Cuando el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, comenzaba a respirar las primeras bocanadas de tranquilidad judicial luego de que todos sus aliados políticos estén arrestados, imputados y acusados de numerosas operaciones de corrupción, el operativo policial llevado a cabo en la oficina municipal de Habilitaciones de Lanús por parte de las fuerzas federales cayó como un baldazo de agua helada.
En efecto, el 8 de agosto un equipo de la Policía Federal irrumpió en la oficina municipal buscando información sobre el pedido de habilitación de un local ubicado en la esquina de Perón y Oliden, en el que iba a funcionar la marca American Burguer. Dicho local pertenece a Eber Ruso, el jefe de una banda de lavado de dinero que facilitó facturas apócrifas por un monto superior a los 4 mil millones de pesos.
La asociación ilícita utilizaba como pantalla una constructora cuyo titular es el actual detenido Claudio Gómez, para llevar adelante estafas inmobiliarias –entre ellas la perpetrada por la constructora Lasa, que dejó un tendal de estafados quienes ahora no saben a quién reclamarle la escritura de su departamento- y facturaciones truchas. A Ruso le encontraron 77 propiedades, 240 autos de alta gama, 8 barcos y 35 camiones. Además, era dueño de una agencia de autos, una pizzería y una constructora.
Dicho delincuente, que actualmente se encuentra prófugo de la Justicia, tenía una estrecha relación con Insaurralde. Tan estrecha, que cuando la policía allanó sus galpones en la avenida Remedios de Escalada al 1.300 en Gerli Oeste y en la calle Pico al 3.373, entre las decenas de autos robados encontraron estacionado el auto de su amiga personal y esposa del intendente de Lomas de Zamora, Jésica Cirio.
Allegados al intendente deslizaron que el mandamás de Lomas ya habría puesto en marcha a su equipo de abogados en busca de una salida elegante para el entuerto. Como están las cosas, no sería raro que en las próximas horas haya novedades judiciales con respecto a su persona.