La continua suba de los activos financieros muestra, en la última semana previa a las elecciones, que los inversores buscan refugios y cubrirse de eventuales riesgos post comicios. En el mercado, la sensación está muy bien definida.
Si ganan “los Fernández”, la incertidumbre se apoderará del ambiente y sólo hay que esperar la fecha y el modo del default. Si triunfa el oficialismo, o al menos logra ir a ballotage el ánimo de los inversores y operadores financieros va a cambiar.
Más tenuemente si se va a segunda vuelta. A esta altura, se descartaría un triunfo en primera vuelta de Macri.
Pero si el presidente va al ballotage el clima es otro. Por lo pronto, la balanza comercial arrojó un superávit en septiembre de 1.744 millones de dólares, con un aumento considerable de las exportaciones industriales, algo que contradice el malestar entre los empresarios industriales.
El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, rápido de reflejos lanzó una advertencia: “Si gana Mauricio, el FMI desembolsará el tramo pendiente”, disparó casi como un anticipo.
Nadie sabe qué es lo que pasará el domingo, ni se conoce el ánimo de la gente. De allí que llama la atención la ausencia de encuestas, más allá de la veda.
Lo más probable es que las distancias se acorten respecto de las PASO y crece entre los analistas la posibilidad de una segunda vuelta.
Si se confirma esta posibilidad, el clima será distinto.