de los síntomas, necesitan atención de un profesional especialista en la materia.

A partir del momento en que se suministra la medicación correspondiente, especialmente benzodiacepinas, se les advierte a los individuos sobre los efectos adversos y la interacción con otros medicamentos, alcohol, drogas de cualquier otro tipo y el grave peligro que eso conlleva porque pueden desencadenar, sin más, la muerte, que es justamente el hecho contra el cual lucha el paciente.

Sin entrar en especulaciones, ni teorías conspiranoides, señalo – sin hesitación- que quien sufre un temor irrefrenable a la muerte, no la busca ni la provoca.

Las adicciones son inmanejables o complejas de manejar para aquellos que las padecen.

No obstante, cuando se contrapone el miedo a la muerte vinculado a los ataques de pánico, con las adicciones que generan estado o sensaciones “presuntamente placenteras” -pero que pueden desencadenar las consecuencias de un ataque de pánico-, en la psiquis del individuo predomina preservar la vida y eludir todo aquello que lo coloca en situación de riesgo. Prevalece el miedo a la muerte por sobre cualquier placer.

Me permito en este punto una digresión. Diferente es el caso de aquellos consumidores de drogas de distintos tipos y que saben que esa práctica los puede llevar a la muerte. Porque en su propia “disonancia cognitiva” desechan el evento dañoso ya que no lo sufren como ataque de pánico, sino como algo que podría ocurrir pero que “a mí no me va a suceder”.

Es decir, en un caso (ataque de pánico) las consecuencias son temidas y se tratan de eludir aferrándose a la vida y en el otro (adicciones) el desenlace es subestimado.

El lector avezado se habrá dado cuenta que estoy refiriéndome al caso de Natacha Jaitt (Q.E.P.D).

Siendo una paciente que sufría ataques de pánico y habiendo sido medicada para que no sufriera los síntomas, resulta muy improbable que por su propia voluntad consumiera drogas que ella sabía que la podían llevar irremediablemente a la muerte.

Era justamente lo que NO deseaba Natacha: morirse. Y eso no es poco.

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Armin Vans

 
 

10 comentarios Dejá tu comentario

  1. Estimado Osvaldo, es muy complejo saber como reaccionaría una adicta con ataques de pánico, sobretodo si ingirió previamente alcohol. Dejemos que la Justicia actúe, es tan probable un homicidio como un desenlace trágico por su adicción en un cuerpo arruinado.

  2. Natacha Jaitt, es la reencarnacion de la famosa Matha Hari, quien en la primera guerra mundial hizo de bailarina, actriz,meretriz, vedete, organizaba fiestas y era espia de alemanes y franceses. Murio tambien. Vaya coincidencia , joven a los 41 años.Murio en Francia por ser espia. de guerra. Pero llevo a cabo lo que creyo era su mision. Como Natacha, que descalabro a medio mundo en forma voraz, descarnadamente, sin tapujos diciendo verdades a probar que conmoveran este mismo siglo. Descanse en paz la Matha Hari argentina.

  3. ES ESCLARECEDOR PARA EL LEGO, LO QUE EXPLICITA ESTE ARTICULO. PERO PARCIAL. CUANDO UNA PERSONA CONSUME DROGAS LICITAS O ILICITAS, DE CUALQUIER TIPO LO QUE SUCEDE ES LO SIGUIENTE: MEDIANTE AGENTES QUIMICOS SE ALTERA LA COMPOSIOBN NORMAL Y HABITUAL DEL EQUILIBRIO QUIMICO CEREBRAL DEL SUJETO, SEA ESTE CONSIDERADO NORMAL O ANORMAL POR OBSERVADORES EXTERIORES PROFESIONALES O NO, HABILITADOS O NO. EL EQUILIBRIO QUE SE ALTERA, REDUCE LA CONCIENCIA HABITUAL, QUE EN DEFINITIVA ES ALGO ASI COMO UNA MATRIZ ELECTROQUIMICA DEL FUNCIONAMIENTO DE LAS CELULAS CEREBRALES QUE CONTROLAN EL COMPORTAMIENTO EXTERIOR POR MEDIO DE ALTERACIONES DEL "CENTRO DE CONTROL", O MATRIZ QUIMICA.. ESTA "MODIFICACION" EN LINEAS GENERALES PUEDE PRODUCIR 2 EFECTOS, ES DECIR: 3 ESTADOS. EL PRIMERO ES LA CONTINUIDAD DEL ESTADO NATURAL, EL QUE SE PRETENDE ALTERAR. EL SEGUNDO ES LA MODIFICACION, MENGUANDOLO O POTENCIANDOLO, PERO EN UN GRADO MINIMO, DIFICIL DE ESTABLECER SALVO POR ESPECIALISTAS, SIN CAMBIAR LA CONSCIENCIA DE BASE EN PROFUNDIDAD. EL TERCER CASO, ES QUE LA SOBREDOSIS, CUALQUIERA, DE DROGAS LICITAS O ILICITAS, O SU INTERACCION, BUSCADA O PROVOCADA EXTERNAMENTE, ANULA LA CONCIENCIA DE BASE Y LA REEMPLAZA POR OTRA TOTALMENTE DISTINTA QUE TOMA EL CONTROL DEL CUERPO, PUES ES OTRA LA MATRIZ ELECTROQUIMICA QUE ASUME EL CONTROL. LA VERBALIZACION DESCRIPTIVA DE LA SITUACION ES ANECDOTICA. EN TODOS LOS CASA, EXTERNAMENTE, LAS CONSECUENCIAS SON RADICALMENTE DISTINTAS SI EL SUJETO SE ENCUENTRA SOLO, A QUE SI ESTA ACOMPAÑADO. POR MULTIPLES Y CLARISIMOS MOTIVOS

  4. Agradezco a los que opinan y aportan su punto de vista. Tribuna de Periodistas es un sitio serio y responsable de información y opinión. Y la libertad en este último caso es la regla. Se puede coincidir o no con el contenido de la nota. Y hasta se puede abrir un foro de debate. Hasta allí lo lógico. Ahora bien, cuando por toda crítica se esgrime sólo una falacia para rebatir, lo expuesto por el lector se sostiene tanto como "duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks…" (parafraseando a Sabina). Es lo que has hecho tú, estimado Acho al recurrir a un "Argumentum ad hominem" para descalificar la nota. Y con eso, no alcanza. Gracias de todos modos por participar.

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