La Argentina recibirá antes de fin de año el equivalente al 90% de los US$ 57.000 millones del préstamo stand by otorgado en 2018 por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que implicará un esfuerzo significativo para su devolución a partir de 2020 y, en consecuencia, la continuidad de acuerdos financieros con el organismo multilateral de crédito.
Así lo sostuvo la consultora Ecolatina, que consideró que, dados los condicionamientos para los próximos años, “hay Fondo para rato”, en una relación que podría plasmarse en el otorgamiento de un Préstamo de Facilidades Extendidas o Servicio Ampliado de Fondos (EFF, Extended Funds Facility), con tiempos más prolongados y mayores plazos de repago que el stand by.
“El EFF es exitoso en estabilizar a la economía e incluso en recuperar la senda de crecimiento”, sostuvo Ecolatina en su análisis, en el que no obstante advirtió que “estas mejoras se atenúan al sumar indicadores sociales y de sostenibilidad del crecimiento, como ser la generación de dólares genuinos”.
En consecuencia, el EFF “a juzgar por la experiencia histórica, sería una salida ‘positiva’ por el lado macroeconómico para el problema de la deuda y la imposibilidad de repagarla en tiempo y forma”, pero “al tener en cuenta otros indicadores de desarrollo y las perspectivas de mediano plazo, aparecen algunas señales de alerta”, indicó.
En un repaso de la situación argentina, la consultora recordó que “desde mediados del año pasado, el FMI le desembolsó a nuestro país alrededor de US$ 45.000 millones, es decir, el 80% del stand by de US$ 57.000 millones acordado” y señaló que “si se cumplen los objetivos fiscales –hecho que descontamos- el organismo multilateral le girará US$ 5.500 millones a nuestro país antes de fin de año”.
“En consecuencia, se habrá transferido casi el 90% del préstamo, por lo que será momento de empezar a pensar en su repago”, planteó, de cara a la próxima gestión presidencial.
En ese sentido, precisó que “entre 2022 y 2023, nuestro país debería devolverle al FMI más de US$ 46.000 millones entre capital e intereses, lo que implica 5% del PBI de cada año”, pero si a eso se le suma el calendario de pagos de bonos para esos años, “el monto casi se duplica”, por lo que se enfrentarían “vencimientos cercanos a un décimo del PBI en 2022 y 2023”.
Con ese panorama, Ecolatina evaluó que “si bien la situación actual cercana al equilibrio primario del Sector Público Nacional reduce las necesidades de contraer nuevos compromisos, tampoco le alcanzará para generar superávits de semejante magnitud como para afrontar estos compromisos. Por lo tanto, una parte importante de los pasivos deberá ser refinanciada”.
Los problemas no terminan ahí, porque además como la mayor parte de los compromisos es en moneda extranjera “si el Estado Nacional no consigue esos dólares, posiblemente deba comprarlos en el mercado local, sumando así un factor de presión adicional al tipo de cambio”.
Las necesidades del país por obtener financiamiento para el repago llevarían en la evaluación de Ecolatina a acordar un EFF con el Fondo, un programa que “se arregla con países que poseen problemas de balanza de pagos, es decir una insuficiencia de moneda extranjera, tal como le sucede a la Argentina”.
“Considerando la situación actual de nuestro país, es probable que el próximo presidente electo tenga que avanzar en este esquema”, sostuvo la consultora, que a su vez informó que en los últimos 17 años el FMI firmó 31 EFF.
Ecolatina rescató que ese tipo de acuerdo “no es tan exigente en el plano fiscal como lo es el stand by” y que en consecuencia los países signatarios suelen tener un crecimiento de su PBI, a un promedio del 3% anual que en el caso de Serbia –“el ejemplo más exitoso”, remarcó- fue del 8%, si bien hay excepciones como Grecia y Portugal, países en los que “la recesión se profundizó con el programa”.
“Por lo tanto, gane quien gane, es muy probable que haya Fondo para rato. Esperemos que también haya crecimiento”, finalizó Ecolatina (con información de Agencia NP).
Esta sin duda alguna es la verdadera y única pesada herencia.
Claro que esto es una pesada herencia, sobre todo por las medidas económicas que exige el FMI., entre ellas flexibilización laboral y reforma previsional. En crecia se reformó o ajustó 10 veces el sistema previsional. Hay que tener en cuenta que muchos de los votantes de Cambiemos fueron los jubilados, queda claro que le votaron al verdugo.Ahora se quejan por que el PAMI no les dá los medicamentos.