Esta semana, el Banco Central difundió un listado de 29 páginas de las personas que compraron más de 10 mil dólares en un mes. Se trata de aquellos que violaron la prohibición que rige desde el 1º de septiembre para personas humanas. Al mismo tiempo, anticipó que no podrán realizar nuevas compras de divisas sin previa autorización.
Desde el BCRA, aseguraron que se trata de una comunicación "C", mediante las cuales el organismo monetario informa a los bancos cambios regulatorios y suspensiones de CUIT.
Hasta ahí, todo correcto. Hay una norma que debe cumplirse y medidas punitivas que deben tomarse en caso de que ello no ocurra.
Sin embargo, el escrache no parece lo más correcto, menos aún cuando muchos medios de comunicación se han prestado al juego de dejar en evidencia a los que adquirieron más de 10 mil dólares.
¿En qué ayuda que esa nómina se difunda? ¿Hace que las sanciones sean más concluyentes? ¿Qué suma?
Lo que ha hecho el gobierno recuerda a los escraches que sabía hacer el kirchnerismo, siempre a otra escala, pero similares al fin.
Está perfecto que se caiga con todo el peso de la ley sobre los infractores, pero publicar sus nombres, números de documento y demás, suena a señalamiento innecesario (aparte de ponerlos en riesgo por la compra de divisas).