A escasos 3 días de las elecciones definitivas del domingo 27 de octubre el gobierno dispuso medidas de seguridad y entre ellas establecer el operativo “voto blindado”.
Concretamente las fuerzas de seguridad, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina, deberán cumplir en las últimas horas con lo peticionado por el Ministerio de Seguridad, a través de la ministra Patricia Bullrich en cuanto a que dichas fuerzas deben “estar más atentas que nunca” a cualquier tipo de incidentes o discusión que se pudiesen llegar a producir en las mesas de votación el próximo domingo.
Asimismo, que deberán seguir muy de cerca cuando las urnas son trasladadas a otro sector, es decir cuando algún ciudadano con alguna dificultad física pueda sufragar. El objetivo es cuidar, blindar, cada voto y evitar cualquier tipo de situación -rara, sospechosa o extraña-, a los fines de cambiar las boletas, concretamente de Mauricio Macri por las del candidato Alberto Fernandez.
Este operativo voto blindado estuvo ausente o bien no se implemento en la anterior elección primaria del mes de agosto próximo pasado.
Lo concreto es que con este operativo se debe contar con un abogado y fiscales generales por zona que estarán en contacto telefónico ante cualquier circunstancia o eventualidad. El gobierno, informo que el objetivo final es “cuidar los votos”.
Específicamente se les requiere a estos fiscales designados en las mesas electorales que ya recibieron instrucciones; que primer lugar eviten cualquier tipo de fraude, ejemplo “rodear de bancos vacíos el sector donde se realizará el conteo para evitar que alguna persona se acerque y cambie una lista por otra o una maniobra de tal tipo. Y en segundo lugar, los fiscales deberán contar primero los votos en blanco y nulos en vez de dejarlos a un costado y realizar el conteo una vez culminados los del sufragio positivo.
Se remarca que desde el Ministerio de Seguridad, se recomendó “…centrar la mirada en el Conurbano Bonaerense. Este territorio mayoritariamente peronista, es donde la actual oposición tiene mejor aceitado los mecanismos de fiscalización y de presuntas maniobras fraudulentas, o al menos eso entienden en el bunker de Cambiemos.