El gobierno agilizó los trámites para que las empresas exportadoras argentinas puedan acceder al Sistema Generalizado de Preferencias de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Mediante una disposición publicada en el Boletín Oficial, la Subsecretaría de Facilitación del Comercio, que depende del Ministerio de la Producción, estableció los procedimientos para que las empresas accedan al SGP de la (UNCTAD) de manera digital.
El SGP se creó en el marco de las Naciones Unidas el 26 de marzo de 1968 como una manera de que las naciones industrializadas promuevan las exportaciones de los países menos desarrollados. Tal como lo dice su nombre, se trata de preferencias arancelarias para cierto tipo de bienes.
La disposición dice que Argentina “como miembro de la OMC recibe, por medio del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), tasas arancelarias preferenciales en los mercados de algunos países industrializados”.
Mediante el procedimiento, la empresa obtiene el denominado Formulario A que le permite acceder al mercado a donde quiere exportar sin pagar el impuesto aduanero.
Desde la perspectiva de los países en desarrollo como grupo, los programas SgP han sido un éxito desigual.
Por un lado, la mayoría de los países ricos han cumplido con la obligación de generalizar sus programas, ofreciendo beneficios a una gran franja de sus beneficiarios, incluyendo, generalmente, casi todos los estados miembros de la OCDE. Ciertamente cada programa GSP impone algunas restricciones. Los Estados Unidos, por ejemplo, han excluido países de la cobertura del GSP por razones tales como la ideología política: el comunismo en Vietnam; terrorismo: formar parte de la lista de U.S. State Department, Libia, y no respetar la ley de propiedad intelectual de Estados Unidos.
La crítica ha sido nivelada y señaló que la mayoría de los programas del GSP no están completamente generalizados con respecto a los productos, y esto es por diseño. Es decir, no cubren los productos de mayor interés para las exportaciones de los países en desarrollo de bajos ingresos, que carecen de los recursos naturales. En los Estados Unidos y muchos otros países ricos, los productores nacionales de bienes “simples” como los textiles, bienes de cuero, cerámica, vidrio y acero han asegurado, durante mucho tiempo, no poder competir con las grandes cantidades importadas. Por lo tanto, estos productos han sido categóricamente excluidos de la cobertura en el marco del SGP y muchos otros programas en países desarrollados.
Los críticos afirman que estos productos excluidos son precisamente el tipo de manufacturas que la mayoría de los países en desarrollo son capaces de exportar, con el argumento de que los países en desarrollo no son capaces de producir eficientemente cosas como locomotoras o satélites de telecomunicaciones, pero sí camisas. Carlos Lamiral