El fiscal de Mercedes Juan Bidone se presenta en Dolores como imputado en la trama de espionaje y extorsión en la que jugará la carta de mostrarse arrepentido.
¿De qué se arrepiente? De haber filtrado información que el abogado Marcelo D´Alessio utilizó para extorsionar, un hito que marcará el "arrepentimiento" por parte de un funcionario judicial en la trama que salpica a judiciales, políticos y periodistas.
Bidone, suspendido de su cargo por el escándalo, se presenta en lo que será su segunda indagatoria (pues fue indagado por el juez Luis Rodríguez en un hecho que lo tuvo como víctima al empresario Gabriel Traficante en la llamada causa de la "mafia de los contendores") e intentará justificar que D´Alessio era alguien familiarizado en el ambiente tribunalicio de algunos dirigentes políticos: va a dar nombres.
El fiscal sabe que tiene sus límites y más allá de que "ya está jugado" recibió llamados de muchos funcionarios judiciales intentando convencerlo de que su declaración no los salpique. No se sabe si se inmolará sólo o llevará consigo a otros colegas.
Bidone selló su suerte cuando hace varias semanas se juntó en los tribunales de Comodoro Py con un funcionario judicial clave en la trama, quien lo convenció de ir a "arrepentirse" por haber filtrado información a D´Alessio.
El fiscal mercedino declaró como testigo ante su colega Alejandra Mángano y lo que devino fue algo peor, a tal punto que hoy está convencido de que "lo entregaron en bandeja" y entiende que hubo una suerte de traición: primero fue desplazado de su cargo por el Procurador Bonaerense Julio Conte Grand, luego citado en la causa que tiene en su juzgado Rodríguez y ahora convocado como imputado por el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla.
En su declaración, Bidone detallará quienes le presentaron a D´Alessio, dará algunos nombres sobre otros funcionarios que también se nutrían de la información que manejaba aquel supuesto abogado y hará un mea culpa de haberle dado datos sensibles de causas que manejaba bajo su órbita o bien de algunas personas más allá de no tenerlas investigadas en causa alguna.
Mientras avanza el expediente en Dolores, con la situación aún indefinida sobre qué sucederá con Stornelli tras no haberse presentado en cuatro convocatorias, la causa de los cuadernos se mueve en arenas movedizas.
Es que mientras Stornelli sigue al frente del caso aún se rumorean y barajan otros colegas a quienes se los apalabró para sumarse en el equipo de investigación e incluso hasta de reemplazo, como ser los de sus colegas Franco Picardi, Guillermo Marijuan o Diego Luciani, entre otros, ésta semana se cursó un pedido al Procurador General de la Nación para que dos fiscales generales fueran designados para el eventual juicio oral y público del caso cuadernos.
El oficio, pedido por Stornelli al fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes y éste a su vez al Procurador, no cayó con mucha simpatía en varios fiscales de juicio: entienden que la designación debe ser por sorteo y no a dedo, y de avanzar la propuesta muchos de ellos ya evalúan negarse a ser parte de la nómina.
Muchos comparan esta situación con lo que ocurrió con el caso AMIA cuando al equipo de los entonces fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia se le adicionó Alberto Nisman junto con Miguel Ángel Romero.
No es la primera vez que el "fantasma" del caso AMIA sobrevuela los pasillos de Comodoro Py en el avance del caso de los cuadernos: el primero de los casos terminó sumido en un escándalo y nulidades que dieron marcha atrás con la investigación en un primer juicio realizado en 2003.
No sólo eso sino que también por la forma en que se obtuvieron las confesiones: en AMIA se descubrió que Carlos Telleldín recibió 400 mil dólares para involucrar a varios policías en la denominada "pista local", y en el caso de los cuadernos algunos vaticinan que en el futuro muchos de los "arrepentidos" denunciarán haber sido coaccionados para declarar en ese sentido.
En el caso de los cuadernos, están entre la línea de acusados muchos empresarios de primer nivel, como Paolo Rocca, Aldo Benito Roggio, Gabriel Romero, Carlos Wagner, y no se van a quedar quietos viendo cómo se los juzga.
Mientras tanto, el clima en Comodoro Py 2002 está espeso y un tanto tenso, a tal punto que muchos por lo bajo evalúan pegar la retirada.
El fiscal federal Federico Delgado, quien recibió muchos embates en la causa Odebrecht, Time Warp y otras tantas, ya anunció públicamente: "Mi ciclo está terminado".
Su retirada está motivada en los embates que sufrió y al ver que quedó sólo en cada uno de los casos, no sólo por parte de colegas o la Procuración General de la Nación, sino también al considerar que Comodoro Py se convirtió en un lugar difícil para "investigar".
Delgado se tomará unos meses de licencia sin goce de sueldo para emprender unos meses de estudio en una universidad.
No es el único, ya que otro fiscal federal de muchos años llevando adelante casos complicados, comenta por lo bajo su disconformidad en seguir trabajando en ese clima espeso y donde la grieta también los dividió a los federales. Sergio Farella
Bidone sintió que le soltaron la mano pese a que se reuniera con funcionario judicial clave en Py que le prometió salvarlo. Terminó suspendido e imputado.
— Sergio Farella (@sergiofarella) April 8, 2019